En el mes de septiembre, hubo un enfrentamiento de bandas que mató a tres personas y dejó por lo menos dos heridos. La situación parece ir en aumento, debido al rompimiento del pacto armado por la paz que construyó la Gente del Orden y las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP), los dos principales grupos que controlan el municipio. El pacto, que conciliaba los intereses de control territorial y narcotráfico de ambos grupos, se rompió después de la muerte de Nelson David Sánchez Segura, hermano de alias El Tigre, líder de la Gente del Orden.
Desde entonces, la Policía Municipal adelanta acciones para garantizar la protección de la ciudadanía. Por ello, se ha visto un aumento de la presencia militar, además de retenes, requisas y procedimientos que permitan capturar a los posibles integrantes de estos grupos armados. Sin embargo, el incremento de la presencia militar en los barrios, según la líder juvenil Lucero Castillo, irónicamente “aumenta la inseguridad”, puesto que los grupos, al no encontrar otra manera de realizar sus actividades ilícitas, buscan a los jóvenes que, por su condición, no levantan sospechas de las autoridades. De ahí deriva el aumento del reclutamiento juvenil.
“El sistema es simple, lo persiguen por varios días, lo conocen y luego le ofrecen plata o lo amenazan”: Lucero Castillo
Este fue el caso de Andrés Calderón, un joven de 18 años que, por petición propia, se cambió el nombre para el reportaje. Luego de notar que lo estaban siguiendo por varios días, él comunicó la situación a sus familiares y amigos más cercanos como método de prevención. No obstante, el 14 de octubre de 2020, mientras se encontraba caminando hacia el trabajo de su madre, fue abordado por tres hombres de tez clara que se acercaron para ofrecerle “prestar servicio” en un grupo criminal, ya que, según los hombres, “él contaba con una buena condición física y tenía buen porte”. Aunque él se negó, los sujetos lo estuvieron persiguiendo por un largo tiempo, por lo que Andrés, intentando que no encontraran el trabajo de su madre, estuvo dando vueltas por el municipio para perderlos de vista.
Por el impacto de los hechos, además temiendo por su vida y la de su familia, quiso poner la denuncia, sin embargo, por recomendación de sus amigos no lo hizo. En Tumaco, existe una creencia popular sobre la Policía, explica el joven, pues los ciudadanos creen que la fuerza pública trabaja con los grupos armados. Se cree que si alguien denuncia o se entromete “lo matan por sapo”.
Al igual que Andrés, las demás víctimas pidieron que su identidad fuera privada. Camilo Ortega de 17 años, cuenta que el pasado 23 de octubre, cuando paseaba con su novia y unos amigos por la calle del batallón sobre las siete de la noche, se presentó una falla eléctrica en el municipio y, poco tiempo después, se acercaron a ellos tres hombres quienes comenzaron a pedirles todas sus pertenencias. Mientras esto ocurría, uno de los sujetos les dijo que los venían investigando desde hace tiempo porque tenían la sospecha de que eran informantes de barrios enemigos. Camilo, al escuchar esto, puso detrás a sus acompañantes, ya que en Tumaco quienes son calificados de informantes los matan. Sin miedo alguno, comenzó a explicarles a los asaltantes que él solo era un estudiante. Durante esta conversación, el joven conoció que la intención de los hombres era conseguir que se uniera al grupo criminal de la Gente del Orden.
Algo similar le ocurrió a Sebastián Perlaza un joven de 18 años que, el 29 de septiembre, mientras daba un paseo por la playa de Pradomar, se encontró con dos sujetos de no más de 25 años que estaban armando un cigarrillo de marihuana. Cuando los sujetos se percataron de su presencia, le ofrecieron el bareto, pero él rechazó. Posteriormente, lo invitaron a unirse a uno de los grupos para vender droga. Aunque tuvo dudas por el miedo a que le fueran hacer algo, al final rechazó la oferta. La situación no quedó allí, una semana después, uno de sus conocidos, además de ofrecerle droga, le volvió a hacer la oferta de unirse a los grupos.
El caso de Sebastián abarca dos principales problemas de la juventud y niñez tumaqueña: el reclutamiento infantil/juvenil y el consumo de drogas. Esto es explicado por Elizabeth Landázuri, oficial psicosocial en la oficina de Save the Children Tumaco. Para ella, el problema del reclutamiento forzado es especialmente peligroso en el municipio, puesto que las condiciones precarias obligan a los jóvenes a elegir estas vías alternas de violencia y narcotráfico. Bajo la experiencia de la oficial, los casos de reclutamiento en el municipio comienzan desde muy temprana edad.
“Después de los 10 años para ser más precisos comienza el reclutamiento infantil”: Elizabeth Landázuri.
Esta característica se observó en la investigación, puesto que, aunque los casos que se expusieron son jóvenes de 17 y 18, se encontraron múltiples situaciones que involucran a víctimas de menor edad, los cuales por miedo a recibir amenazas o ser asesinados, prefirieren guardar silencio. Todos ellos, por su condición, han estado expuestos a situaciones de reclutamiento forzado en los últimos tres meses. Lo anterior muestra una tendencia en el incremento de casos de reclutamiento la cual inició justo después del rompimiento del pacto. Aun así, la Policía Municipal bajo la dirección del comandante William Baracaldo León explica que han notado una disminución en los casos de reclutamiento forzado, contrario a lo observado en esta investigación.
Las afirmaciones de la Policía se basan en las campañas educativas que han desarrollado para garantizar la protección de la niñez, que, según la patrullera María Lucelly Cardona, integrante del grupo de infancia y adolescencia, han ayudado a disminuir los casos de reclutamiento. Cabe recordar que las víctimas, por miedo a la creencia popular de que la fuerza pública trabaja con los grupos criminales, evitan realizar denuncias. Por ello, la Policía tiene desconocimiento de los nuevos casos. Cuando se le preguntó a la patrullera por la violencia del municipio, con la intención de incluir la pregunta sobre las presuntas relaciones con grupos armados, aparentemente bajo la orden de superiores, quiso cortar la entrevista pues no estaba autorizada para responder.
La patrullera explica que la Policía adelanta campañas de educación integral en los barrios que están más afectados por el conflicto. Todo lo anterior, como método de prevención para el maltrato infantil, consumo de drogas y el reclutamiento infantil. Sobre este último, la patrullera anuncia la importancia que tiene para seguir, supuestamente, disminuyendo el reclutamiento. Por ello, planean continuar con los procesos con el fin de garantizar la protección de la niñez tumaqueña.
El pacto armado por la paz
Desde 2017, en Tumaco se estaba presenciando una disminución en la violencia o por lo menos en la tasa de homicidios que, según Carlos Jacinto Castellanos, comandante de la Policía de Tumaco, había reducido los casos de quince a doce, comparando el mes de junio en el año 2016 y 2017. La reducción fue explicada por el Gobierno Nacional por el aumento de la intervención militar, no obstante, el desarrollo de las conversaciones entre la Gente del Orden y las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP) habría sido la verdadera razón de la disminución de la violencia según Sandra Quiroz, una de las integrantes de las disidencias de las FARC.
Sandra, a quien se le cambió el nombre para proteger su seguridad, explica que para diciembre de 2018, La Gente del Orden y las GUP hicieron un trato que buscaba la reducción de la violencia en el municipio. El pacto por la “paz”, como fue denominado, sirvió para disminuir los índices de homicidio y los habitantes pudieran transitar libremente sin restricciones territoriales. Aunque hubo varias violaciones a la tregua, no fue hasta la muerte del ex combatiente Nelson David Sánchez Segura, que alias ‘El Tigre’, quien es hermano mayor del fallecido y líder de La Gente del Orden, decidió romper la tregua.
“Cuando me enteré de que ya no había trato, me asusté porque sabía que todo se iba a poner mal”, afirma Sandra mientras expresa las preocupaciones que provocó el fin del pacto. Enojada por la pérdida de su amigo más cercano, la militante explica que la regla no es la misma para todos. Cuando su amigo fue asesinado, no rompieron el pacto “tenían que esperar a que un duro muriera para romperlo”.
Sandra explica que la venganza fue la razón de la ruptura. Hace varios años El Tigre coordinó un operativo para asesinar al comandante de las GPU, Alías Rocky, y al no encontrar su paradero, decidieron matar a su esposa. Por ello, “para devolverle el favor”, el comandante envió dos de sus hombres para darle de baja al hermano del Tigre. Luego de este suceso, los dos sicarios fueron asesinados por la Gente del Orden y entre ambos grupos surgió una tensión que derivó en el rompimiento del pacto.