Fasol es el Fondo de Solidaridad con los Jueces colombianos y está encargado de ayudar, hace más de 26 años, a víctimas del poder judicial. Esta organización vela por los intereses de jueces, fiscales, miembros del CTI y personas que estén implicadas con la violencia del sector judicial.
¿Qué hace Fasol por las personas?
Esta organización es la delegada de crear y llevar a cabo proyectos encaminados a la atención de víctimas. Sus componentes principales son la recuperación integral, proyección social, prevención y fortalecimiento institucional para las personas afectadas por hechos violentos.
¿Cómo funciona su línea de trabajo?
Fasol tiene diferentes mecanismos, que se desarrollan y estructuran cada tres años. Actualmente estamos desarrollando un proyecto el cual tiene un gran componente sicosocial, apoyo económico, reubicación de las familias y establecimiento de sus vidas después de un hecho violento y atención a las víctimas.
Si son una corporación sin ánimo de lucro ¿cómo reciben fondos para ayudar a las víctimas?
Esta entidad jurídica, privada e independiente es financiada por dos agentes; primero, está la colaboración de organizaciones alemanas; y, en segundo lugar, la ayuda local. Ahora bien, esta ayuda local se compone de más de 4500 funcionarios de la rama judicial, que aportan cinco mil pesos mensuales descontados de su salario y particulares que realizan un aporte voluntario.
¿Qué pasa actualmente con la justicia en Colombia?
Detrás de la justicia hay más de 1200 acciones violentas que han dejado más de 500 familias víctimas en 25 años. Actualmente, hay 120 familias articuladas a Fasol.
¿La justicia es otro ejemplo de corrupción?
La justicia aún no está perdida y en Colombia existen personas honorables y responsables. Sin embargo, los que hacen correctamente su trabajo se exponen a grandes riesgos que en muchas ocasiones los llevan a ser víctimas de su honestidad.
¿Qué ha pasado con el nivel de violencia en estos últimos 26 años?
El nivel de violencia y asesinato ha mermado en los últimos años; no obstante, las amenazas a funcionarios judiciales han aumentado a tal punto que sus dinámicas de intervención se han enfocado en la protección a víctimas que pasan por desplazamientos e intimidaciones constantes.
¿Cómo ayudan a un funcionario que esté amenazado?
Es difícil ayudar a una persona que esté amenazada porque en realidad ni siquiera el Estado ha sido capaz de brindar una orientación y protección. Sin embargo, lo que nosotros hacemos es trabajar desde la prevención del riesgo con funcionarios en ciertas zonas determinadas, donde hay alteraciones de orden público bastante complejas y tratamos de crear mecanismos de alertas tempranas para saber exactamente si una persona puede ser víctima de una amenaza o de una acción violenta a tiempo.
Si las entidades gubernamentales encargadas del cuidado de estas víctimas no han logrado presentar una solución adecuada, ¿qué hacen ustedes específicamente?
Nuestro plan de trabajo consiste en denunciar los casos, hacerlos visibles y brindar el auxilio pertinente. Y así mismo, hacemos un seguimiento a que esto se cumpla. Desafortunadamente, cuando los funcionarios realizan estas denuncias sin alguna corporación de respaldo no se les da atención a tiempo o incluso, a veces, nunca se les da; pero cuando hay una organización detrás respaldándolos puede que esta actúe más efectivamente.
¿Qué sucede cuando la vida del funcionario o su familia corre peligro?
Cuando la amenaza es demasiado latente y pone en riesgo no solamente a la persona sino a las familias, velamos por sacarlas de la región en donde están afectadas, buscar traslados y reubicarlas en otra región. Incluso, si es necesario salir del país se trata de gestionar esto.
¿Qué le brinda Fasol a la sociedad colombiana?
Yo creo que lo primero que les puede brindar Fasol es una cara diferente de la justicia. Actualmente estamos atravesando por una crisis de corrupción en la justicia que es innegable desde las altas cortes hasta sus bases, pero no es lo único que existe en la justicia ni tampoco es una situación generalizada.
¿Qué invitación hace Fasol a la gente?
Nosotros los invitamos a reconocer que la justicia es algo necesario en la construcción de un Estado democrático sobre todo en un escenario del post acuerdo. La justicia hay que fortalecerla, rodearla, acompañarla ya que esta es un mecanismo efectivo de poder.
¿Cómo pueden hacer las personas para participar de su voluntariado?
Hay muchas formas de trabajar con nosotros. Aquí en Fasol, como en toda corporación u organización que defiende derechos humanos, tenemos unas líneas de investigación. Claro, el componente más que todo es jurídico y de víctimas, pero son unas líneas de investigación en donde las personas pueden articularse desde la academia. Además, tenemos actividades puntuales donde hacemos estos ejercicios de proyección social, encuentros con víctimas con el de que la gente se articule no solamente participando activamente, sino que sepan que existen víctimas de un sector como el judicial. Otra forma de participar es a través de las donaciones que también es como funcionamos nosotros.