“Proponemos que nuestro equipo diplomático en consulados y embajadas sea mucho más profesional. Que quienes hayan acumulado saberes alrededor de las relaciones internacionales puedan acceder a los cargos y no simplemente, como ocurre hoy, que llegan los hijos de los presidentes, los amigos de la clase política, algunos incursos en corrupción”. Estas eran las palabras del actual presidente Gustavo Petro, quien mientras estaba en campaña prometía que el servicio exterior del país bajo su mandato estaría a cargo de los profesionales en el área.
Pero nueve meses después de instaurada su administración, su política exterior no funciona como lo planteó en ese entonces. Su Cancillería ha sido objeto de críticas en los últimos meses debido a los cuestionables nombramientos de embajadores y cónsules que, en su mayoría, no son de la Carrera Diplomática y Consular, pero que tienen alguna relación política o personal con el presidente, su gobierno, e incluso la primera dama.
Pero la crítica no termina allí. Varios sectores han dicho que algunos de estos funcionarios nombrados por decreto no son aptos para su cargo. Uno de esos casos es el de Álvaro Moisés Ninco Daza, un joven que fue designado como embajador en México y ha sido cuestionado porque, como evidencia el decreto de Cancillería, la Comisión Evaluadora que se reunió para aprobar su nombramiento lo consideró apto dada su experiencia en simposios de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, así como modelos de Naciones Unidas, una experiencia precaria si se compara con la de decenas de funcionarios de carrera.
También está el caso del consulado de Chile que, como hizo público el Sindicato de Empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores (SEMREX), lo asumió Sebastián Guanumen, asesor del actual presidente. Su nuevo cargo diplomático antes le pertenecía a un embajador de carrera con más de 25 años de experiencia, quien debido esta decisión política fue trasladado a segundo en la embajada de este país.
Estos nombramientos y las inasistencias injustificadas a las citaciones que la Comisión Segunda del Congreso, encargada de los temas de política internacional, fueron los que llevaron al ministro Álvaro Leyva a una moción de censura. El pasado 24 de abril, en plenaria del Senado, la votación terminó favoreciéndolo con 108 votos en contra de la moción y 13 a favor de esta.
Pero a pesar de esta situación la realidad se mantiene. Los embajadores que no son de carrera siguen siendo quienes, mayoritariamente, se encargan del servicio exterior en el mundo. Leyva continua como jefe de la cartera y los cargos se siguen ofreciendo como favores en bandeja.
Este es el caso de la embajada de Colombia en Reino Unido, que solo hasta hace pocos días estaba sin un posible embajador porque a pesar de que -en palabras de presidente- esta fuese una misión diplomática muy codiciada, no quería ser aceptada por nadie. Luego del rechazo del expresidente Juan Manuel Santos y de la negativa de exministro Alejandro Gaviria y el exministro José Antonio Ocampo, se terminó señalando como probable embajador a Roy Barreras, quien hace poco tuvo que abandonar su curul en el Senado.
¿Cómo se compone la planta actual de embajadores bajo el Gobierno Petro?
En 9 meses de la actual administración se han hecho 43 nombramientos de embajadores. De estos, 32 son personas que no pertenecen a la Carrera Diplomática y Consular, mientras que solo 11 lo hacen.
Es importante cuestionarse estos nombramientos porque, como lo explica el internacionalista David Castrillón, “es desde lo internacional que cumplimos muchas de nuestras aspiraciones como nación, estas personas importan y son determinantes para el éxito o el fracaso de la gestión de Colombia frente al país u organismo al que están designados”.
Aunque el presidente tiene la facultad de hacer nombramientos de embajadores y cónsules que no son parte de la carrera diplomática, debido a la figura de libre nombramiento y remoción, la preferencia de estos en comparación a los de carrera desconoce a los diplomáticos que se han formado en Colombia. “La diplomacia no se improvisa, nosotros estamos en constante formación para llevar a cabo la representación de nuestro país de una manera profesional, entonces, ¿cuál es la razón de tener una Carrera Diplomática y Consular si no se aprovecha el capital humano que estas formando durante años?”, comenta María Angélica García, presidenta de Unión de funcionarios de carrera Diplomática y consular de Colombia (UNIDIPLO).
El cambio tampoco tiene cara de mujer
Dentro de las promesas de campaña de la actual administración no solo estaba la profesionalización del servicio exterior, sino que también se estableció que las mujeres serían primordiales para lograr una verdadera transformación. De este eje de campaña se esperaban mayores cambios, pero las cifras muestran que no es así.
A la fecha se puede ver que de los 43 nombramientos de embajadores bajo esta administración, solo 12 corresponden a mujeres. De este grupo solo 2 de ellas pertenecen a la Carrera Diplomática y Consular. Para la academia esta situación es inquietante ya que, como lo afirma David Castrillón, miembro de Diplomacia Abierta, “la brecha entre nombramientos de hombres y mujeres se mantiene en niveles muy preocupantes. Si se incluyeran aquellas personas que han sido designadas preliminarmente en el cargo, las cifras se tornan aún más negativas”.
Pero a estas cifras también se les debe agregar otra realidad. La de las nuevas diplomáticas que se han sumado a la institución. En el último curso de formación se graduaron 15 nuevas diplomáticas entre 39 funcionarios. En ediciones anteriores, como en el 2021, solo había 2 nuevas diplomáticas entre 22 funcionarios. Aunque la cifra ha sido creciente conforme han pasado los años, el número sigue siendo desigual.
Para la línea de Diplomacia Feminista del semillero de investigación de Análisis de Política Exterior Colombiana (Apeco) cuestionar los nombramientos con un enfoque de género es lo que permite ver las incoherencias en el discurso. Como expresa Estefanía Ortiz, miembro de Apeco, “no tiene sentido decir que Colombia tiene una política exterior feminista, o está en el proceso de formar una, cuando no hay representatividad en el servicio exterior”.
El problema de tener pocas mujeres no solo está en número, sino en lo que se pierde por no nombrarlas a ellas en los escenarios de toma de decisión a nivel internacional. “Sin mujeres no hay valor agregado, es decir, no hay miradas diversas a los temas que aborda la política exterior del país”, afirma Ortiz.
El futuro y las nuevas generaciones de diplomáticos
El pasado 6 de febrero la Cancillería anunció el decreto 1041 del 2023, que se hizo pública la convocatoria para que un grupo nuevo de diplomáticos integren la carrera diplomática y consular en 2025. A diferencia de años anteriores, cuando se abría cupo para 30 o 40 nuevos funcionarios, este año solo se aceptará a 15.
Para Unidiplo, el sindicato de la Cancillería, la decisión no es consecuente con los esfuerzos que la institución hace. Como afirmó María Angélica García, la situación que actualmente se vive en la entidad es una que ha trascendido administraciones. “Nosotros somos conscientes del reto que hay en la planta del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sabemos que el Ministerio está trabajando en ello. Sin embargo, la solución no puede ser reducir los cupos de la Carrera Diplomática y Consular”.
Desde el sindicato han dicho que el problema no solo es del actual gobierno, pero este sí tiene un diferenciador: hacer de la profesionalización una bandera de campaña. “Este gobierno fue muy enfático en decir que no iba a pasar lo que estamos viendo actualmente: favores políticos y priorización por lazos cercanos. Vemos entonces que no se le da la importancia a la carrera. Y no es algo para nosotros, sino que no se ve el valor que hay en que el Estado tenga profesionales que sepan de los temas que se tratan afuera”.
A pesar de que esta sea la actual realidad del servicio exterior del país, no se debe dejar de reconocer los logros alcanzados que, si se comparan con otras administraciones, la actual sí ha conseguido. Como afirma David Castrillón, “si se mira históricamente, para los primeros nueve meses de gestión vemos que este gobierno está haciendo una mejor tarea, tanto desde el nombramiento de mujeres, como desde personas de carrera. Estamos viendo algo relativamente distinto y las cifras son más favorables”.
Solo el tiempo y los hechos podrán establecer de forma exacta si fue acertada la gestión de la Cancillería bajo la actual administración. “Creemos que nuestros diplomáticos están siendo formados en las mejores condiciones, pero si bien un nombramiento de carrera no es garantía de que se va a hacer una buena gestión, uno que no es de esta no significa tampoco lo contrario”, afirma David Castrillón.
Y, aunque el actual panorama tenga pequeñas diferencias con previas administraciones, lo único que actualmente es cierto es que lo propuesto en campaña no se está cumpliendo. Los nueve primeros meses de esta administración se cerraron con cifras desiguales, no solo para embajadores pertenecientes o no pertenecientes a la Carrera Diplomática y Consular, sino también para las mujeres que hacen parte del servicio exterior colombiano.