El tráfico y la congestión en Bogotá es un problema que afecta a todos sus habitantes, pero para las personas que viven en las periferias de la ciudad esto es aún más problemático.
Al permanecer llenas las vías de acceso a municipios como Soacha y Sibaté, los habitantes de estos sectores suelen salir perjudicados, no solo por el transporte sino por los distintos trasbordos que deben tomar para llegar a sus lugares de destino. Es por ello que el Distrito lleva planeando, durante largos 60 años, la manera de mejorar la movilidad en estos lugares a través de la construcción de la llamada Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) Sur.
La proyección de la ALO Sur está a cargo del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y permitiría a los ciudadanos del occidente de la capital una solución eficiente frente al tema de la congestión vehícular, con un corredor exclusivo en el cruce entre la vía Chusacá y la calle 13. Este corredor haría que disminuya el tráfico, principalmente, en la Autopista Sur, la avenida Ciudad de Cali y la calle 13.
La construcción consiste en 24 kilómetros en doble calzada y varias adecuaciones viales cuyas especificaciones técnicas serán explicadas a continuación. Por un lado, tendría 46 puentes llamados pontones, que pasarían sobre diferentes cuerpos de agua como lagunas, lagos y ríos, lo que permitiría conservar los ecosistemas nativos. Como algunos predios por donde pasaría la ALO Sur son propiedad privada y no corresponden al suelo urbano y de expansión de la ciudad, se construirían puentes sobre estos terrenos.
La ALO Sur también tendría dos “intersecciones a desnivel” en la calle 13, entendidas como vías elevadas sobre otras vías, como el puente exclusivo para el Transmilenio en el cruce entre la carrera 30 y la Autopista Norte con calle 100. Estos desniveles ahorran tiempo a los conductores mientras que una intersección común irrumpe con la cantidad de vehículos que transitan por una vía.
Estas vías estarán acompañadas de 9.5 kilómetros de cicloruta (de 4 metros de ancho); distancia correspondiente al trayecto, por ejemplo, entre las localidades de Chapinero y Barrios Unidos. Así mismo, contará con andenes de 16 metros de ancho y con 153 mil metros cuadrados de espacio público, equivalentes a 22 veces el Estadio Nemesio Camacho El Campín.
El proyecto se está evaluando desde diciembre de 2017 y de ser aprobado se abriría un proceso de licitación, que iniciaría en junio, para adjudicar la obra a través de una concesión de 25 años.
Según información oficial, el monto destinado para la construcción es de 914 mil millones, inversión que cuadruplicaría la que se hizo con el BD BACATÁ, la construcción más alta de Bogotá. El dinero se destinaría de dos maneras: 615 mil millones para la infraestructura y 359 mil millones para la operación y el mantenimiento durante esos 25 años.
No obstante, una de las razones que han demorado la ejecución del proyecto ha sido la compra de los predios por los cuales pasaría la ALO Sur. El periódico El Tiempo documentó en el artículo “La ALO sigue en el papel después de 23 alcaldes y 56 años”, publicado en junio de 2017, que el único avance en el último medio siglo había sido, para ese entonces, la adquisición de la mitad de los predios.
La construcción de la ALO desanima a algunos habitantes de Soacha, que se verían directamente afectados por el proyecto. Hector Morales, un emprendedor del negocio del gas que habita la zona, se mostró desesperanzado, pues la obra lleva estancada varias décadas. “Las alcaldías no lo toman en serio y nosotros seguimos sufriendo por el trancón que todos los días se forma”, afirmó Morales.
Julian Sierra, habitante de Sibaté, comentó que los trayectos pueden durar varias horas y los trasbordos son múltiples. Por ejemplo, cuenta Sierra que desde el Centro de Bogotá a su vivienda se demora en llegar dos horas y media o más.
Patricia Contreras, trabajadora del sector, afirmó que “para nosotros los que vivimos en el sur, (la ALO Sur) ayudaría mucho. Yo espero que no se demore la construcción y que no se roben la plata”. No es extraño que Contreras afirme esto, pues en Bogotá han ocurrido múltiples casos de corrupción en los últimos años, un ejemplo sonado fue el llamado ‘Carrusel de la contratación’. En dicho escándalo, que conmocionó a la opinión pública, estuvieron involucrados desde varios funcionarios públicos, servidores del IDU, congresistas, empresas constructoras, hasta el mismo alcalde del momento, Samuel Moreno. La pérdida en obras más relevante fue la de la tercera fase del Transmilenio, específicamente en la calle 26, que demoró varios años en finalizarse su construcción.
¿Quién construiría la ALO Sur?
De acuerdo con información enviada por la oficina de prensa del IDU el 10 de abril del presente año, la única propuesta que está siendo evaluada actualmente es de la empresa "Promesa de Sociedad Futura ALO SUR S.A.S." Sin embargo, al verificar su constitución legal en la Cámara de Comercio de Bogotá, Registro Único Empresarial y Social (RUES) y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) no se encontró rastro alguna de su razón social. Al preguntar de nuevo a el IDU, la entidad respondió el 30 del mismo mes que la iniciativa privada se conforma de tres empresas: Concay S.A, Icein S.A.S, y Pavimentos Colombia S.A.S. Estas unidas en un proyecto llamado "Autopistas Urbanas S.A.S."