Primera C profesional en Colombia: una urgencia para el fútbol juvenil del país

Martes, 02 Septiembre 2025 19:15
Escrito por

La creación de esta liga es una necesidad para ampliar la competencia y abrir camino a los jóvenes futbolistas, aunque enfrenta retos financieros y logísticos.

Conferencia durante el Football Axis Summit. De izquierda a derecha: Eduardo Luis, periodista WIN Sports. Álvaro González, presidente Difutbol. Ramón Jesurún, presidente Federación Colombiana de fútbol.||| Conferencia durante el Football Axis Summit. De izquierda a derecha: Eduardo Luis, periodista WIN Sports. Álvaro González, presidente Difutbol. Ramón Jesurún, presidente Federación Colombiana de fútbol.||| Sebastián Betancur|||
43

El debate por la creación de una liga Primera C profesional en Colombia se ha vuelto a hablar en el ambiente futbolístico del país, no como un proyecto extemporáneo, sino como una necesidad estructural urgente. Voces autorizadas de los principales estamentos del fútbol (Federación Colombiana de Fútbol, Difútbol y Dimayor) coinciden en que la actual pirámide competitiva se ha vuelto estrecha para la gran cantidad de talento emergente y la compleja realidad geográfica del país.

Los expertos opinan que la creación de una Primera C profesional significaría añadir un tercer escalón a la pirámide competitiva del balompié colombiano, actualmente limitada a la Primera A y la Primera B. Aunque desde hace décadas existe una Primera C amateur organizada por la Difútbol, su carácter no profesional la excluye de la cadena de ascensos y descensos. Convertirla en una categoría con estatus profesional implicaría que clubes de ciudades intermedias o equipos filiales tengan la posibilidad real de ascender y los de la B y la A se verían obligados a elevar su nivel para no descender.

También te podría interesar: Así se prepara México para el Mundial de fútbol 2026: consejos para Colombia.

La recategorización del fútbol colombiano va más allá de crear un torneo adicional, es una reestructuración del sistema mismo que busca mayor movilidad, competitividad y oportunidades para el talento emergente. Países como Argentina, Brasil o España cuentan con varias divisiones profesionales que nutren la base del fútbol y amplían el mercado deportivo. En Colombia, dar este paso supondría no solo democratizar el acceso al profesionalismo, sino también fortalecer la industria futbolera como empresa, obligando a los clubes a mejorar su administración, sus canteras y su sostenibilidad financiera.

 

Logo de la División Aficionada de Fútbol (Difutbol) organización que desde hace muchos años tiene la categoría C como no profesional. Foto tomada de: Difutbol.

Beneficios potenciales de una Primera C profesional

La creación de una tercera división abriría espacio a cientos de futbolistas que hoy ven truncado su camino. Álvaro Vargas, arquero de Fortaleza Sub-17, mencionó que la creación de esta categoría podría traer beneficios: “Debutar en la A o la B es muy difícil. Si se crea la C, habría más competencia y más sueños cumplidos. Sería un impulso enorme para quienes queremos empezar desde abajo en el fútbol profesional”.

No olvides leer: De Buenos Aires a Bogotá: así llega el modelo educativo de River Plate al país.

Además de beneficiar a los juveniles, la medida ampliaría el mapa futbolero del país. Ciudades intermedias y regiones que hoy no tienen representación en el profesionalismo podrían sumarse a la competencia, generando nuevos públicos, rivalidades y economías locales. Para los analistas, una mayor movilidad en ascensos y descensos también obligaría a los clubes de la B y la A a elevar su nivel, reduciendo la complacencia de equipos que se mantienen sin riesgo de perder la categoría.

 

Voces decisivas, retos claros

El consenso entre dirigentes es que la creación de una Primera C profesional es inaplazable, pero también que el camino está lleno de obstáculos. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, explicó que hoy existe una categoría C manejada por la Difútbol con buena acogida, aunque sin estatus profesional. Para él, el gran desafío es transformar esa base en una división competitiva con ascensos y descensos reales hacia la B.: “La categoría C es necesaria; el reto es crear una que compita en ascenso con la B, como en muchos países”. Además, aclaró que los costos de transporte y la geografía del país complejizan el proyecto

 

Desde el lado del fútbol aficionado, Álvaro González, presidente de la División Aficionada de Fútbol (Difútbol) recordó que Colombia ya vivió la experiencia de una Primera C robusta en los años noventa, con más de 350 clubes, y que de allí surgieron equipos como La Equidad que hoy compiten en la élite. Para él, esa historia demuestra que el país cuenta con el talento y la materia prima necesaria para sostener nuevas divisiones: “Colombia necesita mínimo cuatro categorías profesionales. La materia prima está: jugadores, árbitros y técnicos. Lo que falta es decisión”.

La creación de una división o categoría C en Colombia podría beneficiar al talento juvenil. Tomada de: FCF.

El presidente de la Dimayor, Carlos Mario Zuluaga, compartió la visión de fortalecer la pirámide, pero advirtió que la sostenibilidad financiera es clave. Señaló que la experiencia en la B ha mostrado lo difícil que es mantener clubes con bajos ingresos y poca asistencia: “Sí a la categoría C, siempre y cuando tengamos solucionada la parte económica. No podemos repetir los problemas de la B. Necesitamos estabilizar la industria, pero la competencia es vital para elevar el nivel de todos”.

 

Una reestructuración que no da espera

La discusión sobre una nueva categoría aparece en un momento en el que el fútbol colombiano enfrenta tensiones económicas y una presión creciente por mejorar la competitividad. Según la Superintendencia de Sociedades, en 2023 los clubes de la Primera A generaron ingresos muy superiores a los de la B: equipos como Millonarios y Atlético Nacional superaron los 90.000 millones de pesos, mientras que el conjunto de la segunda división apenas alcanzó cifras cercanas a 60.000 millones. La brecha es evidente y con ella la dificultad de sostener a clubes que, por falta de recursos, no logran consolidar proyectos deportivos sólidos.

A esto se suma que el actual contrato de televisión, vigente hasta 2026, reparte aproximadamente 55 millones de dólares anuales de forma igualitaria, dejando a cada club alrededor de 1,5 millones de dólares por temporada, una cifra baja si se compara con ligas vecinas. Según analistas, esto limita la capacidad de inversión en infraestructura, divisiones menores y contratación.

En este contexto, los dirigentes ven la Primera C profesional como una oportunidad no solo para ampliar la competencia, sino para redistribuir el talento y fortalecer el mercado interno.

También le podría interesar ver: Football Axis Summit: el foro de fútbol más grande de Colombia.

Para dimensionar esa diferencia basta con observar el caso del fútbol argentino. Su contrato televisivo con TNT Sports y ESPN, según cifras de abril de este año, asciende a 120 millones de dólares anuales, más del doble de lo que recibe el fútbol colombiano en su conjunto y destinado exclusivamente en la división profesional superior.

Esta comparación evidencia no solo el retraso en ingresos por televisión del fútbol colombiano dentro de la región, sino también la urgente necesidad de reformular el modelo competitivo. Así, la inclusión de una Primera C profesional podría ayudar a redistribuir recursos, generar nuevos retornos comerciales y fortalecer la base del sistema futbolístico nacional.

"El desafío será conciliar el sueño deportivo con la viabilidad económica".

Los obstáculos a sortear

El entusiasmo choca con la realidad de un país diverso y geográficamente complejo. Como advirtió Jesurún, Colombia no es Argentina ni Paraguay, donde la mayoría de los equipos están concentrados en una sola ciudad: “Aquí, cada desplazamiento supone altos costos de transporte y logística. A eso se suma la dificultad de garantizar estadios en condiciones reglamentarias y la necesidad de fortalecer el arbitraje y la administración de los clubes”.

Zuluaga ha sido tajante en que, sin estabilidad financiera, no puede haber nuevos torneos: “No podemos repetir los problemas de la B con clubes sin financiación. La industria se fortalece solo si todos cumplen sus obligaciones, desde jugadores hasta proveedores”.

Para González, en cambio, “el país tiene la materia prima suficiente y lo que falta es voluntad política y decisión dirigencial”. Entre ambas visiones, queda claro que el desafío será conciliar el sueño deportivo con la viabilidad económica.

No deje de leer: Calla su voz, pero el balón siempre lo escucha