La lógica del Club Atlético River Plate —integrar escuela y deporte con flexibilidad y contenidos adaptados— está encontrando terreno fértil en Colombia. Fortaleza CEIF y Clan Academy han tomado elementos de ese sistema para ofrecer a sus jugadores una formación pensada para las demandas del alto rendimiento, evitando que el calendario escolar se convierta en un obstáculo para el desarrollo deportivo.
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En ambos casos, la infraestructura académica y deportiva está interconectada y los docentes trabajan en coordinación con entrenadores y preparadores físicos. La prioridad es que el jugador pueda rendir en la cancha sin perder su continuidad académica y que el estudiante desarrolle herramientas para el futuro, incluso si no llega al fútbol profesional.
Conferencia durante el Football Axis Summit. De izquierda a derecha: Daniel ángulo, periodista de WIN Sports, Santiago David, director de fútbol formativo de River Plate. Tomada por: Sebastián Betancur Martínez.
Santiago David, director de fútbol formativo de River Plate durante una entrevista para Plaza Capital explicó por qué nació la idea de un colegio para futbolistas. “Para nosotros es esencial hablar de un desarrollo integral. Fuimos pioneros en tener una escuela secundaria dirigida a formar deportistas, con planes individuales y un modelo específico para alto rendimiento”.
David aclara que el éxito de la cantera no solo se explica por la técnica y la táctica, sino por un modelo educativo que acompaña al jugador desde lo académico y lo personal. En Argentina, el colegio de River ofrece horarios flexibles, tutores especializados y contenidos que conectan directamente con el fútbol como el análisis estadístico o aplicaciones de la geometría en la cancha.
En Colombia, esta filosofía ha empezado a replicarse. El Proyecto Educativo Fortaleza y Clan Academy ofrecen a sus estudiantes-jugadores la posibilidad de entrenar y estudiar sin que una actividad sacrifique a la otra.
El modelo River Plate: escuela y cancha bajo el mismo techo
En Buenos Aires, el colegio de River se integra físicamente con las canchas y áreas de entrenamiento. Los alumnos pueden pasar de una clase de matemáticas a un análisis de video de su propio partido o a un trabajo sobre ángulos aplicado a un tiro libre.
Además, cada jugador sigue un plan académico adaptado a su desarrollo cognitivo y a las exigencias de competencia. “En la mañana se entrena lo deportivo y en la tarde lo mental, que es lo educativo”, resume Santiago David. El sistema, homologado por el Ministerio de Educación de Buenos Aires, ha sido adoptado por otros clubes argentinos como Vélez Sarsfield, Estudiantes de La Plata y Temperley.
Fortaleza CEIF: educación a pasos de la cancha
Fortaleza CEIF tiene su proyecto educativo para sus futbolistas. Créditos: Fortaleza CEIF.
El Proyecto Educativo Fortaleza ubicado en la vía Suba-Cota, está diseñado exclusivamente para deportistas del club. El colegio se encuentra frente a las canchas de entrenamiento y al gimnasio del equipo profesional, lo que permite a los jugadores moverse entre clases y prácticas optimizando el tiempo.
Daniel Rodríguez, jugador del equipo sub 17, vive esa cercanía todos los días: “Es un colegio que facilita entrenar y estudiar a la vez. Si faltamos por entrenar, nos permiten ponernos al día y los profesores nos ayudan mucho”. La rutina de Daniel Rodríguez comienza a las 8:00 a.m. con clases, sigue con almuerzo rápido y entrenamiento desde la 1:40 p.m. y, cuando hay competencias o viajes largos, las evaluaciones y talleres se reorganizan para que los estudiantes no se atrasen.
El programa incluye una asignatura llamada “Proyecto”, en la que cada estudiante investiga y expone sobre la carrera que quiere estudiar, fomentando que busque alternativas diferentes al fútbol. Para Daniel Rodríguez, el valor está claro: “Hay que tener segundas opciones. No es solo estudiar por estudiar, son conocimientos que más adelante sirven, incluso para montar una empresa o tomar decisiones en la vida”.
Clan Academy: un calendario adaptado al alto rendimiento
Sede del colegio de Clan Academy, educación para deportistas. Crédito: Clan Academy.
Clan Academy ubicado en el norte de Bogotá, ofrece un modelo híbrido, con clases presenciales y virtuales, diseñado para que los entrenamientos y competencias internacionales no interfieran con el avance académico. La jornada se organiza en bloques con pausas planificadas y materias obligatorias como matemáticas o ciencias, pero también asignaturas especializadas como psicología deportiva, algo poco común en los colegios tradicionales.
Este enfoque se basa en la flexibilidad: si un deportista debe viajar a un torneo, el colegio ajusta las fechas de entrega, reorganiza evaluaciones y permite que el estudiante continúe con sus clases en modalidad virtual. La coordinación con los entrenadores y la homologación de proyectos académicos en función de las horas de entrenamiento semanal son parte de este sistema.
Samuel Henao, jugador sub 17, destaca la diferencia con su experiencia previa: “En un colegio tradicional, sacar permisos para entrenar era muy complicado. Aquí priorizan el deporte y ajustan trabajos y horarios según las competencias”.
El colegio acaba de lanzar un programa exclusivo para futbolistas que incluirá inglés con vocabulario técnico, periodismo deportivo y finanzas aplicadas al deporte con el objetivo de que el estudiante pueda desenvolverse en entornos profesionales internacionales. “Nunca me he perdido un entrenamiento o una competencia por lo académico. En colegios tradicionales, varios compañeros han tenido que faltar por exámenes o salidas tarde”, afirma Samuel Henao.
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Más allá del rendimiento deportivo, Clan Academy busca formar personas con habilidades útiles fuera de la cancha: capacidad de comunicación, gestión financiera y un dominio del inglés orientado a la interacción en equipos de otros países. Así, el colegio apuesta por un perfil de deportista integral que pueda enfrentar las exigencias del fútbol moderno y de la vida profesional posterior.
Para Santiago David, formar futbolistas no significa solo preparar a futuros profesionales, sino también a jóvenes capaces de construir un proyecto de vida más allá del deporte. “Cada vez es más complejo el juego, y para entenderlo también se necesita formación intelectual”, asegura.