Tras seis meses de trabajo, la casa cultural con perspectiva feminista La Morada oficializó labores. Este espacio cuenta con una Escuela de Feminismo, atención psicosocial y jurídica y red de acompañamiento para el aborto seguro.
Un nido para la resistencia
La Morada surge de conversaciones entre mujeres jóvenes y feministas que tuvieron dificultad para encontrar un espacio de reunión y ejecución de actividades en Bogotá. Inicialmente, compartieron espacios con colectivos y movimientos sociales de izquierda, pero en ocasiones denunciaron actitudes contradictorias y machistas.
“Tener nuestro propio lugar se convirtió en una necesidad. La casa la saqué yo e hice una convocatoria para que participaran chicas que quisieran contribuir. Es así como aparecen un montón de chicas, en su mayoría de la Universidad Nacional, pero también tenemos ‘compas’ de universidades privadas”, cuenta Jennyfer Vanegas, trabajadora social, magíster en estudios de género y coordinadora de La Morada.
En el proceso de planificación y construcción de La Morada participaron varios colectivos feministas para darle forma y contenido al espacio: Líricas del Caos, Las Gordas sin Chaqueta, Red Político Artística de Mujeres Jóvenes, La Tremenda Revoltosa Batucada Feminista y la Coordinadora Feminista, además de otras organizaciones.
Asimismo, la creatividad y el talento de las artistas Sol Trejos y La Wife fueron indispensables para darle color, simbolismo y vida a cada rincón de La Morada. Estas mujeres no solo plasmaron en murales los ideales de lucha, sino que también donaron la pintura y su mano de obra.
Así funciona La Morada
La Morada es una apuesta innovadora, no solo por ser la primera casa con perspectiva feminista en Bogotá, sino también por ser un espacio autogestionado que no depende de ninguna institución pública o privada. Esta casa se sostiene económicamente gracias a donaciones en especie, el alquiler de sus espacios, la venta de bebidas y alimentos bajo modalidad de comercio justo, el arriendo de dos oficinas a colectivos aliados y el crowdfunding disponible en www.vaki.co/lamorada para quienes deseen colaborar.
La casa cuenta con múltiples espacios para disfrutar: un sitio de consulta feminista, tres salones para talleres, un espacio de niños y niñas, un co-working para chicas (lugar para trabajar), un sitio de descanso, un consultorio con servicio psicosocial y jurídico que se cobra de acuerdo a los ingresos de las mujeres que lo utilicen o si no tienen dinero se hace por trueque, el café, la barra, un patio funcional y un espacio para eventos.
Sin embargo, esta casa no solo está pensada para las necesidades femeninas, pues también se ocupa de situaciones que afectan a los hombres en torno a sus decisiones de vida. Es por esto que La Morada cuenta con una oficina liderada por la Acción Colectiva de Objetores y Objetoras de Conciencia (ACOOC) que brinda asistencia a jóvenes que “no tienen razones” para prestar el servicio militar. La otra oficina está ocupada por la Fundación Kobb que trabaja en el fortalecimiento de procesos sociales y productivos de comunidades urbanas y rurales de Colombia, desde la perspectiva de territorios, memorias, productividades e identidades a través del cine y la fotografía.
Red de acompañamiento promueve abortos seguros
De acuerdo a estadísticas del Instituto Guttmacher, anualmente en Colombia el 44% de los embarazos no planeados terminan en un aborto inducido. Es decir, se practican más de 400.000 abortos clandestinos y de ellos, 132.000 mujeres sufren complicaciones por recurrir a espacios no adecuados para esta práctica y sin información.
Para hacerle frente a este problema de salud pública, uno de los principales aliados de La Morada es la red feminista ‘Las Parceras’ que brinda acompañamiento e información a mujeres que deseen interrumpir su embarazo de manera segura. La semana pasada, esta red de apoyo lanzó la campaña “365 días por la vida y la dignidad de las mujeres” para exigir que el aborto sea gratuito, libre y seguro, en contraposición a la campaña “40 días por la vida”, que lideran grupos cristianos y antiderechos. ‘Las parceras’ son un colectivo pro aborto, trabajan el tema de salud sexual y reproductiva para las mujeres. La Morada sirve como puente de comunicación con muchas mujeres que pasan por esta situación y no saben a dónde acudir.
Un espacio libre de violencia
Esta casa cultural con perspectiva feminista está en deconstrucción de prácticas machistas, racistas, clasistas y colonialistas. “Las feministas tenemos que ir no solamente en contra del patriarcado, sino también de todos los sistemas de opresión que al unirse hacen que tengamos situaciones difíciles”, afirma Jennyfer.
Es por esto que, La Morada es un espacio libre de violencia y tiene prohibida la entrada a hombres que hayan sido denunciados penalmente o a través de redes sociales por maltrato y acoso. “El tema de la mujer, llámese feminismo como le dicen aquí en occidente o empoderamiento como se le llama en otras partes del mundo, es una lucha que la mujer debe dar. Las mujeres han sido relegadas en la sociedad y no es que ellas se victimicen, es que realmente han sido víctimas del sistema patriarcal. Por eso, para mí la apuesta más importante de esta casa es esa”, afirma entusiasmado Luis Ángel Ramos, ingeniero ambiental y gestor del café de La Morada.
En este momento, la casa tiene dos talleres: Bitcoin y Criptomonedas que es todos los martes a las 7:00 p.m. y se imparte de manera gratuita, y la Escuela Feminista que está ofertando el ciclo básico en donde los asistentes podrán ahondar en el feminismo y sus prácticas, cada clase tiene un valor de $25.000 pesos. La Morada está ubicada en pleno corazón de Teusaquillo, exactamente en la Carrera 19 # 36-34, abre todos los días y tiene atención al público desde las 9:00 a.m. hasta las 9:30 p.m.