El renacer de una pasión: Juan Quiroschka encontró una oportunidad en medio del caos

Viernes, 14 Mayo 2021 11:27
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Con 30 años de experiencia artística y pese a las dificultades que afronta actualmente debido a la pandemia, Juan Carlos Quiroschka Chacón, un artista empírico de las calles de Bogotá, admite haber encontrado una fuente de inspiración en medio de la incertidumbre.

Juan Quiroschka en su taller pintando un cuadro||| Juan Quiroschka en su taller pintando un cuadro||| Instagram @quiroschka|||
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El 6 de marzo del 2020 quizás es una fecha que muchos recordaremos pero que pocos queremos repetir. Desde que fue confirmado el primer caso de coronavirus en Colombia todo cambió de manera abrupta, el confinamiento obligó a cientos de comerciantes a cerrar sus negocios y muchas empresas optaron por reducir sus nóminas. A pesar de ello, hay quienes en medio de la confusión y la desesperación encuentran una nueva esperanza. Este es el caso de Juan Quiroschka, un artista multifacético oriundo de Bucaramanga y que hace 31 años vive en la capital de la República.

Desde muy niño encontró su pasión en la pintura, la música y la poesía; al darse cuenta del don con el que había nacido, decidió encaminar su sueño a través del lienzo. Este artista de 53 años empezó a pintar cuando apenas se encontraba en párvulos, ya cuando estaba en primaria descubrió que este sería su estilo de vida. “La vida me fue empujando, empezaron a aparecer personajes que eran indicadores de mi destino como pintores que me pedían modelar para ellos”.

De joven pasaba la mayor parte de su tiempo en las bibliotecas, le encantaba leer toda clases de libros, especialmente aquellos que contenían una gran cantidad de ilustraciones y fotografías. Fue así como a sus 17 años decidió dedicarse de lleno a la pintura, empezó a interesarse por la historia del arte y poco a poco iba perfeccionando esa habilidad que había adquirido de niño. Aparte del pincel, Juan encontraría en el micrófono y en el lápiz sus otras dos pasiones: la música y la poesía, pues, según él, cuando era niño, perteneció al coro de su escuela, donde también le enseñaban literatura. “Cuando decidí lanzarme a esa búsqueda de que era lo que quería, me encontré con ese tríptico que me hizo feliz”.

A sus 23 años dejó el calor de su tierra para experimentar las frías noches de Bogotá, empezó a trabajar en la Carrera Séptima con calle 21, muy cerca al barrio Las Nieves. En el año 2015 decidió establecerse frente a los cristales de la Universidad del Rosario donde actualmente labora. Juan Quiroschka nunca se llegó a imaginar que seis años después llegaría una pandemia y cambiaría todo a su paso, entre ello, su trabajo que se ha visto muy afectado debido a las múltiples restricciones para salir a la calle y poder así, exhibir sus obras a los miles de transeúntes que diariamente caminaban por la zona. “Se cerró esa ventana de publicidad sobre la Séptima”.

Durante la pandemia pudo sobrevivir gracias a las ayudas mensuales de 150 mil pesos del Ministerio de Cultura, a gente solidaria que le regalaba mercados o dinero, y aquellos clientes antiguos que le encargaban uno que otro trabajo. Sin embargo, tal y como él lo afirma, pese a que esas ayudas servían de algo, no eran suficientes para vivir cada mes. Debido a las dificultades que se le han presentado, ha tenido que idearse distintas maneras para promocionar su arte, entre ellas, su página de Facebook e Instagram y los constantes intentos para exhibir sus obras en galerías, desafortunadamente no ha tenido suerte.

“Yo tengo un lema: si no se pinta, no se come. Si hablamos monetariamente, el artista que mantiene a mi familia es el pintor”, afirma con cierto tono de resignación. Posterior al aislamiento y a las continuas cuarentenas, la fuente de ingresos de este artista bumangués ha quedado única y exclusivamente limitada a sus pinturas y a lo que pueda generar de ellas, anteriormente tocaba con bandas en bares, pero eso se acabó.

Un año después de completo confinamiento, la Alcaldía decidió reactivar las actividades comerciales en la ciudad de Bogotá, gracias a esto, Juan Quiroschka se pudo reencontrar con aquella esquina que hace seis años lo acogió para darse a conocer como artista. Sale en los días permitidos, tal y como él lo dice, “esperando a enganchar algo ahí”.

Independientemente de los inconvenientes por los que pasaba, Juan Quiroschka no se quedó con los brazos cruzados, y en vez de ello, le sacó el máximo provecho a los días en aislamiento. Según él, la pandemia sirvió como fuente de inspiración para algunas de sus obras: “el artista por ser una persona sensible, todo lo vibra. A mí me gustó mucho porque siempre he anhelado estar encerrado, fui muy feliz, me encantó estar en el taller creando vainas. Hice una que otra obra pensando en la pandemia, pinté el pánico y el terror, me ha gustado verlo por el lado del estrés, de la paranoia y del terror que están inculcando”.

Durante estos tiempos difíciles, Juan vio la oportunidad de retomar su camino en la música que tenía abandonado. Con una voz gruesa pero agradable, es el vocalista de “Inmortales”, una banda que se encuentra grabando su primer disco. Reconoce que el reto es grande, lanzar su primer álbum conformado por diez canciones, pues, debido a la limitación de los recursos, no han podido grabar profesionalmente.

Juan Quiroschka hace un llamado para apoyar el arte, más aún en estos tiempos donde se encuentra en riesgo, “el arte es importantísimo porque es otra manera de contar la historia de lo que le está sucediendo a la humanidad. El arte llega a sensibilizar y hacer pensar a la raza humana, es un foco de reflexión, es como mirarse hacia adentro, hacia sí mismo. En sí la creación del universo es una obra de arte”.