Gabriel: Escenas de la infancia al compás de la cuarentena

Domingo, 26 Abril 2020 08:53
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Desde el pasado 24 de marzo, millones de niños en Colombia permanecen en sus lugares de residencia a causa de las medidas decretadas por el gobierno nacional para evitar la propagación del COVID-19. Debido a esto, muchos chicos han tenido que aprender a pasar el tiempo mientras se esconden de la pandemia. Entre ellos, está Gabriel, de 2 años; que aguarda por volver al colegio para ver a sus amigos de nuevo. A continuación, y a manera de pieza musical; un mosaico de mi hermano, descubriendo su niñez a partir de las circunstancias.

 

Obertura: En “el campamento”, como él lo llama, Gabriel se imagina en la selva profunda o en la búsqueda de algún tesoro. 07/04/2020|Andante: Mientras llega la hora del almuerzo, sube a la terraza para jugar a la pelota. Allí, aún puede correr. 08/04/2020|Amoroso: Gabriel y mamá. Alrededor de las cinco, el sol crece y debajo suyo, el cariño de una madre. 13/04/2020|Allegro: A través de pinturas, canciones y juegos, Gabriel memoriza los números y se une al aprendizaje virtual. 20/04/2020|Crescendo: Sin notarlo, va encontrando en la lectura una forma de felicidad. 22/04/2020|Vivace: Detrás de una lupa, Gabriel es capaz de convertirse en explorador, detective y científico; a veces, los tres al tiempo. 21/04/2020|Adagio: En ocasiones, con un “¿Puedo ayudarte?” logra convencer a cualquiera y de paso, llevarse la mejor parte del postre. 22/04/2020|A tempo: Cuando le pregunto si se siente aburrido, me dice “sí”, y añade que no puede salir “porque la policía no deja”. 21/04/2020|Fuga: Al mirar hacia afuera, advierto en su rostro su expresión de inocencia, consumiéndose en silencio por la cuarentena. 13/04/2020|Final: Tras cerrar el concierto, Gabriel regresa de su ilusión, y la filarmónica entera vuelve al montón de juguetes. La sinfonía: Retrato de una infancia limitada por la pandemia.||| Obertura: En “el campamento”, como él lo llama, Gabriel se imagina en la selva profunda o en la búsqueda de algún tesoro. 07/04/2020|Andante: Mientras llega la hora del almuerzo, sube a la terraza para jugar a la pelota. Allí, aún puede correr. 08/04/2020|Amoroso: Gabriel y mamá. Alrededor de las cinco, el sol crece y debajo suyo, el cariño de una madre. 13/04/2020|Allegro: A través de pinturas, canciones y juegos, Gabriel memoriza los números y se une al aprendizaje virtual. 20/04/2020|Crescendo: Sin notarlo, va encontrando en la lectura una forma de felicidad. 22/04/2020|Vivace: Detrás de una lupa, Gabriel es capaz de convertirse en explorador, detective y científico; a veces, los tres al tiempo. 21/04/2020|Adagio: En ocasiones, con un “¿Puedo ayudarte?” logra convencer a cualquiera y de paso, llevarse la mejor parte del postre. 22/04/2020|A tempo: Cuando le pregunto si se siente aburrido, me dice “sí”, y añade que no puede salir “porque la policía no deja”. 21/04/2020|Fuga: Al mirar hacia afuera, advierto en su rostro su expresión de inocencia, consumiéndose en silencio por la cuarentena. 13/04/2020|Final: Tras cerrar el concierto, Gabriel regresa de su ilusión, y la filarmónica entera vuelve al montón de juguetes. La sinfonía: Retrato de una infancia limitada por la pandemia.||| @juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|@juanalejandromotato|||
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A veces no lo comprendo, llevo días sin salir al parque y en mi familia se preocupan cada vez que ponen las noticias. ¿Por qué no les gustan las canciones infantiles como a mis amigos y a mí? Deberían ver cómo me divierto con ellos cuando llega el profe Kike a cantar con su guitarra. Solo que últimamente no los he visto, y tampoco a los otros profes ni a mi papá. Mi mamá dice que él no se alcanzó a devolver cuando nos mandaron a cuarentena, y que la policía no nos deja asomarnos ni a la tienda; pero yo no le entiendo.

Además de eso, extraño ir al colegio, creo que me he perdido como unos doscientos recreos. Mis primos tampoco han vuelto a estudiar, y mi mamá hace rato que no madruga. Para mí, las cosas se pusieron así desde que llegó mi hermano, pues nos contó que en Bogotá la gente no quería ni tocarse, y que las personas estaban quedándose en casa. Creo que debió afectarle, porque esta mañana lo vi hablando con el computador y me dijo que estaba estudiando, pero no lo vi usando uniforme. 

De cualquier manera, ya no quiero estar aquí. Estoy aburrido de correr por la terraza, y hace días que no voy a la cancha; mis juguetes también lo están. Hoy se me han acabado las historias para contarles, y al parecer, lo han notado. Es que esto es confuso para mí, no sé qué más hacer para que todo esto termine. Tal vez mañana, ya nos dejen salir.