Empresa que ofrece préstamos de fácil acceso en Bogotá es el anzuelo utilizado por estafadores que cobran por la venta de formularios y la gestión de trámites que son requeridos para la aprobación de un crédito cuya suma nunca es desembolsada.
Plaza Capital le hizo seguimiento a una de estas empresas para conocer cómo era el proceso de aprobación y desembolso de un crédito de hasta 50 millones, con intereses del 1% mensual, en el que no se requiere fiador. Además, puede ser solicitado por cualquier persona que lo requiera, sin importar que sea desempleado, pensionado, o que esté reportado en Datacrédito.
La empresa se llama Serfimerco y tiene como medio publicitario la entrega de volantes en el centro de Bogotá. En ellos invita a sus posibles clientes a entrar a su sitio web donde se puede diligenciar una inscripción equivalente a una solicitud de préstamo, que aparentemente, es analizada y aprobada en un término de dos días. Sin embargo, después de ser aprobada y de notificar al solicitante al respecto, este tiene que empezar a pagar numerosos trámites que “al final se convierte en 2 millones de pesos consignados y sin un peso del crédito en la mano”, dice una de las afectadas quien solicitó reserva de nombre.
Soraya Suarez Baron, una antigua usuaria de Serfimerco, cuenta que después de haberse inscrito por internet fue llamada por una mujer quien le notificó que su crédito había sido aprobado. Entonces, le pidió que llenara un formulario que le había sido enviado por correo electrónico y que debería devolver, de manera física, a la ciudad de Medellín junto con un “Certificado de existencia domiciliaria”. Este documento costaba $50.000 pesos y solamente podía adquirirlo en la oficina de Tramientrega, una pequeña empresa de mensajería ubicada en la carrera 9 No. 17-70 en Bogotá.
Según Serfimerco, el “Certificado de existencia domiciliaria” era indispensable para el proceso, ya que solo así podrían verificar que Soraya residía en el lugar que había señalado en los datos de la inscripción; y como el prestamista la visitaría a domicilio para entregarle el dinero, tenían que estar seguros de que este “no perdiera la ida”.
Soraya compró el certificado y lo envió a Medellín. Se demoraron varias semanas en responder y cuando la contactaron le preguntaron una fecha y una hora para que el prestamista pudiera visitarla. Sin embargo, le dijeron que como un “requisito especial”, debía vincular a tres personas que estuvieran interesadas en solicitar un préstamo con Serfimerco porque, de no hacerlo, se le negaría el crédito.
Después de esto, Soraya siguió el consejo de un familiar y desistió en la búsqueda de su préstamo cuando había perdido $50.000 pesos. Sin embargo, en varios blogs y foros de internet existen denuncias de personas que dicen haber sido estafadas con este mecanismo, y acusan directamente a Serfimerco o a Colgestión (como se llamaba la empresa hace unos años), por haber perdido sumas de hasta dos millones de pesos a razón de trámites, pagarés, radicaciones, aprobaciones y formularios.
Gracias a la investigación que hizo Plaza Capital, se logró establecer que tanto Serfimerco como Tramientrega, son empresas registradas a nombre de Wilson Manuel Olivella Ramos, sujeto que fue culpado por estafa en la ciudad de Manizales en el año 2003. Antes de esto había sido gerente de numerosas empresas creadas de la misma manera que Serfimerco, con razones sociales similares y hasta con el mismo diseño de la página de internet.
Entre estas entidades figuran nombres como Colprestamos, Colimerco, Famicentro y Colgestión. Empresas que, al igual que Serfimerco y Tramientrega, se dedicaban a gestionar préstamos o a hacer trámites para conseguir créditos en las ciudades de Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Neiva, Armenia, Manizales, Ibagué y Valledupar.
Según Ana María Garai, abogada de la Universidad del Rosario, como la estafa es un delito querellable, es decir, que debe ser denunciado por una víctima, es muy difícil procesar a estas personas porque cuando la víctima se da cuenta de que ha sido timada, los criminales ya han desaparecido. Además, dice que según la jurisprudencia de la Superintendencia Financiera, “la ley no está para proteger la no diligencia de las personas, ya que hay que ser precavidos y solamente adquirir préstamos en instituciones autorizadas, es decir, en los bancos”.