La marcha inició en dos puntos de la ciudad, el parque de los hippies en la calle 60 con Séptima, y el parque central de Fontibón, a las 11 de la mañana. Hacia las 2:30 de la tarde, los manifestantes arribaron al Parque Simón Bolívar, donde se ubicaron de forma pacífica, con el acompañamiento de la Policía y la Alcaldía de la localidad de Teusaquillo.
Alice Lesmes, coordinadora del evento, aseguró que existe un problema de desinformación que impide una discusión seria con respecto a la marihuana. “Somos unos 150 mil consumidores, entre ocasionales y habituales, y también hay profesionales, universitarios, etcétera”, afirmó. “Lo que estamos mostrando aquí es que no somos todos unos gamines, o unos ladrones, sino una gran comunidad capaz de pedir en paz por algo que nos afecta”. Lesmes señaló disonancias en la política actual de drogas, donde uno puede tener hasta 20 gramos de marihuana como dosis personal, pero no puede comprarlos ni cultivarlos, ya que esto sería juzgado como narcotráfico.
Esta manifestación se presentó como parte de una serie de exhibiciones de la comunidad a favor del consumo responsable de sustancias psicoactivas, que llevó el pasado 5 de mayo a más de 20000 personas a las calles de Medellín, según sus organizadores. Lesmes aseguró que el principal problema para que esto se dé en Bogotá es apatía de la comunidad. "Hay muchos parches formados, pero igual a la gente no le interesa tanto. Nosotros no tenemos una cultura donde sea tan aceptado el consumo de marihuana como la de Medellín”.
La muestra, además de la presentación de varios artistas de reggae, ska y música electrónica, contó con la participación de colectivos a favor del consumo responsable de marihuana, los cuales mostraron productos como postres hechos con la planta. Así mismo, se realizaron estampados de camisetas, venta de artesanías y productos alusivos, y campañas de información sobre sustancias psicoactivas en general.
Algunos de los manifestantes se mostraron de acuerdo con las apreciaciones generales de Lesmes. Ignacio Uribe, de un grupo de divulgación de la localidad Rafael Uribe Uribe, dijo que eventos como estos sirven para diferenciar las drogas blandas, como la marihuana, de otros psicotrópicos más fuertes y peligrosos. “El problema más grave es que se confunden todas las sustancias, cuando la marihuana tiene usos no sólo recreativos, sino también medicinales, artesanales como el cáñamo, y además es una sustancia orgánica” aseguró.
Al preguntarle sobre si habría posibilidades de una legalización controlada, Lesmes dijo que era posible. “Se está demostrando que hay una comunidad dispuesta para discutir, y que queda la pelota en manos del gobierno”. A pesar de esto, algunos asistentes no fueron tan optimistas. “No se puede”, dijo un manifestante que pidió reserva de su nombre. “No se va a dar, la situación no se presta para eso. Y aún si se pudiera, las multinacionales o el Estado se apropiarían del consumo, e igual joderían al cultivador artesanal, al que tiene su matica para pegarse un porro”, afirmó entre una bocanada de humo.