Las universitarias se encuentran en el 27 por ciento de las bogotanas que admiten haber sido manoseadas o tocadas en el transporte público, según la última Encuesta Distrital de Demografía y Salud, del 2011.
Los manoseos son considerados como un acto sexual violento, según el Código Penal, y la condena puede estar entre los 8 y los 16 años. El problema, según el mayor José Francisco Peña, jefe del Centro de Investigaciones Criminológicas de la Policía Metropolitana de Bogotá, está en que las mujeres, cuando son víctimas de esos delitos, no denuncian. “Hay un componente de tabú, vergüenza y pudor. Las mujeres no denuncian por pena o por afán y casi no hay registros reales de cuántas mujeres son víctimas”.Plaza Capital habló con veinte estudiantes de la Universidad del Rosario, la Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes, de las cuales diez han sufrido este tipo de actos en el sistema Transmilenio. Sin embargo, ninguna de ellas denunció por distintas razones.
“El transmilenio estaba muy lleno y quedé entre tres hombres y una señora. El que estaba atrás sacó su pene, yo no me di cuenta de cómo, y me lo empezó a restregar en la cola”, contó Stephanie, quien prefiere no dar su apellido, estudiante de la Universidad del Rosario. Al preguntarle por qué no denunció afirmó que lo único que pudo hacer fue llorar. Los pasajeros se encargaron de expulsar al sujeto de la estación, pero no hubo denuncia penal.
“(El articulado) estaba superllenouando sentí que me agarraron la cola y me volteé a pelear, pero no alcancé a ver quién había sido”, contó Claudia, quien también prefiere que su apellido no sea revelado, estudiante de la Universidad del Rosario. Para Daniela, de la Universidad Javeriana, la experiencia fue parecida. “Estaba recostada en la puerta y un tipo que estaba al lado empezó a correr la mano. Yo me di cuenta, pero no hice nada. Me quité fue cuando sentí que me empezó a rozar el pantalón”, dijo.
Lo que es más frecuente en el resto de los casos es que las mujeres sienten que el hombre les frota sus partes nobles en la cola o las piernas. Ante eso, es complicado denunciar dado que “para hacer la denuncia es necesario que el sujeto tenga una mala intención y contar con testigos”, según el mayor Peña.
Transmilenio S. A., por su parte, es consciente de esta problemática y, r lo tanto, en el Día Internacional de la Mujer, implementó una prueba piloto de una puerta exclusiva para mujeres. Además, el sistema cuenta con 600 unidades de policía encargadas de atender cualquier acto sexual violento, que sea informado, contra cualquier pasajero.
Calderón, un auxiliar de policía de la estación de la Avenida Jiménez dice que, en los cinco meses que lleva de servicio en Transmilenio, solo ha recibido una denuncia de ese tipo. “Lo que se hace, si uno puede, es llevar a la víctima a la URI (Unidad de Reacción Inmediata) de Paloquemao, para que ponga la denuncia. Si no la pone, lo máximo que se puede hacer es trasladar al sujeto a que pase una noche en la UPJ (Unidad Permanente de Justicia)”, dijo.