Las bicicletas eléctricas son actualmente una de las alternativas que hay en oferta en el mercado, para movilizarse en Bogotá. El ciclista se puede evitar los trancones y los tumultos del servicio de transporte público de la ciudad, dado que puede transitar por los más de 350 kilómetros de la red de CicloRutas. Sin embargo, hay un vacío en la reglamentación para el tránsito de estos vehículos.
Hace dos años, Juan Manuel Espinosa y Federico Forero decidieron traer a Bogotá las bicicletas eléctricas –o Ecobicis, como las han denominado-, una tecnología que vieron por primera vez en París, en el 2007. Decidieron aplicar esta iniciativa al notar las cualidades que tiene, pues no contamina auditivamente ni genera emisiones, no necesita aceite, ni tampoco gasolina, dado que se carga “como si fuera un celular”, afirma Espinosa.Además, no requiere tener licencia de conducción, no se tienen que pagar impuestos ni expedir una matrícula, como en efecto sucede, por ejemplo, con las motocicletas eléctricas.
Desde el 2009, sin embargo, ha habido polémica por el vacío que hay en las normas para el tráfico de estos vehículos por la red de ciclorrutas de la capital. Esto se debe a que el Código de Tránsito define esos senderos como una “vía o sección de la calzada destinada al tránsito de bicicletas en forma exclusiva”. Al mismo tiempo, precisa que una bicicleta es un “vehículo no motorizado de dos o más ruedas en línea, el cual se desplaza por el esfuerzo de su conductor accionando por medio de pedales”. No obstante, no hay sanciones para la circulación de las bicicletas eléctricas por las ciclorrutas.
William Silva, usuario de una bicicleta eléctrica desde hace 1 año y 5 meses, afirma que el hecho de poder transitar por la ciclorruta es uno de los grandes atractivos de esos vehículos, pues “uno se evita andar en Transmilenio y en trancones, entonces se ahorra mucho tiempo”.
El problema radica en que las Ecobicis, que pueden costar entre $1’600.000 y $1’750.000, debido a la potencia de su motor, alcanzan una velocidad de hasta 40 Km/h, mientras que la velocidad de un ciclista en flujo libre es de 17 Km/h y la de un peatón, 5 Km/h, según la Secretaría Distrital de Movilidad.
Actualmente, hay más de 600 de estos vehículos rodando por las calles de la ciudad y siguen en aumento, según Juan Manuel Espinosa. “La gente se está dando cuenta de que este es un vehículo amable con el ambiente, que les ahorra mucho dinero y que no tienen que llegar sudando de tanto pedalear”, dice.