Camilo Díaz es un fotógrafo colombiano de Medellín, Antioquia. Desde joven estuvo interesado en el arte, estudió artes plásticas en la Universidad Nacional de Colombia en Medellín y se inclinó por la pintura. Cuando terminó su primera carrera hizo otras dos al mismo tiempo en la Universidad de Antioquia y en el Instituto de Bellas Artes. Por conocimiento general en las tres universidades tuvo que ver fotografía pero a él nunca le llamó la atención.
La fotografía siempre estuvo presente en la vida de Camilo Díaz. Su primera cámara se la regaló su padre y la segunda la compró en Inglaterra por un viaje que hizo para estudiar inglés. En Buenos Aires empezó una maestría en pintura, no le gustó, y decidió hacer varios cursos de fotografía. Después conoció a William Kano, un fotógrafo de moda, quien le dio la oportunidad de ser su asistente y aprender de él.
A Díaz no le gustaba la fotografía de moda, por lo que se quedó con William Kano dos años y después volvió a “trabajar al lado de la pintura”, con Leandro Erlich, un famoso escultor que le permitió viajar con regularidad. En uno de esos viajes tuvo la oportunidad de comprar una mejor cámara, empezó a hacer retratos, paisajismo y fotografía urbana. En ese momento él encontró, como afirma él, “mucho gusto a la fotografía.”
En un viaje a Hong Kong compró una cámara Canon 6D, y como lo expresa él: “deje de ver la fotografía como un turista y la empecé a ver con otros ojos, me di cuenta que estaba documentando historias de gente, entonces me quería dedicar a contar esas historias a otras personas.”
Camilo Díaz ha hecho natación por 21 años, estuvo en la selección Colombia y ganó medalla de bronce en el mundial del 2015. Cuando terminó su viaje por Hong Kong volvió a Colombia y siguió entrenando. Un día caminando por el centro encontró un estuche para poder sumergir la cámara a la piscina y lo compró, pero el forro no era el indicado para la cámara que tenía así que le puso caucho en el obturador para poder regular la entrada de luz.
Gracias a que el forro le llamó la atención, cambió su forma de tomar fotografías y empezó a tomar fotos subacuáticas. Díaz cuenta que hay muchos fotógrafos que realizan este tipo de fotografía con la naturaleza pero que de deportes hay muy pocos. Con dos fotografías de este tipo participó este año en dos categorías del concurso Sony World Photography Awards, uno de los que tiene mayor número de participantes. En la categoría de ‘motion’ ganó el primer puesto con una foto de la Selección Colombia femenina sub 21 de rugby subacuático y en ‘national competition’ ganó el segundo puesto con una fotografía de nado sincronizado.
Camilo Díaz explica que para tomar estas fotos se usa el mismo procedimiento que para realizar otro tipo de fotografías en modo manual. “Para poder tomar las fotos organizó la cámara desde afuera en modo manual, cierro bien el estuche, me tiró al agua y empiezo a hacer pruebas, o sea ver a qué distancia tengo foco y una vez lo tengo claro empiezo a trabajar con mi personaje principal”.
El fotógrafo colombiano dice que en este tipo de fotografías hay muchas posibilidades de error ya que es posible que después de horas de trabajo ninguna salga bien. Agrega que “es muy difícil porque la piscina debe estar limpia y no debe estar turbia, el modelo no debe sacar burbujas cuando esté bajo el agua y no puede hacer caras de ahogado, así que las posibilidades de errores son infinitas, yo creo que hay un 90% de error en las fotos subacuáticas.”
Cuando Camilo Díaz va a trabajar con un grupo muy grande su tarea se vuelve más complicada “siempre va a haber uno que flota un montón, el que siempre hace cara de ahogado y el que quiere ser el protagonista, entonces siempre se hace de primeras y mira a la cámara, así que pelear con todo es muy complicado.” Pese a que sea difícil, él ha creado varias reglas que le han funcionado a lo largo de sus sesiones de fotos. “Para los grupos grandes hago que sigan las siguientes reglas: primero les pido que exhalen todo el aire para que el cuerpo se vaya hacia el fondo, pero cuando uno de ellos sale a respirar ya no va a estar en la siguiente foto, porque eso me garantiza tener como personajes a los que aguanten más. También les digo que no me miren a mí para que sea una toma más natural.”
“Con las chicas de nado sincronizado, fue un reto grande porque me dieron muy poquito tiempo, era como media hora porque fue como 15 días antes de los Olímpicos y yo quería tener unas buenas fotos de ellas. Concluí que en ese deporte una chica es el espejo de la otra, entonces empecé a jugar con eso, a que las dos hicieran la misma pose para que de verdad pareciera como un espejo.”, señala Camilo. En este caso, debió repetir la sesión de fotos porque habían quedado desenfocadas, para la segunda oportunidad ya iba mejor preparado y logró tomar las fotos como deseaba.
Camilo Díaz concluye que “en Colombia es difícil. En las redes sociales a uno le echan flores y le dicen un montón de cosas. Con la foto con la que gané el Sony, que es el concurso más difícil del mundo, me inscribí a un concurso que hizo la Universidad Bolivariana y no paso ni siquiera para ser exhibida en la sala. Entonces acá me ha dado muy duro, sí me echan muchas flores pero nadie va a comprar este tipo de fotografías.”