El templo Govindás ubicado sobre la avenida Caracas con calle 34 es uno de esos lugares llamativos de Bogotá que atraen miradas con mucha facilidad. Es el epicentro del movimiento Hare Krishna dentro de la ciudad con una gran cantidad de devotos que asisten a él diariamente. Uno de ellos es Edward Vásquez, un joven de 20 años que hace un año comenzó a asistir al templo gracias a la empatía generada con una amiga que lo acercó al movimiento. Antes su vida era bastante diferente y su relación con la espiritualidad llegó a ser inexistente, pero ha encontrado nuevas motivaciones que le han hecho reafirmar su vínculo con la fe y encontrar resguardo dentro de esta religión.
¿Qué relación tenía usted con la religión antes de entrar a la comunidad?
Y yo tuve una vida religiosa bastante turbia antes de estar aquí. Primero, cuando era más joven e inexperto, me declaré ateo. Ello también por la influencia de varios compañeros que tuve en el colegio que se definían como comunistas y esos textos atacan mucho a la religión. (Risas) yo era de esas personas que entraba en conflicto apenas tocaban ese tema y era muy radical, lanzando argumentos en porqué el tener fe estaba mal. Luego decidí informarme un poco más respecto a las tendencias religiosas que hay además de la católica, por lo que me declaré agnóstico y no negué la existencia de nada. Sin embargo, luego comencé a leer textos del budismo y desde ese momento comencé a interesarme más en el tema y comenzó un camino que me trajo hasta aquí. Todo esto comenzó a pasar en 2013.
¿Y en que se diferencian las tendencias budistas con las católicas por ejemplo?
Lo primero es que hay un conjunto de comportamientos y actitudes que se aplican a la vida diaria y que se vinculan mucho con los cuatro principios básicos del Hare Krishna. Lo primero es ser vegetariano, el segundo es no consumir ningún tipo de sustancia que altere el nivel de conciencia (eso incluye la cafeína por ejemplo), no dejar nada al azar (que incluye las apuestas) y tener una vida sexual controlada.
Yo me sentí realmente identificado debido a que noté que yo ya cumplía varios de estos principios desde antes de entrar a la religión, al no consumir carne y no encontrar interés en el consumo de sustancias como las drogas y el alcohol.
¿Y que sea un movimiento tan restrictivo no afecta el ingreso de más personas?
Sí y no. Esta es una religión cuyo objetivo no es el reclutamiento si no la pedagogía. O sea, aquí nadie está porque no quiere o porque no se siente a gusto con los principios que profesamos. A su vez, hay un proceso de iniciación que cada persona realiza cuando se siente preparado, en ese momento se le otorga un nombre espiritual y confirma que está cumpliendo con empeño esos planteamientos. Todo está supervisado por un maestro espiritual que cuida su proceso. Sin embargo, si una persona que ya se inició falla y recae, en vez de ser juzgado su maestro espiritual se dedica más a él con el objetivo de mostrarle una vez más el camino a seguir. Esto hace que aquellos con la verdadera motivación para permanecer se queden y los que no sientan ningún tipo de interés no lo hagan.
¿Y ha sentido cambios en su actitud desde que se volvió Hare Krishna?
Es realmente interesante que poco a poco hay actitudes que comienzan a naturalizarse sin que uno se de cuenta y no son necesariamente relacionadas a los cuatro principios esenciales. Por ejemplo, yo antes era muy individualista y poco a poco he comenzado a confiar más en las personas, más en aquellos que están aquí. Siento que alguien que acabo de conocer (sobre todo dentro del templo) ya es mi amigo. Puedo contar con él y él ya puede contar conmigo así yo no me haya iniciado aún. Por otra parte me he desapegado del ego, de mis prejuicios, soy menos ansioso y he encontrado mucha paz que antes no tenía. Además puedo decir con gran emoción que actualmente nadie me cae mal.
¿Aquellos iniciados tienen alguna diferencia con los que no lo están? ¿O incluso con el maestro espiritual?
Solo es una cuestión de preparación. Si yo no me siento listo para pasar por el proceso no tengo porque hacerlo. Hay personas que lo hacen al mes y no está mal, pero yo aún siento que no es mi momento. Por otro lado los maestros espirituales son el mayor ejemplo a seguir que uno puede encontrar. Son una manifestación aquí en la tierra que si es posible seguir la vida que profesamos. Yo en mi caso siento que mi maestro espiritual me motiva mucho a nivel personal y en mi fe.
¿Qué clase de actividades realizan fuera del templo?
La verdad la comunidad se concentra mucho en el activismo. Estamos vinculados con propuestas como La Revolución de la Cuchara que es una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a realizar diversas actividades para promover el vegetarianismo y veganismo. También hacemos parte de colectivos medioambientales que no tienen vínculo alguno con la religión. De la misma manera dentro del templo o incluso fuera de Bogotá, hacemos actividades como cursos de Yoga y cocina vegetariana a las que cualquier persona puede asistir así no tenga ningún vínculo con el Hare Krishna.