En una casa antigua por los lados de la calle 26 en frente al cementerio Central, se llevó a cabo un evento que rompió con las tradiciones conservadoras que han guiado al país durante muchos años. La sexualidad, la lujuria y la pasión fueron las protagonista del fin de semana.

Al entrar la casa Kilele, una fundación privada de cultura, lo primero que se ve es a la organizadora Juliana Cepeda, con un sombrero que tiene la figura de dos senos desnudos. El lugar está lleno de prendas eróticas, productos afrodisíacos y juguetes para parejas. Se ven diferentes perfiles de personas, hay mujeres desde cincuenta años, hasta jovencitas como de veinte.

“Esta idea surge con la empresa de mi mejor amiga Fun Factory, pues buscamos abrir el tema de la sexualidad, desmitificarlo, hablar, aprender a explorar los sentidos y conocer todas posibilidades que ofrece este tema” cuenta juliana Cepeda, una joven como de veinticinco años, rubia, que viste con un leggins plateados y un poncho azul.

La sexualidad es un tema del que poco se habla en el país, es algo oculto y a veces misterioso que la gente prefiere evitar, además son muchos los imaginarios que se tienen sobre él. Para algunos es algo innombrable, para otros es algo natural que hacen todos los animales o algo placentero de lo que disfrutan varias veces a la semana. A la entrada del evento se escuchan dos señoras como de cincuenta años conversando sobre la feria y diciendo: “Yo pensé que esto era algo de sexo, no sé de personas desnudas por ahí o tal vez de prostitutas, pero parece ser que esto ahora hace parte de lo común”.

El sexo en la religión es algo oculto que solo se realiza entre esposos, tal vez es por eso que en Colombia ha sido algo que se ha tratado con mucho misterio y es hasta hora que se está destapando, cuenta la psicóloga especializada en sexología, Melissa Angulo. Mientras Laura Cifuentes una joven como de veinte años con cabello negro camina por la feria y observa el juego de Las Cincuenta Sombras de Grey comenta que es interesante encontrar este tipo de eventos en una sociedad que poco habla del tema.

En la esquina de la exposición se encuentra un estante muy llamativo con joyas que a primera vista tienen forma de flor, pero al detallaros son vulvas con diferentes formas, materiales y colores. “ La idea de estos accesorios es romper con ese misterio que se tiene sobre las vaginas y mostrar que todas son diversas y que sin importar las características todas están bien”, afirma Jessica Ortiz, trabajadora de Peace Works una organización que trabaja en búsqueda del desarrollo de un ideal de paz sostenible y no violencia en los jóvenes colombianos.

Al subir al segundo piso de la casa lo primero que se ve es un letrero que dice “Taller de creación de vulvas” y lectura de poesía erótica. El salón de lectura está lleno de almohadas y en el centro hay un joven con barba, pelo crespo y trigueño que se encuentra leyendo para unas cinco personas. “El sexo es algo muy bello que debe apreciarse y escucharse, no es solo placer como muchos piensan, hay algo mágico en este acto”, se escucha decir a una chica de pelo castaño y ojos verdes a su pareja, apenas se termina el poema.

“Si bien es cierto que hay que educar a los jóvenes sobre la sexualidad, es importante no dejar de lado el hecho de que el sexo no es solo placer, pues puede que con este tipo de eventos se esté fomentando esa idea de sexo solo por disfrutar” afirma Melissa. Sin embargo, resalta que este tipo de eventos ayudan a fomentar la educación sexual y a desmitificar ese tabú que se tiene contra el tema.

El evento termina con un taller de body painting, una nueva forma de arte que busca reemplazar la ropa por pintura. Entre risas, aplausos y alegría finaliza la primera feria de la sexualidad que realiza la fundación. Kilele es una casa cultural que busca explorar el cuerpo, el universo y diferentes actividades audiovisuales en pro de explorar la vida y la interrelación con las personas.