Desde Múnich a Bogotá

Sábado, 04 Octubre 2014 15:00
Escrito por

En el viejo continente, exactamente en Alemania, se celebra el Oktoberfest cada año. Esta famosa fiesta llega a la capital Colombiana por dos días para reunir y celebrar lo más representativo de la cultura alemana.

se inauguró el Oktoberfest, miles de alemanes se reunieron en el parque Guaymaral para celebrar esta fiesta tradicional||| se inauguró el Oktoberfest, miles de alemanes se reunieron en el parque Guaymaral para celebrar esta fiesta tradicional||| Foto por: Luisa Clavijo. Plazacapital.co|||
1747

Con los llamados escarabajos y lujosos BMW se inicia la exposición de carros, primer evento del día. Aunque hasta ese momento, exactamente a las once de la mañana, es escaso el público, casi todos recorren las carpas de comida y cerveza en busca de la mejor oferta gastronómica.

El viento levanta los manteles de cuadros azules y blancos alrededor de la tarima, además de revolver los cabellos de los asistentes que en su mayoría son extranjeros. Desde hace ocho años se realiza la versión bogotana de éste festival con el propósito de “fomentar el intercambio cultural”, sostiene Severin Harpf, organizador del evento y relacionista corporativo de la Camara de Comercio Colombo alemana que organiza el festival.

Separadas por una pequeña colina, en donde algunas parejas permanecen sentadas, están las carpas de comida típica y las carpas de cerveza. Pero el sol hace que otros grupos de personas se sienten bajo las sombrillas enterradas en el pasto, acompañados de las tradicionales cerveza y salchicha alemana.

Con el pasar de las horas y con una mayor afluencia de público, los trajes típicos se convierten en paisaje. Todo debido al concurso del mejor traje, el Dirndl de las mujeres y el Lederhosen de los hombres, en el que los participantes tienen que aprovechar lo mejor de su creatividad para convencer a los jueces. En tonos rosados Listener Mattern y Janin Hollemann, una pareja de amigos que están de intercambio estudiantil, decidieron diseñar sus trajes. “Aunque estamos viviendo acá en Bogotá desde hace solo dos meses, sentir de cerca lo mejor de tu cultura es lo más próximo a tu nuestro hogar”, afirma Hollemann.

Con el fuerte volumen de la música y la animada voz del showman se anuncia que es la una de la tarde: momento de inaugurar el Oktoberfest oficialmente con el fassanstich, acto en el que se abren los barriles de cerveza. El sonido de los obturadores de las cámaras no se hacen esperar y lo que era un gran tumulto de personas curiosas se convierte en una larga hilera de gente con vasos en las manos esperando su turno para saborear una de las cervezas más famosas del mundo.

Con un leve brillo de sol las personas caminan de un lado a otro o se sientan para disfrutar de la tradicional música alemana en vivo en compañía de sus familiares y amigos. Eduardo Medina y su hija asisten al festival desde hace tres años y aunque dicen nunca haber ido a Alemania, les parece que la distancia no es inconveniente para conocer lo mejor de otras culturas.

Con salchichas, pretzels, pie y cerveza las personas se pasean por el parque en el día en el que Bogotá para muchos, tanto alemanes como colombianos, se convierte en Munich.