La iniciativa de "Relata" pretende seguir formando profesionales en la literatura, los coordinadores del programa en los distintos departamentos dicen que hay fallas en el programa así como en la disposición de los participantes de los talleres.
Hoy, 2 de mayo, se está llevando a cabo el encuentro nacional de “Relata” en la Feria del Libro. El objetivo es poner sobre la mesa las necesidades que tiene la red en relación con el desempeño y los resultados que ha habido hasta ahora. Adicionalmente, se busca que ese programa, que lleva casi ocho años, tenga más visibilidad. “Uno de los grandes problemas es que, a pesar de que tenemos 56 talleres en todo el país, pocos lo conocen porque ha pasado desapercibido en los medios”, dijo Carlos Cómbita, asistente del área de literatura del Ministerio de Cultura.
Además de lo poca visibilización que tiene el programa, hay otros factores que influyen. Uno de ellos, es que las condiciones en que se desarrollan los talleres son muy pobres. “Muchas veces los profesores que dan las clases de escritura, lo hacen gratis. Esto se debe a que el Estado no alcanza a invertir un 2% del presupuesto nacional a la cultura”, dijo Cómbita. Este fue el caso concreto de Miguel Cifuentes, un santanderiano que hace parte de “Relata” escribiendo cuentos y dando clase en su departamento. Cifuentes afirmó que ha sido muy difícil surgir como escritor, y aún más, dar una clase de escritura. Asegura que el problema radica en que la administración de recursos es muy centralista y se olvida de las zonas alejadas.
Dejando a un lado el tema económico, quienes reciben los talleres también contribuyen al problema. Departamentos al sur del país como Caquetá y Vaupés, aún tienen bajos índices de lectura. “Hay poco compromiso por parte de los participantes porque generalmente son jóvenes y les preocupan más otras cosas. Esto también se debe a la falta de bibliotecas en el departamento”, señaló Herminsul Jiménez, profesor de la Universidad de la Amazonia en Florencia.
Victor Mejía, coordinador de los talleres en el centro del país, dijo que, el problema de la falta de lectura viene desde los colegios. “No hay orientadores para los procesos literarios en las instituciones educativas, a pesar de que es la única opción en muchos lugares del país”, agregó Jiménez. Sugiere que, los mejores estudiantes en las áreas de ciencias sociales y humanas, deberían ser escogidos e incentivados para ser los futuros docentes. De esa forma habrá una mejor guía en lo que tiene que ver con la creación literaria.
Mejía dice que una de las grandes fallas es que la red de escritura ha actuado de manera muy separada. Debido a que se dividen en nodos por departamentos, las metodologías y lógicas son muy diferentes. En ese sentido, él sugiere que haya una mayor comunicación entre los nodos para promover estrategias que sigan fortaleciendo el programa. Para esto, propone que haya encuentros con periodicidad más corta. Asegura que hay que aprovechar los pocos recursos que el Estado le brinda a “Relata”.
