Los efectos del paro nacional agrario, que comenzó el pasado lunes 19 de agosto en diferentes regiones del país, ya se evidencian en las plazas de mercado de Bogotá. Paloquemao, uno de los mercados con más afluencia diaria, recibe cada vez menos productos mientras los precios de los alimentos continúan subiendo.
El paro surgió como forma de protesta por el tratado de libre comercio con Estados Unidos, el contrabando, el alto costo de los insumos para cultivar y el incumplimiento de acuerdos por parte del Gobierno. Durante los 5 días de manifestaciones, a las cuales se han sumado algunos transportadores y estudiantes, se han presentado numerosos enfrentamientos con la fuerza pública a causa de los bloqueos que se mantienen en varias vías del país.
Los alimentos perecederos y flores
Debido a los bloqueos en las carreteras de Boyacá, cada vez menos frutas, verduras y hortalizas llegan a Paloquemao. Los vendedores explicaron que esto ha generado un alza en los precios de los alimentos, en especial la arveja (pasó de $250 libra a $2.500), la cebolla larga (antes: $700, ahora: $2.000) y la papa negra (de $30.000 bulto pasó a $60.000). Libardo Buitrago, un vendedor de hortalizas, comentó también que debido a las largas esperas en carretera los transportadores deciden botar a la vía los productos que se van dañando, de modo que cuando llegan traen poca mercancía. La incertidumbre es generalizada, pues quienes se surten de Corabastos no saben si la central abrirá mañana o si lo hará por poco tiempo, y quienes reciben sus productos directamente de los cultivadores no saben cuándo volverá a llegarles mercancía.
“El paro nos tiene jodidos”, aseguró Carlos, un vendedor de verduras y hortalizas en la Plaza de Paloquemao. Él vendía entre $400.000 y $500.000 diarios y ahora apenas alcanza a vender la mitad. Los principales problemas de los vendedores son la falta de abastecimiento desde Corabastos y la ausencia de compradores debido a los altos costos.
Rosa Castro, otra vendedora, explicó que “la gente piensa que es mejor comprar lo del diario en el barrio porque está todo caro, entonces la plaza está vacía”. Carmen trabaja como empleada en uno de los puestos de verduras y dijo que aún no se les ha dañado la mercancía pues lo poco que llega a diario desde Corabastos es lo que se vende.
Por otro lado, los comerciantes de flores también se han visto afectados. Aunque es normal que los precios aumenten por esta época debido a los preparativos para la celebración del amor y la amistad, ahora se suma el incremento de los precios por el paro. “La mayoría de las flores vienen de Medellín, pero como hay partes bloqueadas se demoran mucho y se dañan”, explicó Juan Gómez, un pequeño comerciante. Las flores más caras en el momento son los lirios y las rosas. Los compradores preguntan por varios tipos de flores y al final se van sin comprar pues los precios son altos y la calidad del producto es mala, pues llega maltratado por el viaje y los largos trancones.
Carnes, pollos y pescados
El paro agrario también ha afectado significativamente los negocios de aves en Paloquemao. Rosa Flórez, comerciante de gallinas, aseguró que no hay mercancía para satisfacer las necesidades de sus clientes, en su mayoría dueños de piqueteaderos. Al mercado deberían estar llegando cada día 5 o 6 ‘viajes’, cada uno de 2.000 gallinas, es decir entre 10.000 y 12.000 aves. Sin embargo, “no están llegando sino 2 o 3 viajes diarios”, aseguró Flórez.
La situación es igual de preocupante para los vendedores de carnes rojas. “Tenemos para vender hasta el final de esta semana, porque por suerte logramos recibir un viaje ayer”, dijo Andrea Quijano, comerciante del local ‘Cárnicos Peggy’. La res, que se trae desde la Sabana de Bogotá, ha empezado a escasear desde el pasado miércoles, 48 horas después de que se inició el paro. Del cordero solo queda para vender el hígado y el cuero. “Cordero no hay en Bogotá”, afirmó Quijano.
Por ahora, los únicos que parecen mantenerse a flote son los locales de pescado. Viviana Sánchez, vendedora del local 81466, dijo que solo es cuestión de tiempo antes de que bloqueen las vías de Chingaza, Cundinamarca y Villavicencio. De estos lugares se traen la trucha, la mojarra y el bagre.
Los consumidores
Consumidores habituales de esta plaza señalan incrementos hasta del 100 % en el precio de los alimentos. Blanca Rodríguez, habitante del sector centro internacional, dijo que sus gastos semanales en mercado han pasado de $150.000 a alcanzar los $300.000. Cifras similares reporta Julián Cardona, habitante del barrio Flores, quien pasó de gastar $35.000 a $68.000 desde que se inició la protesta.
El paro agrario ha motivado que algunos consumidores suspendan el consumo de los ciertos alimentos. “La papa y la arveja están muy costosas por lo que preferimos llevar otras cosas más accesibles”, dijo Carolina Guzmán, habitante de Chapinero.
Los alimentos, sin embargo, no son los únicos que registran aumentos. Esperanza Ríos, quien frecuenta la plaza en busca de hierbas y raíces, dijo que estos productos también se están viendo afectados. “El perejil y el cilantro están muy costosos y escasean mucho”, agregó Ríos.
Los usuarios se quejan también por lo que ellos consideran una especulación de los precios. “Uno entiende que los precios suban por el paro, pero hay algunos productos que aunque no escasean tienen precios elevados”, afirmó Bertha Barbosa, habitante del barrio el Salitre y habitual compradora en Paloquemao.
El transporte
“Si el paro de transportadores continúa, podría detenerse el suministro de frutas a Paloquemao en dos o tres días”, aseguró Hernando Pérez, un conductor que transporta maracuyá a diario a esta plaza. El conductor estima que “está llegando entre el 30 y el 40 por ciento de la fruta que llega normalmente, y los precios están casi al doble”.
Aun así, transportadores de grandes empresas no han visto una reducción en los alimentos que transportan. Un camionero de Refisal dijo a Plaza Capital que la cantidad de sal que estaba entrando a la plaza no se había reducido por el paro, y que el precio también se ha mantenido, a pesar de no conocer cifras precisas.
Humberto Duarte, conductor de un pequeño camión que distribuye a negocios locales, aseguró que el paro está dañando su negocio. “Me ha tocado cancelar varios envíos, porque no tengo la mercancía suficiente para surtir”, expresó.
Recalcó también que las condiciones de seguridad en carretera están difíciles porque los mismos transportadores están atacando a los colegas que no se unen al paro. Por esto, los conductores han cambiado sus grandes camiones por otros más pequeños para evitar ser agredidos en la carretera.
Según la Asociación Campesina del Catatumbo, hasta el pasado jueves se habían movilizado a las carreteras del país aproximadamente 200 mil campesinos, y los simpatizantes se siguen sumando a las protestas. La incertidumbre de los comerciantes sobre las consecuencias del paro nacional agrario en el territorio colombiano es general. Muchos de los vendedores, que dependen exclusivamente de la venta diaria en el mercado, están considerando cerrar sus locales hasta que llegue suficiente alimento para comerciar.