Desde el 2012 representantes del gobierno colombiano y de las Farc discuten cinco puntos claves que se consideran importantes para firmar la paz en Colombia. Estos son: el desarrollo rural, la participación política de la guerrilla, el fin del conflicto armado, el narcotráfico y los derechos de las víctimas. Aunque hasta el momento se han firmado tres acuerdos, las Farc siguen delinquiendo.
La muerte de siete policías en Montelíbano, Córdoba y la quema de 11 vehículos en el municipio de Tarzá, Antioquia hacen parte de los ataques más recientes de las Farc.
Uno de los mayores temores que aqueja al país es el posible surgimiento de nuevos grupos criminales que no quieran desmovilizarse. ¿Es posible que el término Farcrim, pensado como un grupo de las Farc que siga delinquiendo luego de la hipotética firma de los tratados de paz, comience a ser parte del presente y futuro colombiano?
En 1992 el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se desmovilizó dándole fin a la guerra civil salvadoreña. Sin embargo, una de las grandes consecuencias que trajo esta desmovilización, fue la creación de las grandes bandas de delincuentes conocidas como “maras” salvadoreñas que surgieron como respuesta al postconflicto. El ejemplo de El Salvador muestra una de las consecuencias que podrían surgir con el fin de la guerra en Colombia.
Un proceso similar al que se está realizando hoy en día con las Farc, se dio en el 2003, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, cuando varios grupos paramilitares se desmovilizaron. Aunque una gran mayoría de combatientes decidieron dejar las armas, algunos grupos que dependían económicamente del narcotráfico se convirtieron en bandas criminales, denominadas Bacrim, que en su mayoría delinquen en las zonas del Caribe, del Pacífico y Antioquia.
Según la Corporación Nuevo Arco Iris, las Bacrim se encuentran en aproximadamente 209 municipios y son los responsables del desplazamiento de cerca de 11.898 personas desde el 2011. Actualmente, siguen representando una de las amenazas más grandes para la seguridad nacional. El resultado que trajo la desmovilización de los paramilitares, ha generado varias críticas y cuestionamientos acerca de las posibles consecuencias que traería el proceso de paz.
Mario Urueña Sánchez, politólogo graduado de la Universidad Nacional con estudios en conflictos armados y guerras asimétricas, considera que si la paz llega a ser firmada, es posible que se creen grupos disidentes que pueden llegar a ser denominados como Farcrim. Además considera que podría llegar a suceder un proceso similar al que ocurrió con los paramilitares que se convirtieron en Bacrim, debido a que existen frentes de las Farc que están vinculados al narcotráfico, lo que llevará a una posible unión con las Bacrim. “(el ideal) no consiste en tomar el poder sino en mantener el negocio”, menciona Urueña.
Para el politólogo colombiano, una de las soluciones más viables para evitar que surjan grupos como las Farcrim, es desarticular y no permitir que estos se expandan, por medio de la fuerza pública. Urueña opina que el proceso de paz es “un paso necesario, más no suficiente”, ya que las Farc no son los únicos que llevan a la violencia, “son un síntoma, mas no una causa”.
Luis Eduardo Celis, investigador colombiano en el área de Derechos Humanos y asesor de la Corporación Nuevo Arco Iris, considera que el proceso de paz será una negociación exitosa, ya que resolverá problemas que se habrían podido resolver hace 60 años. Sin embargo, Celis es consciente que es difícil que todos los integrantes de las Farc estén de acuerdo con las negociaciones, por esta razón considera que se generarán dos disidencias, “una ideológica y una codiciosa”.
La ideológica sería entendida como las personas que no están de acuerdo con dejar de luchar por sus ideales por medio de las armas, y la codiciosa se refiere a los grupos que quieren mantener el conflicto por razones de recurso (narcotráfico y extorsiones). “No me gusta el término (Farcrim) porque creo que las Farc van a desaparecer y las disidencias que queden dejan de ser Farc”.
Entre más inclusivo sea el proceso de paz con las necesidades de los guerrilleros, menor será la probabilidad de la creación de grupos disidentes, lo que haría que estos grupos sean una minoría fácil de combatir. Para Celis, el surgimiento de las Farcrim no se podría comparar con la creación de las Bacrim, puesto que las Farc y los paramilitares son de pensamiento y "naturaleza distinta".
Si se llegaran a crear grupos disidentes relacionados con el narcotráfico, la región más afectada sería el Pacífico, ya que es la última región a la que llegó el grupo guerrillero, y allí están más interesados en la acumulación de recursos, afirma el investigador colombiano.
Según informes de la Policía, en este momento, muchos de estos grupos están vinculados con el narcotráfico y se han independizado de los altos mandos, por lo cual no encuentran una solución viable en el proceso de paz.