Humedal Tunjo: las alertas sobre una zona de tolerancia no regulada en Bogotá

Lunes, 08 Mayo 2023 19:52
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La inseguridad, denuncias de violencia sexual y un grave daño ambiental tienen en jaque a este ecosistema. ¿Qué implicaciones tiene esta situación, que afectaría incluso al páramo de Sumapaz?

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  • Coautor 1: Isabella Villamizar Bobrek

El humedal de Tunjo está ubicado en el sur de Bogotá, entre las localidades de Ciudad Bolívar y Tunjuelito. Antes de llegar hay un letrero del acueducto distrital, la entidad encargada de la preservación y cuidado de este ecosistema. La primera parte que se ve es el rio Tunjuelito. Sus aguas rodean al humedal y alimentan los espejos de agua de su interior. El color marrón indica que ha llovido recientemente, emana un olor putrefacto a basura, en las orillas se ve las bolsas de residuos que los habitantes tiran a las vertientes de agua.  

Este humedal está declarado por el Distrito como una reserva ecológica mediante el artículo 55 del Decreto 555 de 2021 dentro del Plan de Ordenamiento Territorial  (POT) como la Estructura Ecológica Principal, pues en el ecosistema se encuentran todos los elementos naturales: flora, fauna y agua. La desaparición del Tunjo ocasionaría una enorme afectación en otros ecosistemas como en los páramos y en las comunidades aledañas. Aunque el área de preservación es de 88.000 hectáreas, no hay una entidad que realmente proteja la biodiversidad del humedal. De hecho, Dany Pérez, consejero de juventud de la localidad de Tunjuelito, reconoce que este ecosistema se ha convertido en una zona   de tolerancia no regulada. 

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Contaminación y malos olores en una reserva ecológica 

El humedal del Tunjo abarca diversas problemáticas en temas ambientales. Las aguas quietas y alargadas del rio Tunjuelito se desbordan durante las temporadas de lluvia. El consejero de juventud de la localidad explicó que cuando se ha desbordado el río es por las fábricas de Colmotores y las zonas residenciales. Al no ser constantes los desbordamientos, no ha causado mayor impacto físico a la comunidad. Aun así, una de las quejas de los habitantes que colindan son los malos olores que se genera. Situación dada porque en el río se tiran desechos orgánicos, excremento humano y de animales, en ocasiones sangre, explicó el biólogo Fidel Poveda.   

Kevin Cediel vive hace 25 años en Tunjuelito, actualmente es líder de la organización ‘Sé el cambio’ que se encarga del cuidado y vigilancia del humedal. Él explicó cómo el ecosistema es mal usado por la comunidad: “Los de las motos para cortar camino, otros para salir más rápido y entrar al conjunto. Hay unos que se parquean para esperar y robar más fácil”. Estas acciones que realizan los habitantes de Tunjuelito ocasionan un fuerte impacto en el humedal, dado que por la presión que ejercen las motocicletas erosiona el suelo y causa infertilidad.  

Cediel contó que es común que al pasar por las mañanas se encuentren prendas de ropa en el suelo, bolsas plásticas o condones usados. Al limitar con fábricas de construcción y escuelas, se hallan escombros, residuos y envolturas que contaminan el ecosistema. Frente a esto, aseguró que hay poca conciencia de las personas y entidades para cuidar la reserva ecológica. Poveda afirmó que “es obvio que los humedales son importantes, tienen vida en ellos. Sin embargo, las políticas de protección son deficientes”. Para el biólogo, en su larga experiencia, el supuesto cuidado de un humedal va más orientado a negocios y a la industrialización, mas no a la preservación ambiental y eso es “una mal inversión de los recursos”.  

 

Tensiones sociales que disputan el futuro del humedal 

La reserva ecológica se destaca por su variación de verdes, atravesada por un río, con una gran población de diversa vegetación y de animales, incluyendo especies migratorias. Desde la distancia se observa como un lugar tranquilo, perfecto para meditar y aprender de la naturaleza, pero los hurtos, el acoso, el trabajo sexual, el sexo y el olor a nicotina y cannabis son la realidad de quienes viven, cruzan y habitan en los alrededores del humedal. 

Para hacer un recorrido del Tunjo se recomienda pedir acompañamiento por parte de la Policía. Los agentes reconocen que es una zona peligrosa de la localidad. Al no tener una entidad que proteja el ecosistema se han presentado para el año 2023, según la Secretaria de Seguridad, más de 130 casos de hurtos. Puede ser una cifra mayor, pues según Cediel las personas no denuncian estos casos para evitar el demorado procedimiento en las estaciones de policía. 

Más adentrados al humedal, las tensiones sociales se ven más pronunciadas cuando se observa que las personas han empezado a usar la zona para la prostitución. Así lo comentó Dany: “el humedal en este momento lo están utilizando también como zona de tolerancia, aquí, lamentablemente, se ejerce el trabajo sexual”. El problema no es solo que se contamina el humedal al dejar las envolturas plateadas y los condones tirados en la vegetación, al ser un espacio público, las personas pueden escuchar e incluso ver el acto sexual. “Ya no se toma como un humedal, sino como un punto de encuentro para las personas”, afirmó el consejero. 

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Ante esta problemática, Cediel afirmó “esto acarrea una problemática ambiental y social, porque no solo es trabajo sexual, sino en ocasiones sexo casual, sin pagos de por medio”. Con este panorama, Plaza Capital contactó a las secretarías distritales que deberían regular y hacer frente a la situación; sin embargo, tanto la Secretaria de Ambiente como la Secretaria de Integración negaron algún conocimiento de la problemática y trasladaron la responsabilidad a otras entidades, como se puede observar en la siguiente presentación.  

Plaza Capital también se comunicó con la Secretaria de la Mujer, que aseguró estaba intentando buscar denuncias o casos, pero hasta la fecha de publicación de este reportaje no han dado respuesta alguna.

Esta entidad hace unos meses realizó un informe sobre los puntos más inseguros para las mujeres, en el que se incluía el humedal del Tunjo. “Nos han contado que hay unos personajes que se quedan ahí, ven alguna mujer que viene y se exhiben. Se masturban en público. Les dicen cosas. Puede que no lleguen como tal a tocarlas o a robarlas, pero es una condición que hace que las mujeres no quieran estar aquí”, contó Cediel. También insistió que ante estas situaciones, como organización, no pueden denunciar, pero tampoco hay presencia estatal que pueda ayudar a cambiar estas situaciones.  

Ante la ausencia de policías en el lugar, el consejero de juventud reconoce que esa es una de las principales problemáticas del humedal: “Uno debe reconocer que no se puede pasar por ahí, pero ¿cómo se recorre el humedal con una seguridad real? No se pide un cerramiento, sino acuerdos reales de cómo vamos a mitigar esto para que el humedal se cuide. El humedal es precioso y lamentablemente no lo estamos cuidando”. Incluso la guerra de bandas, el expendio y consumo de drogas está presente, afectando así el significado del humedal y a la comunidad del Tunjuelito.  

El biólogo Poveda de manera seria y contundente afirmó que “los humedales no son un espacio público como un parque. Se deben proteger. No son un centro turístico”. Él resume la problemática del Tunjo en la intervención que tiene la sociedad en el ecosistema. “Aunque, en ocasiones, tienen acciones de buena fe, esto lo que hace es dañar la biocenosis o el humedal”. Las tensiones sociales del lugar dejan en claro que “las personas buscan apropiarse de algo que no es nuestro, no hay una conservación real del humedal”.  

¿Qué se está haciendo? 

Entre estas problemáticas, organizaciones como ‘Sé el cambio’ realizan diferentes actividades pedagógicas que ayudan a la preservación del humedal y a la conciencia del cuidado del ecosistema. La meta de Kevin está en lograr que la comunidad comprenda la importancia de los humedales y la relación tan vital con los páramos. Entre estas labores está la recolección de basuras que se dejan en el río, el pastizal y en la vegetación del humedal, para reducir al mínimo la contaminación presente. Con frecuencia se realizan recorridos ecológicos por la reserva distrital. Si bien son importante estos recorridos, el consejero de juventud recalcó que se deben realizar con acompañamiento de la policía dada las inseguridades que se presentan. 

El biólogo Fidel Poveda mencionó que “la lucha por el humedal parece ser una lucha de tierras entre localidades y alcaldías. No se trata de reclamar nada, se trata del deber de conservar y cuidar conforme a lo ordena la ley”. Para él las leyes de protección no son acatadas por las entidades, sino que son usadas a su favor y en contra de los ecosistemas.

Concluyó diciendo que, para una verdadera protección de los humedales, primero, las comunidades “no deberían intervenir de ninguna manera” y, segundo, “las figuras de protección deben ser independientes y autónomas, que no respondan a intereses políticos”. 

Aun así, mencionó la importancia de la implementación pedagógica sobre las políticas de protección y el conocimiento del humedal. Concordando con Cediel en que en el Tunjuelito “intentamos hacer esta pedagogía, es decir, persona que pregunta se le da toda la información y contexto para que entienda las problemáticas de manera más amplia”. 

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¿Por qué cuidar los humedales? 

El profesor e ingeniero agrónomo César Villamizar explicó la relación fundamental que existe entre los páramos y los humedales a través del ciclo del agua. Para entender qué pasaría si no existiera el humedal del Tunjo o si en un futuro se llega a secar. El principal afectado sería el páramo de Sumapaz, el páramo más grande del mundo. 

Dentro de este páramo se encuentra el nacimiento del río Tunjuelito, que es el que alimenta las fuentes hídricas del humedal el Tunjo. “Si en el páramo no llueve, los humedales se secan”, afirmó el ingeniero, y agregó que “del páramo salen las fuentes hídricas principales, gracias a esto los ríos se forman y las aguas subterráneas se juntan para formar los humedales”. Sin el cuidado, preservación y regulación de los humedales por parte de las autoridades correspondientes, todos los ecosistemas se verán afectados y perjudicarán a las comunidades aledañas.