Licencia menstrual: un proyecto de ley que busca abrirle camino a los derechos menstruales en Colombia

Miércoles, 01 Septiembre 2021 07:57
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El proyecto de ley 153 de 2021 espera que se avale un día de inasistencia a las personas menstruantes sin consecuencias académicas desfavorables, este aplicaría para estudiantes que se encuentren tanto en instituciones públicas como privadas.

Comprensas, aromáticas y analgésicos.|Cotidianidad de un periodo.|Productos de gestión menstrual.||| Comprensas, aromáticas y analgésicos.|Cotidianidad de un periodo.|Productos de gestión menstrual.||| Imagen recreada por: Luna Torres|Imagen recreada por: Luna Torres|Imagen recreada por: Luna Torres|||
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La senadora del Partido Comunes, antes FARC,  Victoria Sandino presentó un proyecto de ley que busca permitirle una licencia de un día cada veintiséis días a las personas menstruantes, ya sean mujeres, niñas, adolescentes, personas no binarias u hombres trans, sin que puedan ser sancionadas por las instituciones educativas. Dado que estas personas pueden encontrarse en condiciones de desigualdad, ya sea por su situación económica, cultural, de salud física, mental y demás aspectos que atraviesan durante su periodo.

El proyecto ha sido criticado por empresarios que no ven la necesidad de su existencia, mujeres con temor a dejar de ser contratadas e ingresar a una mayor brecha laboral y aquellos que quieren evitar promover que se asimile a la menstruación como una enfermedad.

Laura Restrepo, fundadora de Bloom – una empresa que trabaja por los derechos menstruales centrados en los productos de gestión menstrual sostenible–, considera que “debe dejar de normalizarse sentir dolor en la menstruación”.

Restrepo aclara que en un país como Colombia el acceso al servicio de ginecología es limitado y que, en muchos casos, los profesionales de la salud evitan tomar los dolores ocasionados por la menstruación como una enfermedad e incluso llegan a juzgar a sus pacientes por no estar acostumbradas a sentir dolor.

Frente a los alcances y efectividad de esta propuesta una joven estudiante de Derecho de 21 años comenta: “Me he desmayado varías veces por los dolores del período y nunca me han dado una incapacidad médica por esto. Siempre recibo respuestas como ‘Ya debería estar acostumbrada o el problema es suyo por tener un umbral del dolor bajo’, porque es natural en la mujer”.

Dado que la ciencia aún no ha avanzado lo suficiente en cuando a la salud menstrual para prevenir estas difíciles situaciones y los médicos llegan a ser negligentes normalizando así enfermedades como la endometriosis, la fundadora de Bloom reflexiona que “si hay personas menstruantes que necesitan de la licencia, entonces debería existir”.

Por su parte, Laura Benavidez, integrante del colectivo Derechos Menstruales Colombia, relata: “Mi madre sufrió endometriosis toda su vida,  desde los 14 años tuvo menstruaciones muy trágicas. Antes de tenerme a mí le decían ‘espérese, eso con el primer embarazo se le quita’ me tuvo y todo empeoró, tenía que utilizar pañales para contener la sangre. A los 35 se le dormía medio cuerpo cuando le llegaba y fue diagnostica hasta sus 38 años. Esto es terrible por la falta de información, además asumir que la respuesta es tener hijos y dar por hecho que todas las mujeres debemos ser madres”.

Benavidez también habla sobre la importancia de la licencia menstrual, porque le da una mínima visibilidad a la diferentes realidades de la menstruación. Para ella no es lo mismo que una adolescente de octavo grado vaya al colegio estando bien, a que lo haga pensando en que no tiene productos para no mancharse, con ganas de vomitar y miedo a las burlas. Una estudiante de periodismo de 19 años relató que “En el colegio tenía un día muy fuerte de la menstruación y manche la silla. Repercutió en mi parte social y psicológica”.  

Acceso a derechos menstruales y otros proyectos en curso

Hay que tener en cuenta que en las zonas rurales el acceso a estos productos es más difícil, las personas se dejan una toalla más horas de las recomendadas, lo que podría generarles graves problemas de salud. Tras del hecho a veces no tienen la posibilidad de tener un baño privado o un baño con puerta que funcione, agua potable para garantizar la higiene adecuada o agua para poder bajar la manecilla de la cisterna sin el miedo a que su sangre quede ahí.

Y es que la licencia menstrual es solo uno de los aspectos que deben ser discutidos en términos de los derechos menstruales.

Estos han avanzado en los últimos años con: sentencia C-177 de 2018 que declaró el no impuesto para toallas y tampones; el logro del presente año de que la Corte Constitucional eximiera también de este impuesto a las copas menstruales; y la sentencia T-398 de 2019, que reconoce el derecho a la salud menstrual y además responsabiliza a la administración distrital de prever de los elementos necesarios a aquellas personas que no se encuentran en las condiciones materiales de adquirirlos. Pero aún hay distintas barreras y vacíos en políticas públicas para acceder a una salud menstrual digna.

Dentro de los anteriores, en palabras de Benavidez, está que los derechos menstruales no están reconocidos en la Constitución. Aunque resalta que estos son interceptados por muchos derechos, la salud menstrual por la salud, el trabajo vinculado a la menstruación, el derecho al agua para poder tener una higiene menstrual digna.

Para la activista en pro de los derechos de la mujer es fundamental el proyecto de ley que busca la licencia menstrual, pero considera que deben dejar pasarse proyectos en pro de la salud menstrual de manera aislada y debe construirse una ley integral de menstruación, en la que se articulen diversos aspectos, entre ellos: la educación. “No es solo cuestión de dar una licencia o regalar un producto básico, es de crear toda una pedagogía que sea para toda la sociedad en torno a este aspecto que es de salud pública”.