Sandra Peña de 34 años de edad, llevaba menos de cuatro meses ejerciendo el cargo de gobernadora indígena cuando fue asesinada. Días antes, había recibido múltiples amenazas de muerte en represalia a su lucha contra el narcotráfico en la comunidad. La líder indígena se había dedicado a erradicar varios cultivos ilícitos de veredas anexas al reguardo y así mismo, frentear directamente los problemas de violencia he ilegalidad en el territorio. “Ella siempre lo supo, le habían dicho que por qué se metía en esas cosas, que eso le iba a costar su vida y la de su familia”, expresó Cristina López, amiga y colega de líder indígena asesinada.
“El Cauca ahora está hecho pedazos, esta es una prueba de ello”, afirma la entrevistada. Para muchos líderes indígenas hacer frente a temas relacionados con la droga es casi una sentencia de muerte; según INDEPAZ, 52 líderes sociales han sido asesinados en lo que va del año, de los cuales 20 han sido miembros de una comunidad indígena. Esta misma tarde, las autoridades del reguardo indígena lanzaron el comunicado oficial de los acontecimientos; donde denuncian el asesinato de la gobernadora y declaran públicamente, culpable al estado colombiano al ser incapaz de responder ante la criminalidad desbordada en el Cauca y en todo el país. Por otra parte, declaran que continuaran la lucha por defender su territorio del narcotráfico y el conflicto armado, dos problemáticas sociales que cada año le cuestan la vida a cientos de colombianos.