El presidente Iván Duque decretó el pasado 12 de marzo la emergencia sanitaria en Colombia, una situación excepcional que se caracteriza por limitar derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, como la libre circulación, para garantizar la seguridad y el bienestar general amenazados por la epidemia del Covid-19.
Este nuevo virus se detectó en China a finales del año 2019 y, aunque presenta síntomas similares a los de la gripe estacional, su índice de contagio y propagación es bastante alto, provocando la saturación de los servicios sanitarios. Esta situación ha obligado a los gobiernos de los países afectados a tomar medidas drásticas como el aislamiento de la población en las viviendas y reducir el contacto entre personas para evitar el aumento de contagiados.
Sin embargo, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido sobre otra importante amenaza que acompaña al Covid-19: la infodemia. Es decir, la sobreabundancia de información como los rumores y los datos falsos que propaga la desinformación entre la sociedad.
En este sentido, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló en febrero de 2020 de la necesidad de que la ciudadanía esté adecuadamente informada para evitar el pánico y la confusión, y mantener unida a la población para que cumpla con las medidas de contención de la pandemia.
Actualmente, Internet y las redes sociales están desbordadas de información sobre la crisis del coronavirus, pero se teme que un alto porcentaje de dicha información no sea veraz, sobre todo si no proviene de fuentes oficiales, además que los principales lectores son adultos mayores. Ahora bien, en Colombia aún no hay plataformas que analicen aquellas divulgaciones falsas, pero la Policía Nacional si ha alertado que se han detectado casi 100 noticias falsas desde que comenzó la emergencia. Sin embargo, la plataforma Maldita.es de España, lleva analizados 507 noticias falsas y desinformaciones entre alertas, datos erróneos y medidas que aún no se han enunciado. Pues en un artículo de este medio de comunicación el objetivo fue reunir evidencias y explicar el por qué son mentiras.
Algunos de los rumores que más preocupan a las autoridades, es decir médicos y encargados de la salud de la población, son las opciones de remedios para prevenir el contagio o curar los síntomas, ya que estas falsas noticias pueden derivar en el aumento de contagios o el empeoramiento de la enfermedad por el Covid-19.
Un ejemplo claro de divulgación que se ha hecho viral es un vídeo de un supuesto doctor llamado Thomas Cowan que explica en una conferencia que la pandemia de Covid-19 está causada por el 5G y que cada gran epidemia de la historia ha sido provocada por un salto “cuántico” en la electrificación de la tierra. Sin embargo, nada de lo que dice esta persona es real ni tiene ninguna evidencia científica que lo sustente. Pero, por otro lado, también se ha movido por redes sociales un contenido que dice que antes de llegar a los pulmones, el coronavirus “permanece en la garganta durante cuatro días y en este momento la persona empieza a toser y a tener dolores de garganta. Si bebe mucha agua y hace gárgaras con agua tibia y sal o vinagre, elimina el virus”, pero tampoco hay pruebas de que esas soluciones prevengan el contagio.
Aunque no yendo muy lejos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump dio unas increíbles y peligrosas ideas durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. Lo que sugirió fue: primero, ingerir una fuente de luz ultravioleta en tu cuerpo y segundo, inyectar un desinfectante en el cuerpo para lograr una “limpieza” en los pulmones. A lo anterior y por haber sido declaraciones del presidente de Estados Unidos, claramente se tuvo que hacer ahí mismo las aclaraciones pertinentes por personas serias, ante el temor de que la gente se tomara en serio las reflexiones de un hombre que no es médico. Por esta razón, La Agencia de Protección Ambiental se vio obligada a emitir una declaración acerca de los desinfectantes “nunca apliques el producto a otros ni a ti mismo. No ingieras productos desinfectantes”.
Y es que el Instituto Reuters de Periodismo de la Universidad de Oxford logró descifrar el ADN del virus de la desinformación en estos tiempos de cuarentena. El estudio analizó el contenido de 225 piezas de desinformación relacionadas con el coronavirus calificada como falsas o engañosas por distintas organizaciones de “fact-checkers”, encontrando hallazgos preocupantes, pero también algunos esperanzadores sobre la manera en que la desinformación se viraliza en tiempos de pandemia. Un 57% de los bulos analizados fueron creados a partir de información existente y a menudo cierta, que se mezcla con información falsa o se pública fuera de contexto. El 38% de estos bulos fueron totalmente inventados. Pero aquellos que mezclan información cierta con información falsa o descontextualizada, generaron una vasta mayoría (87%) de las interacciones en redes sociales.
Por otro lado, también la mayoría de informaciones falsas sobre el coronavirus, el 39% tienen que ver con las decisiones y las políticas públicas tomadas por las autoridades. Esto incluye a los gobiernos, pero también a las instituciones internacionales como la OMS o La Organización de las Naciones Unidas (ONU). No obstante, las plataformas sociales donde se puede rastrear la desinformación han respondido a la mayoría de los posts definidos como falsos por los “fact-checkers” suprimiéndolos o etiquetándolos con advertencias. Esa reacción, sin embargo, es muy desigual. En Twitter todavía permanecen publicadas el 59% de historias falsas, en YouTube el 27% y en Facebook el 24%.
Y es que los medios de comunicación se han encargado de desmentir la información falsa, haciendo artículos, videos y hablando con médicos, pero las cadenas en aplicaciones como Whatsapp siguen surgiendo, aún después de cinco meses de la aparición del virus. Pues durante los últimos meses, por esta aplicación están en constante circulación audios de “médicos” que no resultan muy creíbles. Son días de frecuentes audios en los que ninguno de los médicos se presenta y brinda alguna certeza de ser quién dice, algo que solo nos enteramos por el texto que acompaña el audio que circula, texto que pudo (y de hecho lo ha sido) adulterado en diferentes países.
El Dr. Rafel Peña, quien se encuentra tratando pacientes que presentan síntomas de coronavirus, explicó cuáles son las medidas más importantes para evitar el contagio: “el aislamiento social y el lavado de manos, por favor, si no es necesario, evite salir de su hogar. En caso de ser necesario, hágalo con tapabocas y manteniendo las medidas de distanciamiento social, lávese las manos frecuentemente con agua y jabón o desinfecte con gel antibacterial. Evite tocarse la cara, el uso de tapabocas quirúrgicos es recomendado si sale de su hogar, no se recomienda el uso de guantes quirúrgicos, con el lavado de manos debe ser suficiente”. Además, concluyó diciendo que no se debe creer en todo lo que se dice en redes sociales, sino más bien averiguando en páginas oficiales o contactándose con algún médico de confianza.
Finalmente, las piezas auditivas acompañadas de otras teorías tan absurdas como improbables como la incidencia climática del virus y su no propagación en climas en donde predomina el calor (y también el frío) o las bebidas calientes que anulan el virus en el cuerpo humano, son algunas de las incómodas cadenas que llegan a diario por diferentes grupos en días de aislamiento.