Un virus se corona como dueño del mundo y es ahora cuando nos damos cuenta que no podemos decidir ni por la vida de nosotros mismos, un planeta que decidió que Dios no existe sin siquiera haberlo buscado y que hoy se pone una mascara no solo para protegerse del virus sino para tapar su vulnerabilidad y que se lava las manos para no reconocer su responsabilidad. La escasez de productos nos demuestra una vez más lo egoístas que somos, tanto que decimos: "No hay problema, este virus solo se lleva a los viejitos", como si nunca fuéramos a llegar allí. Y es con esta última frase que muestro como ha sido mi cuarentena, tanto los buenos como los malos momentos pues ha sido un tiempo para reflexionar y unirnos en familia, pero por otro lado, a mi sí me paso, un familiar mío trata de prevenir el contagio del coronavirus, examinando a cada paciente, pero también otro fue víctima de este virus.
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La soledad vista desde lejos es algo que muchas personas han vivido, en este caso desde mi habitación todos los días se ve como cada quien está en su mundo sin poder ni siquiera saludar al vecino, como solíamos hacerlo, cada quien se encuentra en su propia burbuja y viviendo sus propias aventuras. En esta época de pandemia, no debemos pasar por alto las fechas especiales es por esto que así no se pueda salir a festejar como particularmente se hace, la casa también puede convertirse en un espacio para arreglarnos, platicar, tomar una copa de vino y brindar.
Mi mamá es médico
Los médicos se han convertido en nuestros héroes sin capa, en una figura importante en estos momentos de pandemia. Ellos luchan día a día por el bienestar, la salud y la integridad de cada persona. Mi mamá en este caso está trabajando en teleconsulta atendiendo a pacientes que se encuentran con síntomas relacionados al virus, ellos al igual que nosotros tienen miedo de la situación han tenido que alejarse de la familia para brindar mayor protección, han tenido que trabajar horas extra para disminuir y al menos frenar que se siga expandiendo el virus pero, sin embargo, ellos mismos han podido salvar algunas vidas
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En esta cuarentena a parte del apoyo de nuestra familia tenemos a estos pequeñitos que día a día nos enseñan cosas nuevas, que comparten con nosotros día y noche en este caso, ella es LUNA mi mejor amiga quien me ha acompañado siempre y especialmente en estos momentos. Las plantas son una distracción positiva en estos tiempos, pues nos alejan un poco de la situación que estamos viviendo, llevándonos a un mundo de tranquilidad y perseverancia para no ser vencidos por el aburrimiento. Tratamos de despejar nuestra mente con diferentes actividades para que la situación sea mas llevadera y no entremos en conflicto.
Adiós inesperado a mi bisabuela
El ejercicio para algunas personas no es su actividad de elección pero en estos casos en donde ya no podemos salir a caminar, estamos fortalecidos para combatir la Covid-19, ciertos días a la semana todos nos salimos de la rutina haciendo ejercicio para así estar más saludables y en forma, esto va a acompañado de nutrición que día a día tenemos en casa. La cuarentena ha despertado en nosotros un amor por la cocina, por los diferentes sabores que se encuentran en ella y las diferentes formas de mezclar cada uno, nos hemos tomado varios días para experimentar y disfrutar de todo aquello que la cocina tiene para nosotros.
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Nadie nos aviso que un adiós sería aún más doloroso en estos tiempos, si a mí me pasó, están aquellas personas que con su egoísmo repiten una y otra vez: "No hay problema, este virus solo se lleva a los viejitos". Como si no tuvieran padres, abuelos o inclusive nunca fueran a llegar a ese lugar. Mi bisabuela fue víctima del coronavirus, ella que no tenía ni un solo dolor, que estaba viviendo tan tranquila como se lo merecía su final fue trágico e inesperado. Se murió el día 6 de abril del 2020 luchando contra el coronavirus