Nicolás Morales Peñuela

Nicolás Morales Peñuela

Periodista con énfasis en Derechos Humanos.

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Los procesos migratorios humanos se pueden entender desde tres etapas: la partida del lugar donde se habita, el viaje y la llegada a un lugar desconocido. En este reportaje se explican las principales fases que componen la migración de las personas desde el Triángulo del Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) hacia los Estados Unidos, momentos en los cuales se observa la dicotomía a la que se enfrentan cientos de personas que buscan salir de su país. Al haber un alto flujo migratorio, y al mismo tiempo, políticas y controles para disminuir o eliminar dichos movimientos, las personas se ven forzadas a cruzar las fronteras de manera ilegal, debido a la dificultad que desencadena el robustecimiento de las normas.

"Si han visto imágenes de las dictaduras de Argentina o de Chile, solo por mencionar algunas, no estamos para nada lejos de todas esas atrocidades que en su momento se cometieron contra pensadores diferentes, contra estudiantes". Recientemente, el país se ha visto afectado por la pandemia del covid-19 que ha acrecentado las dificultades de la sociedad colombiana. Sin embargo, este resquebrajamiento, se hace mucho más evidente ante los recientes sucesos de interés público que han tenido lugar a lo largo y ancho del país. A pesar de que en el año 2016 se firmó el acuerdo de paz con las FARC, la nación se sigue viendo envuelta en casos de violaciones a los derechos humanos. 

Cada vez que pienso en que el final de la etapa académica está por llegar, me aterra el simple hecho de no saber qué vendrá. Menos aún, cuando una pandemia que súbitamente ha puesto todo de cabeza, amenaza con modificar cada plan que se haga a futuro. El simple hecho de pensar en tener un primer empleo me asusta. No por ser incapaz de hacerlo, sino porque el salario de los profesionales es tan irrisorio, que la retribución a esa inversión en educación no se va a ver en un futuro próximo, es más, quizá, nunca se vea.

 

Pensar que al estar en un país a más de 4.000 kilómetros distancia de lo que yo llamo hogar significaría sentir la separación máxima de mi familia, es sólo una percepción de lugar. Experimenté la verdadera distancia cuando estaba a menos de cinco metros de la persona que me trajo a este mundo. El no poder sentir sus besos, sus caricias, e incluso sus abrazos, hizo que la distancia entre mi madre y yo se acrecentara, a pesar de que ya estábamos bajo el mismo techo después de que yo había vivido en otro país durante más de seis meses. 

Consideran que el Gobierno ha incumplido lo pactado tras el paro agrario que se realizó en 2013.

Según cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el año 2017 cerró con 1.235 casos de abandono infantil en todo el territorio colombiano.