Lo más difícil de hacer ambientalismo en Colombia: la apropiación de recursos

Lunes, 21 Noviembre 2022 12:44
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Por más de 30 años, Sandra Valenzuela se ha dedicado a la protección de la tierra. En entrevista con Plaza Capital, afirma que esta lucha no implica solamente defender los aspectos ambientales.  

 

Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia||| Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela de Narváez, directora de WWF Colombia|Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia||| Archivo personal|Instagram|Archivo personal|Archivo personal|Archivo personal|||
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El punto de no retorno ambiental está cada vez más cerca, ya se están evidenciando consecuencias irreversibles y devastadoras, según informa la Organización de las Naciones Unidas. “Nosotros tenemos que aceptar que ya hay un cambio climático en el país, y hay el cambio de régimen de lluvias, ya está. Entonces tenemos que empezar a generar las medidas de adaptación”, afirma Sandra Valenzuela, quien se ha dedicado por más de 25 años a la protección de la tierra y es la actual directora de WWF Colombia, organización internacional enfocada en la conservación de la naturaleza y el medio ambiente.  

A una temprana edad se dio cuenta que tenía esa vena ambiental, pero se encontraba dividida entre crear una carrera profesional desde el derecho o la biología. Pero, identificó que esta última era “un poquito limitada para eso de generar más allá del tema biológico de conservación, sino también de promover alternativas y formas”. Por lo que entendió que su vocación era la defensa de los derechos colectivos, enfocándose especialmente en los relacionados con el medio ambiente, la salud pública, la seguridad y la tenencia.  

Con esto en mente, sintió que podía aportar a las discusiones que se estaban dando entorno a los convenios de diversidad biológica, y en el debate acerca de cómo la constitución se puede aplicar como defensa de los derechos de tercera generación: los relacionados con el planeta. Con el paso del tiempo y su introducción al mundo laboral, se dio cuenta que esta lucha no solo consistía en los aspectos ambientales, como el cambio climático o la deforestación, sino que es mucho más compleja, ya que involucra a actores sociales y económicos.  

Desde que inició su carrera como líder ambiental en Parques Nacionales de Colombia, hace varias décadas, hasta el día de hoy trabajando en WWF, identifica que la problemática más grande y recurrente a la que se enfrenta el país es la apropiación y el comercio ilegal de recursos naturales. “Y eso llevarlo a la luz pública y buscar alternativas para abordar este tipo de problemáticas de ilegalidad en un país como el nuestro, es bastante complejo”, menciona.  

Esta invisibilidad se debe principalmente a la persecución violenta y a la estigmatización a la que se enfrentan los líderes sociales y ambientales, muchos de sus colegas se han visto afectados por seguir su vocación y defender este tipo de iniciativas. Expone que “es un tema de un reto que como país, como individuos, como líderes, debemos de abordar y de mirar diferentes mecanismos de protección, en cuanto alzamos la voz o cuando buscamos una estrategia”. 

Asimismo, Sandra menciona que hay unas fuerzas y mafias ilegales detrás del tráfico de recursos naturales, estas no son fáciles de abordar tanto en políticas públicas como en la generación de un diálogo. Confluir las distintas perspectivas respecto al medio ambiente es un gran reto, por lo que se debe entender “lo que significa el desarrollo social y económico, para que conllevemos todos a una misma voz, o así tengamos diferencias como construir sobre esas diferencias a un modelo económico y social influyente, y que busque realmente la conservación de nuestros recursos naturales”.  

Enfrentar esta problemática requiere generar alternativas frente a una economía circular o de diversas formas de la tenencia de la tierra, para que así haya una mayor “apropiación por parte de las comunidades de sus propios territorios, de que se les reconozca con voz y voto frente a la toma de decisiones”, explica. Para lograr esto es necesaria la unión con diferentes formas y visiones, con organizaciones de derechos humanos o desarrollo social para buscar un fin común.  

Para Sandra Valenzuela, la búsqueda de alternativas o la articulación de distintas percepciones requiere que haya una voluntad por colaborar con el otro, y explicarle el mensaje ambiental desde distintos ángulos. “Yo soy una persona que busca la colaboración, que busca llegar a acuerdos, a proponer alternativas, y gracias a esta forma de generar el diálogo entre diferentes sectores he tenido un respaldo muy muy fuerte. Hoy en día en mi rol de directora ejecutiva tengo un respaldo gracias a esa forma de abordar los problemas o de fortalecer las oportunidades que tenemos”, afirma.  

Llegar a esta organización implicó dejar un trabajo que tuvo por más de 10 años en Parques Nacionales de Colombia, para poder hacer unas cuantas maestrías en medio ambiente y desarrolló. La directora de WWF es poco conformista, por lo que no le aterró la idea de empezar de nuevo, de pasar de ser la coordinadora de los parques de la Amazonía y la Orinoquía a ser una asistente de financiamiento y planeación. Poco a poco fue escalando posiciones, dirigió toda el área de operaciones, alianzas y financiamiento, y el año pasado tuvo la oportunidad de aplicar al cargo de directora general de WWF Colombia, superando a más de 50 candidatos.  

Me llamó el presidente de la junta directiva, Santiago Pérez, y me informó que ya había sido surtido todo el proceso de las diferentes etapas, y que yo había sido seleccionada. Fue una emoción bastante fuerte, yo estaba con mi familia en ese momento, porque coincidencialmente estaba trabajando desde Estados Unidos en la casa de mi hermana. Entonces fue una combinación de emociones entre todo el reto que significa el liderar una organización de esta envergadura, con un reconocimiento tan fuerte, pero también de ser reconocida por mi trabajo, por todos mis logros durante más de 25 años de carrera profesional.  

Es consciente de que no hubiera llegado a donde está si no fuera por el equipo que la acompaño tanto en Parques Nacionales como en WWF, explica que su profesión es una que requiere entender que se “trabaja con otros y para otros para una misma causa y un mismo propósito”. Sin embargo, recalca que esta labor no solo depende de los que se dedican a ella, requiere el esfuerzo de toda la ciudadanía. 

No solo una parte de la moneda puede generar la diferencia, sino desde los tomadores de decisión, desde los generadores de políticas públicas, desde la organización, desde la sociedad civil, desde las empresas, desde las comunidades; que todos unidos y cada uno dentro de sus diferentes roles puede generar esa diferencia.  

Sandra Valenzuela cree que cada individuo tiene un rol en la sociedad, sean mujeres, hombres, niños, adolescentes o personas de la tercera edad, para trabajar individual o colectivamente por un mejor planeta. Pero reconoce que las mujeres juegan un papel importante y elemental, dice que, por su propia forma de ser adquieren un rol intrínseco, que lleva a que tengan una mayor apropiación frente a los recursos naturales. Ella lo evidencia en las comunidades indígenas, por ejemplo, la mujer tiene gran incidencia “frente al tipo de producción de comida, donde se produce, que se produce, y la comida tiene un rol fundamental en la protección del medio ambiente, en la protección de los suelos”.  

De acuerdo con la ONU, las mujeres son las más afectadas por el cambio climático, en cuanto a vulnerabilidad por los desastres naturales, por lo que adquieren un rol más relevante al momento de decidir cualquier aspecto. “Esa mujer tiene mayores herramientas de toma de decisiones, de formación, para poder actuar a tiempo y no ser tan vulnerables como Naciones Unidas nos lo dice en sus informes”, alude. Por estas características piensa que el reconocimiento de la mujer ha avanzado mucho a nivel local, nacional y global. “No es cuestión de números, sino es cuestión de apoyarnos los unos a los otros frente a lo que cada uno estamos llamados a hacer o que debemos hacer por el bien común”.  

“Siento que he sido una persona que ha podido contribuir en diferentes aspectos, gracias a mi nivel intelectual, a mi nivel profesional, a mi integridad como persona y que siempre he sido bien recibida en diferentes aspectos y culturas”, explica su rol y cómo aporta a la defensa del medio ambiente. Menciona que desde el instante en el que decidió dedicarse a esta labor ha podido ser “una defensora de las comunidades y de sus derechos, pero también defensora de los derechos del medio ambiente”.  

Pero esta lucha idealista a la que se enfrenta no implica que no sea una persona realista, Sandra entiende que la situación ambiental y social está en punto delicado tanto en Colombia, como en el mundo entero. Por un lado, es evidente la marginalización de los líderes ambientales, y al mismo tiempo la pérdida de biodiversidad y los efectos del cambio climático. Sandra sabe que en los próximos años van a ocurrir, indudablemente, incrementos del régimen de lluvias y de las temporadas de extremas sequías 

Los estudios científicos y sociales no mienten, la necesidad de un cambio es urgente para poder evitar el daño permanente al planeta tierra. Aunque en las nuevas generaciones hay una mayor conciencia respecto al cuidado del ambiente, también debe haber un llamado a la acción donde se reconozca la pérdida de los ecosistemas. Reflexiona Sandra Valenzuela que “somos muchísimo más conscientes de lo que éramos hace muchísimos años, pero debemos de actuar cada vez con mayor consistencia desde los diferentes sectores, desde diferentes formas, porque debemos de actuar ahora en la mañana”.