A raíz de la pandemia, han salido a la luz diversas problemáticas frente a la salud mental. Muchas de estas causadas por el encierro de la cuarentena, la falta de interacción social y la incertidumbre de esta situación, trajo consigo el incremento de enfermedades mentales dentro de la población. Sin embargo, esta situación afecta también a aquellos profesionales que se encuentran combatiendo día a día la pandemia desde un centro hospitalario.
Según un estudio titulado Psychological impact of an epidemic/pandemic on the mental health of healthcare professionals: a rapid review, publicado por la revista BMC Public Health en agosto del 2020, indica el incremento que tienen estos profesionales de padecer un problema mental por la actual pandemia de la Covid-19. En ese sentido, la salud mental de la primera línea de defensa se ha visto gravemente afectada por la situación. De ese modo, la pandemia potencializó e intensificó este problema a un grado preocupante.
Diversos estudios resaltan que entre los principales problemas se destacan la ansiedad, la depresión, el estrés agudo, el estrés post-traumático y síndrome del burnout, en español síndrome del trabajador quemado. Este último se caracteriza por el sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia. Estas patologías se generan principalmente en aquellos profesionales de la salud presentes en hospitales y clínicas que atienden pacientes Covid-19.
Antes de la pandemia, muchos de ellos se encontraban en un quirófano o realizando sus prácticas a punto de graduarse de la universidad, cuando este virus sacudió el mundo, atravesaron un cambio drástico, su atención se centró en atender pacientes contagiados con este virus. Las jornadas laborales se volvieron más pesadas, las medidas sanitarias más exigentes y la incertidumbre aumentó con el tiempo. Sin saber a qué se enfrentan, estas personas luchan día a día a combatir a un enemigo invisible. Con equipos de seguridad como gorros, gafas, doble tapabocas, guantes, caretas y batas; atienden miles de pacientes en su mayoría intubados y en coma inducido.
¿Qué puede pasar sí llego a contagiar a mi familia?
Sin embargo, es importante destacar que son seres humanos, ante todo. La dimensión de la situación hizo que muchos de ellos empezaran con preocupaciones personales sobre su salud y la de sus seres queridos ¿Estoy contagiado/a? ¿Puedo contagiar a mi familia? ¿Qué puede pasar sí llego a contagiar a mi familia? “Una de mis principales preocupaciones es asistir a rotaciones en el hospital, y tal vez, llegar a mi casa y traer el virus, contagiando así a mi familia. Me preocupa la salud de mi familia, más que mi propia salud”, así lo afirmó Ana María Granados, estudiante de noveno semestre de Medicina en la Universidad del Rosario.
Los profesionales de la salud presentan esta incertidumbre cada vez que atraviesan la puerta de un hospital. Adicionalmente, este tiempo de caos ha traído consigo un montón de obstáculos para el personal, como la difusión de información falsa que los ataca directamente, e inclusive la aparición de amenazas de muerte. Generando así, el auge de cierta intolerancia hacia el gremio, casos como el de la amenaza de muerte recibida por un médico de forma anónima en Barranquilla. Esto demuestra que estos héroes, no solo tienen que luchar por la vida de sus pacientes, sino que tienen que someterse a los prejuicios de la propia sociedad a la que sirven.
“Eso hace parte primero, de la desinformación de la gente. Creen lo que no debe, no se informan bien. Esto hace que se genere situaciones poco deseables. Uno como médico sigue todos los protocolos correspondientes para evitar una contaminación, pero si llega a pasar no fue por culpa nuestra”, expresa Hernán Cortés, médico ayudante quirúrgico en la Clínica Reina Sofía.
La mayoría teme por el aumento de fallecimientos en el gremio
Finalmente, los datos nos reflejan una realidad cada vez más preocupante. Según una encuesta realizada por un semillero de la Universidad de Cartagena acerca de la salud mental del personal médico, un 531 doctores, el 92% presentaron un temor por el aumento de fallecimientos entre el gremio. De ese modo, esta situación ha generado una reflexión para los médicos respecto a la muerte. En septiembre, en Colombia, se superan las 20 mil muertes por Covid-19. Detrás de esta cifra se encuentran el sufrimiento de familias que no lograron despedirse de sus seres queridos, además de la constante preocupación e impotencia de los médicos por presenciar un fallecimiento de un paciente.
“Es muy triste ver una persona así, pero no porque te lo haga saber (la persona). Usualmente estos pacientes están intubados (con sedación), porque se nota que están sufriendo mucho. Se sabe que están muy distanciados de la realidad. Pero lo triste es, precisamente, tener que dar esa información a sus familiares, escucharlos. (escuchar) su angustia a través del teléfono. Sin embargo, son cargas que uno tiene que aprender a manejar, ahí es cuando entra el profesionalismo. Uno tiene que saber manejar (esas cargas) para que no afecte tu desempeño profesional. Es una situación muy triste que como médicos no nos atrevemos a decir públicamente”, manifesta Paula Andrea Santamaría, Médico Cirujano de la Universidad Nacional.