El 22 de enero del año 2014 marca un antes y un después en la vida de Radamel Falcao García. Aquel año, que se suponía iba a significar una gran alegría para el samario, terminó por convertirse en una pesadilla. Durante un partido por la Copa de Francia contra el Chasselay, el delantero del Mónaco sufrió una entrada del defensor Soner Ertek, que momentos después del choque manifestó que “odiaría su vida si Falcao se perdía el Mundial”. Pero se lo perdió, dejando a todo un país en vilo.
A pesar de los esfuerzos de “El Tigre” por recuperarse de su rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, el sueño mundialista le fue imposible, así lo confirmó el jugador en junio de 2014. “Es un momento difícil. Personalmente tenía mucha ilusión de poder participar más allá de la lesión. Hay que continuar y apoyar el equipo desde afuera”. Esas fueron las palabras con las que Falcao anunciaba al país que no podría competir en Brasil 2014, campeonato que significaba el regreso de una selección nacional a la élite después de 16 años de ausencia en mundiales de fútbol.
Con esa noticia, el futbolista que alcanzó la gloria el 11 de octubre de 2013 pasaba del cielo al infierno. Fue ese día en que Colombia volvió a clasificarse a una cita orbital gracias a un gol de penal de Radamel al minuto 84, con el que el combinado tricolor empató 3x3 a Chile en la penúltima fecha de eliminatorias. Falcao se convertía en el héroe de una gran hazaña. Un tigre con sabor cafetero y pasos de gigante ponía a soñar a 50 millones de colombianos. En aquella oportunidad, Falcao le daba la gloria a Dios y resaltaba la jerarquía del equipo, sin saber lo que pasaría tres meses después. El ídolo pasó de meter a su país en un Mundial a no poder estar en él.
Después de la lesión, El Tigre vivió momentos difíciles. Estuvo en el Manchester United y en el Chelsea, dos clubes importantes de Inglaterra en los cuales no pudo demostrar su potencial. Falcao ya no era aquel goleador que se había codeado con los grandes, como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. El colombiano ya no era aquel jugador del que la gente esperaba goles en cada partido. Pero eso iba a cambiar. En el 2016, “Rada” volvería al club donde todos los males comenzaron: el A.S. Mónaco de Francia. Allí, con desconfianza y un bajo nivel, el goleador histórico de la Selección Colombia volvió a recuperar el lugar que le correspondía.
Luego de empezar otra vez a marcar goles, dobletes y tripletes, los ojos de José Pékerman, técnico del combinado nacional, se volvieron a fijar en él. El 7 de junio de 2017, en un partido amistoso contra España, Falcao volvió a anotar con la Selección después de dos años. Eso, sumado a su buena actuación con su club le volvió a dar un lugar en las eliminatorias, cuando fue convocado el 30 de agosto de ese año para los partidos contra Venezuela y Brasil. El Tigre volvía a brillar. Fue así como el 10 de octubre pasado, Colombia clasificaba por segunda vez consecutiva a un campeonato mundial. Con un empate 1x1 contra Perú y con Falcao en el campo, “el equipo de todos” se clasificó a Rusia 2018.
“Me perdí el Mundial y pasé dos años horribles”. Ese fue el mensaje de Radamel Falcao García al finalizar ese partido, que también decía, con una notable emoción en su voz que, por fin, cumpliría su mayor sueño: representar a su país en el evento deportivo más grande del mundo. Ahora solo debemos esperar a ver qué sucede con aquel hombre que ha dado todo por el escudo tricolor, solo queda dejar pasar los días hasta que Colombia debute, y con ella, la aparición de un tigre que quiere revancha, que quiere coronarse campeón en la competición más importante de su vida deportiva.