Esteban Chaves, el ciclista de las sonrisas

Domingo, 22 Mayo 2016 08:00
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Chaves ganó la decimocuarta etapa del Giro de Italia, imponiéndose sobre los favoritos Nibali, Valverde y Amador. Aquí un perfil de este campeón colombiano.

Esteban Chaves sonriente en la 14° etapa del Giro de Italia|||| Esteban Chaves sonriente en la 14° etapa del Giro de Italia|||| ESPN||||
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Esteban Chaves ganó ayer la decimocuarta etapa del Giro de Italia. El ciclista se impuso sobre el líder Andrey Amador y los favoritos Nibali y Valverde. Chaves demostró su gran capacidad deportiva en una etapa que tenía cuatro premios de montaña, ahora se encuentra en el tercer puesto de la general a 1’ 32” del líder Steven Kruijswijk.

Esteban Chaves es el escarabajo bogotano del momento, ganador del Tour de L’Avenir y de Abu Dhabi, apodado el “Chavito de América”. Aquí un perfil de este ciclista sonriente, luchador y montador.

Esteban Chaves Rubio compró una casa para su familia en Tenjo. Jairo, su padre, nunca pudo darles una casa propia. En el pueblo algunos solo lo han visto por televisión, pero hay admiradores que se acercan a la recepción del conjunto donde vive para conocerlo, entre ellos un joven al que Esteban decidió regalarle una bicicleta después de verlo pedalear por las calles de Tenjo.

En esa casa, Carolina Rubio está viendo la Volta a Catalunya que corre su hijo y decide no recibir visitas hasta que termine la carrera. Mientras tanto Luz Mery, la celadora del conjunto, asegura que Esteban a veces se sienta en la recepción para hacer visita con ellos, en una de esas “le quitó el quepis (gorro del uniforme) a uno de los compañeros y se lo puso él”, también dice que cuando el ciclista está en Tenjo organiza la casa, mira las flores y “eso sí, todos los días sagradito sale a entrenar madrugado”.

Sobre el mediodía, terminada la etapa, Francisco Rubio abre la puerta y para presentarse dice “yo soy el abuelo de este muchacho”, señalando unas revistas sobre la mesa de centro de la sala que tienen como portada una foto del Chavito con el uniforme del Orica GreenEdge y una gran sonrisa, como dice su tía “él ríe con ganas”.

Ese gesto de su rostro, heredado de su padre, le creó simpatía con una pareja que decidió acogerlo en Italia tras su fractura en el Trofeo de Laigueglia 2013. Esteban sufrió rompimiento de la clavícula derecha, de un hueso en el oído y trauma craneoencefálico, esto último le impidió ser trasladado a Colombia, por esto Alessandro y su mujer decidieron hacerse cargo de darle la comida, el medicamento, de levantarlo y llevarlo al baño. “Esteban les cayó muy bien por su sonrisa y su forma de ser”, dice Carolina Rubio.

Al igual que la familia de Alessandro, pocos pasan por alto la sonrisa de Esteban Chaves. Como su amigo Mauricio Casas, quien guarda un afiche del Team Colombia donde todos están sonriendo para la fotografía, pero en Esteban parece que hubieran disparado la cámara después de contarle un buen chiste, aparece con una carcajada.

“La risa de Esteban es diferente, es más contagiosa”, dice Mauricio mirando el afiche, este hombre guarda cuidadosamente los recortes de prensa y las postales de Esteban y llora cuando gana alguna etapa.

No sería sorpresa que en medio de la foto se esté riendo de algún comentario, porque como dice su mamá “él tiene chispa para los chistes”.  Mientras ve a su mamá, Amparo, maquillarse, Carolina recuerda una broma que Esteban le jugó a la vanidosa mujer. “Mi mami estaba haciendo cuentas para saber cuántos años tendría al verlo profesional”, dice la mamá de Esteban.

– A ver, ¿Cuántos años tendré yo cuando usted se gradúe? – le dijo la abuela a Esteban, mientras en sus dedos sumaba años.

– Abuelita – le dijo el recién graduado – usted va a tener dos. – dejando confundidos a todos los que lo escucharon.

– ¿Dos?, ¿cómo así que dos? – le recalcó la mujer.

– Si, dos de muerta. – le respondió Esteban haciendo reír a todos.

Esteban estudió formación deportiva, pero solo cursó dos semestres. Jairo Chaves, papá de Esteban, recuerda “yo le dije, bueno, hermano, yo veo que usted no está rindiendo, ¿qué quiere ser, ciclista o profesional? y él me dijo, ‘no, yo quiero ser ciclista’. Entonces hágale hasta los 23 años, ya si a los 23 años el chance no llegó, a estudiar”. Pero a los 22 años ya se había coronado ganador del Tour de L’Evenir, la Vuelta a Cundinamarca y otros premios.

Esteban daba muestras de su capacidad desde muy joven. Como recuerda el periodista Héctor Urrego, a los 17 años Esteban participó en un torneo nacional creado por la importadora de bicicletas Treck Bike House y dirigido por Gonzalo Agudelo, entrenador ciclístico y amigo del periodista. Héctor Urrego narra que al acabar uno de esos torneos Agudelo le dijo, “en el torneo que acabamos de realizar hay un muchacho que va a ser un gran campeón del ciclismo, se llama Esteban Chaves, téngalo presente, escriba ese nombre en alguna parte, me dijo, no se le vaya a olvidar que ese va a ser un gran campeón”.

Pero Fernando Saldarriaga, el entrenador que lo llevó al equipo Colombia es Pasión, no solo recuerda la capacidad deportiva de Esteban, también recuerda que en una concentración en Llano Grande (Medellín), el equipo tenía una actividad de pasar en botes por un lago y Esteban pasó con unos compañeros, “los compañeros se bajaron del bote a ver que había después del lago y él se les devolvió con el bote, los dejó tirados. Les tocó dar una caminata impresionante para volver a las habitaciones. Fue muy chistoso porque era el primer año que Esteban entraba y no se intimidó, hizo la broma y dejó a todos los mayores que él por allá tirados”, contó Fernando Saldarriaga entre risas.

Mientras Carolina habla del niño independiente y alegre que era Esteban cuando pequeño, su abuela dice “uy, más chinche”, entonces las dos mujeres recuerdan las veces que Esteban le dibujaba anteojos, bigotes y cejas a su hermano dormido. “Esteban es demasiado chistoso, Esteban es muy loco, en un entrevista es demasiado sereno y tranquilo, pero uno que lo conoce no cree esa seriedad, dele uno papaya y lo recocha a uno feo, lo vacila”, dice Diana Casas, amiga con la que jugaba en Xbox el único deporte en el que Esteban nunca se interesó, fútbol.

La amistad de Esteban Chaves con la familia Casas es muy afianzada ahora, a comienzos de este año el Chavito les preparó arepas en su casa de Tenjo y en esa ocasión les hizo recordar otra anécdota graciosa del 2015. En una visita similar Esteban llevó un amigo inglés que entendía muy poco de español y mientras comían arepa

Esteban le dijo:

– The arepa is taste? – en su inglés incipiente.

– Yes, it is delicious – contestó el extranjero.

– En Colombia – le dijo Esteban – para decir que está rico se dice esto está una chimba.

– Edsto está una chimbá – dijo el inglés.

Ya fuera de la casa, Francisco y Carolina Rubio muestran un mural que cubre la pared del patio, la familia en caricatura, que pintó Esteban y su hermano cuando compraron la casa. Antes de despedirse, Francisco, viendo el mural, dice “están dando un premio al que tome una foto de Esteban sin sonreír”.

Esteban Chaves ganó ayer la decimocuarta etapa del Giro de Italia. El ciclista se impuso sobre el líder Andrey Amador y los favoritos Nibali y Valverde. Chaves demostró su gran capacidad deportiva en una etapa que tenía cuatro premios de montaña, ahora se encuentra en el tercer puesto de la general a 1’ 32” del líder Steven Kruijswijk.

Esteban Chaves es el escarabajo bogotano del momento, ganador del Tour de L’Avenir y de Abu Dhabi, apodado el “Chavito de América”. Aquí un perfil de este ciclista sonriente, luchador y montador.

Esteban Chaves Rubio compró una casa para su familia en Tenjo. Jairo, su padre, nunca pudo darles una casa propia. En el pueblo algunos solo lo han visto por televisión, pero hay admiradores que se acercan a la recepción del conjunto donde vive para conocerlo, entre ellos un joven al que Esteban decidió regalarle una bicicleta después de verlo pedalear por las calles de Tenjo.

En esa casa, Carolina Rubio está viendo la Volta a Catalunya que corre su hijo y decide no recibir visitas hasta que termine la carrera. Mientras tanto Luz Mery, la celadora del conjunto, asegura que Esteban a veces se sienta en la recepción para hacer visita con ellos, en una de esas “le quitó el quepis (gorro del uniforme) a uno de los compañeros y se lo puso él”, también dice que cuando el ciclista está en Tenjo organiza la casa, mira las flores y “eso sí, todos los días sagradito sale a entrenar madrugado”.

Sobre el mediodía, terminada la etapa, Francisco Rubio abre la puerta y para presentarse dice “yo soy el abuelo de este muchacho”, señalando unas revistas sobre la mesa de centro de la sala que tienen como portada una foto del Chavito con el uniforme del Orica GreenEdge y una gran sonrisa, como dice su tía “él ríe con ganas”.

Ese gesto de su rostro, heredado de su padre, le creó simpatía con una pareja que decidió acogerlo en Italia tras su fractura en el Trofeo de Laigueglia 2013. Esteban sufrió rompimiento de la clavícula derecha, de un hueso en el oído y trauma craneoencefálico, esto último le impidió ser trasladado a Colombia, por esto Alessandro y su mujer decidieron hacerse cargo de darle la comida, el medicamento, de levantarlo y llevarlo al baño. “Esteban les cayó muy bien por su sonrisa y su forma de ser”, dice Carolina Rubio.

Al igual que la familia de Alessandro, pocos pasan por alto la sonrisa de Esteban Chaves. Como su amigo Mauricio Casas, quien guarda un afiche del Team Colombia donde todos están sonriendo para la fotografía, pero en Esteban parece que hubieran disparado la cámara después de contarle un buen chiste, aparece con una carcajada.

“La risa de Esteban es diferente, es más contagiosa”, dice Mauricio mirando el afiche, este hombre guarda cuidadosamente los recortes de prensa y las postales de Esteban y llora cuando gana alguna etapa.

No sería sorpresa que en medio de la foto se esté riendo de algún comentario, porque como dice su mamá “él tiene chispa para los chistes”.  Mientras ve a su mamá, Amparo, maquillarse, Carolina recuerda una broma que Esteban le jugó a la vanidosa mujer. “Mi mami estaba haciendo cuentas para saber cuántos años tendría al verlo profesional”, dice la mamá de Esteban.

– A ver, ¿Cuántos años tendré yo cuando usted se gradúe? – le dijo la abuela a Esteban, mientras en sus dedos sumaba años.

– Abuelita – le dijo el recién graduado – usted va a tener dos. – dejando confundidos a todos los que lo escucharon.

– ¿Dos?, ¿cómo así que dos? – le recalcó la mujer.

– Si, dos de muerta. – le respondió Esteban haciendo reír a todos.

Esteban estudió formación deportiva, pero solo cursó dos semestres. Jairo Chaves, papá de Esteban, recuerda “yo le dije, bueno, hermano, yo veo que usted no está rindiendo, ¿qué quiere ser, ciclista o profesional? y él me dijo, ‘no, yo quiero ser ciclista’. Entonces hágale hasta los 23 años, ya si a los 23 años el chance no llegó, a estudiar”. Pero a los 22 años ya se había coronado ganador del Tour de L’Evenir, la Vuelta a Cundinamarca y otros premios.

Esteban daba muestras de su capacidad desde muy joven. Como recuerda el periodista Héctor Urrego, a los 17 años Esteban participó en un torneo nacional creado por la importadora de bicicletas Treck Bike House y dirigido por Gonzalo Agudelo, entrenador ciclístico y amigo del periodista. Héctor Urrego narra que al acabar uno de esos torneos Agudelo le dijo, “en el torneo que acabamos de realizar hay un muchacho que va a ser un gran campeón del ciclismo, se llama Esteban Chaves, téngalo presente, escriba ese nombre en alguna parte, me dijo, no se le vaya a olvidar que ese va a ser un gran campeón”.

Pero Fernando Saldarriaga, el entrenador que lo llevó al equipo Colombia es Pasión, no solo recuerda la capacidad deportiva de Esteban, también recuerda que en una concentración en Llano Grande (Medellín), el equipo tenía una actividad de pasar en botes por un lago y Esteban pasó con unos compañeros, “los compañeros se bajaron del bote a ver que había después del lago y él se les devolvió con el bote, los dejó tirados. Les tocó dar una caminata impresionante para volver a las habitaciones. Fue muy chistoso porque era el primer año que Esteban entraba y no se intimidó, hizo la broma y dejó a todos los mayores que él por allá tirados”, contó Fernando Saldarriaga entre risas.

Mientras Carolina habla del niño independiente y alegre que era Esteban cuando pequeño, su abuela dice “uy, más chinche”, entonces las dos mujeres recuerdan las veces que Esteban le dibujaba anteojos, bigotes y cejas a su hermano dormido. “Esteban es demasiado chistoso, Esteban es muy loco, en un entrevista es demasiado sereno y tranquilo, pero uno que lo conoce no cree esa seriedad, dele uno papaya y lo recocha a uno feo, lo vacila”, dice Diana Casas, amiga con la que jugaba en Xbox el único deporte en el que Esteban nunca se interesó, fútbol.

La amistad de Esteban Chaves con la familia Casas es muy afianzada ahora, a comienzos de este año el Chavito les preparó arepas en su casa de Tenjo y en esa ocasión les hizo recordar otra anécdota graciosa del 2015. En una visita similar Esteban llevó un amigo inglés que entendía muy poco de español y mientras comían arepa

Esteban le dijo:

– The arepa is taste? – en su inglés incipiente.

– Yes, it is delicious – contestó el extranjero.

– En Colombia – le dijo Esteban – para decir que está rico se dice esto está una chimba.

– Edsto está una chimbá – dijo el inglés.

Ya fuera de la casa, Francisco y Carolina Rubio muestran un mural que cubre la pared del patio, la familia en caricatura, que pintó Esteban y su hermano cuando compraron la casa. Antes de despedirse, Francisco, viendo el mural, dice “están dando un premio al que tome una foto de Esteban sin sonreír”.