Tener tres abortos espontáneos hacen perder la esperanza de ser madre fácilmente. Luego de un cuarto intento, cuando Claudia sostuvo a Mariana en sus brazos lo único que se propuso fue cuidar muy bien de la pequeña. Ese es el pensamiento típico de toda madre, proteger a su hijo y darle los mejores cuidados posibles. Pero, ¿hasta qué punto esos cuidados pueden llegar a la exageración?
Los primeros 28 días son claves en un recién nacido por la inmadurez de sus órganos. Según el informe anual del Ministerio de Salud, a nivel global cerca del 41% de las muertes anuales ocurren durante el periodo neonatal, y se estima que pueden ser evitables con medidas eficaces en la atención del parto y durante la primera semana de vida. Por esta razón, el gobierno colombiano ha trabajado en la reducción de la tasa de mortalidad neonatal para cumplir una de las metas a las que el país se comprometió hace 15 años en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tener un mínimo de 17,46 fallecimientos por cada 1.000 nacidos vivos.
Uno de los proyectos busca educar a las mamás sobre los principales cuidados del bebé, como la alimentación y los constantes controles con el pediatra. Pero la influencia de las tías, mamás y abuelas tiene un rol muy importante pues se comparten de generación en generación esos truquitos que cada una de ellas utilizaron para proteger a sus hijos cuando los tuvieron.
Así le sucede a Claudia, que por todos lados escucha consejos para la bebé, de sus familiares y de sus médicos, sin saber cuáles son los más efectivos. De acuerdo con la pediatra Mildred González Bedoya hay mitos que, efectivamente, incentivan la protección del recién nacido pero considera necesario no comer cuento de todas esas prácticas a menos de que un doctor las confirme.
Es mentira, por ejemplo, que los bebés no puedan salir hasta después de un mes. Esta creencia se debe al miedo a que el recién nacido contagie alguna enfermedad y, efectivamente, hay que procurar que personas enfermas no tengan contacto con el bebé. Pero en situaciones normales el bebé puede salir normalmente. Además, exponerlo al sol es beneficioso porque le da vitamina D que ayuda a combatir precisamente las enfermedades que se buscan evadir.
Un aspecto importante en el recién nacido es la nutrición y alimentación con nutrientes adecuados para el desarrollo físico, motriz y mental. “La leche de vaca no es recomendada para los bebés hasta un año de edad por el exceso de nutrientes que contiene la leche tratada”, explica la doctora González. La mejor leche siempre será la de mamá porque se digiere fácilmente.
Claudia es fiel amante del biberón y piensa que hay que darle a la niña comida cada 2 o tres horas, como le dijeron, pero no es así. La leche materna suele digerirse a las 2 horas mientras la leche de vaca requiere de un proceso más largo. Si Claudia no tiene en cuenta el proceso digestivo particular de Mariana y continúa dándole comida por horario, podría ocasionarle un daño en los riñones, en el momento inexpertos, o producirle anemia. Por eso, no se debe alimentar al niño por horario sino por los indicadores que él vaya dando, como el llanto y los gases.
En Colombia, la alimentación es uno de los principales factores que influyen en la tasa de mortalidad neonatal, ya que en regiones del país con escasos recursos no tienen cómo sostener recién nacidos. En departamentos como Chocó, la Amazonia y la Guajira la tasa supera la media nacional que es de 12 bebés muertos por cada 1.000 para el 2014. Así lo comprueba el reporte de las Naciones Unidas del grupo interinstitucional para las estimaciones sobre mortalidad mundial.
Se dice que si el color de las deposiciones del bebé es verde significa que hay una mala alimentación, lo cual es falso. Según la mamá de Claudia, si el popo de Mariana es verde significa que la leche y las compotas no le están dando suficientes nutrientes a la bebé. Pero la características de las evacuaciones no son un parámetro que usa el pediatra para ver si la cantidad de alimento es la mejor sino que se basa en el incremento del peso por mes.
Las infusiones también son poco recomendables. “Para los cólicos o los nervios del bebé darle infusiones de anís o manzanilla sirve”, dice con mucha seguridad Doña Gabriela, abuela de Mariana. Pero no es un buen consejo. Aunque estos productos funcionen en adultos, para un recién nacido puede resultar fatal porque se altera el ritmo de comidas de la pequeña o se infla la barriga e impide que tome leche.
Por eso, es necesario ser selectivo con los consejos que de madre primeriza se escuchan. La mayoría de mitos no son prácticos ni mejoran el cuidado del bebé.No se trata de exagerar sino de cumplir las condiciones básicas necesarias como la limpieza del bebé, la alimentación y los controles de pediatría.