"Fue la primera vez que mi padre dijo que estaba orgulloso de mí": Harry Pacheco, cadete de la armada estadounidense

Miércoles, 29 Diciembre 2021 13:04
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Harry Pacheco, cadete de la armada de los Estados Unidos, abre el libro de su vida militar y su misión en la frontera Intercoreana, la cual tuvo como objetivo mantener a salvo al país surcoreano de cualquier ataque por parte de los del norte, Rusia y China. Además comparte detalles de su vida y la noticia de la llegada de su primera hija, Everly Faith.

Harry Pacheco en Ford Hood-Texas|Pacheco identificando campo|Foto oficial US ARMY||| Harry Pacheco en Ford Hood-Texas|Pacheco identificando campo|Foto oficial US ARMY||| Instagram @Hairy_checo|Instagram @Hairy_checo|Instagram @Hairy_checo|||
2014

En el año 2015, con solo 19 años, Harry Pacheco, estadounidense de ascendencia puertorriqueña, estaba iniciando su educación superior en el Estado de Connecticut (Estados Unidos). Sin embargo, una constante voz lo perseguía, repitiéndose “Esto no es lo que quiero hacer”.

Pacheco dejó la universidad, volvió a casa de su madre y se enlistó para dar inicio a su carrera militar en el país norteamericano, sin pensar que su primera misión sería en uno de los destinos más peligrosos del mundo: la frontera intercoreana.

La frontera de Corea del Sur y Corea del Norte es el resultado de los acuerdos hechos entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1945, tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial y antes de la guerra de Corea en 1950. Para Pacheco el ser enviado a lugares como Corea, realmente es un tiempo para que los soldados se desarrollen dentro de la vida militar pues hay bastante tiempo libre y en su caso, tuvo la oportunidad de empezar a estudiar de nuevo.

Esta fue la primera vez que Harry estuvo lejos de su familia, el miedo lo invadía, sin embargo, estando en Corea las cosas cambiaron: “Tenía el mismo grupo de personas a mi lado cada día, y en el fondo sabía que Corea del Norte no iba a hacer nada, porque si hicieran algo sería muy grave para todo el mundo. Estas en riesgo y con los nervios a tope, pero esto se convierte algo segundario, sientes que estás viviendo tu día a día solo que en otro país”

Para el militar,  el primer choque estuvo en el horario, el famoso jet lag fue su compañero constante durante las primeras semanas de los diez meses que estuvo en el país asiático.

Sin embargo, las limitaciones eran mínimas, Pacheco afirma que las comodidades eran bastantes, cada uno tenía su propio cuarto en el campamento Humphrey, que fue al que llegaron en primera instancia los soldados que iban a rotar en la misión junto a él.

Fines de semana de fiesta, alcohol y oportunidades de estudio. Una historia diferente a la que se pinta en las películas, que reflejan guerra y miseria. En realidad, la experiencia de Harry fue como el la describe: De aprendizaje y autoconocimiento*.

¿Por qué decidió entrar a la Armada?

Tenía 17 años cuando lo decidí, abandoné la universidad porque definitivamente no me gustaba y sabía que la Armada me iba a dar el tiempo para enfocarme en lo que quería hacer.

¿Por qué no la Marina o la Fuerza Aérea?

En realidad, mi objetivo era la Marina, pero tengo muchos tatuajes y las reglas que ellos tienen en este aspecto son muy específicas. La semana anterior a que me presentara, me había tatuado con mi mejor amigo y el tatuaje es muy cerca de las costillas, algo que no es permitido por ellos.

¿Cuál es el proceso para iniciar la vida militar?

Es bastante rápido si no tienes un trabajo específico en mente. En mi caso hablé con un reclutador que me dio una lista de trabajos de los cuales podía elegir, luego me hice exámenes físicos y en cuestión de tres semanas ya estaba siendo enviado a misión.

¿Qué pensó su familia cuando tomó la decisión de irse?

Mi mamá estaba definitivamente enojada al principio, por otro lado, mis abuelos con los que me crié, me apoyaron mucho y tenían la seguridad de que era lo mejor para mí. Sin embargo, mi mamá empezó a entender las razones y estoy seguro que fue la primera vez que mi padre me dijo que estaba orgulloso de mí. Así que definitivamente muchas emociones de parte de todos.

¿Qué es lo más duro de la vida militar?

Definitivamente estar lejos de la familia y perderse eventos y festividades importantes. Estoy todos los días en Texas, es mi rutina. Pero toda mi familia está en Connecticut y eso quiere decir que me he perdido cumpleaños, eventos, navidades. Básicamente ves como tu familia crece y avanza desde la distancia. Pierdes años de la vida de las personas, y no es una decisión de la que me arrepienta, pero es mucho más duro de lo que esperaba.

Corea fue su primera misión, ¿Cuál era el objetivo?

A Corea nos fuimos a finales de 2016 y volvimos en 2017. Pero no se considera una misión de guerra, sino una rotación. El objetivo es mantener la paz entre el norte y el sur, básicamente estar pendiente a cualquier amenaza. Es difícil porque no hay nada activo, no hay combate constante, entonces es más un tiempo para desarrollarse en la vida militar.

¿Qué pensó cuando le dijeron que iría a Corea?

Aún era muy joven y nunca había estado tan lejos de mi familia. No era independiente y eso me asustaba, pero una vez ya estaba allá, con las mismas personas a diario, te acostumbras y no es malo, solo diferente. Además, nosotros sabemos que norcoreana no va a hacer nada, no va a atacar y pues es peligroso, pero es un ambiente muy controlado.

¿Cómo era el ambiente donde se quedaba?

Nos quedábamos en el campamento Humphrey, que tenía instalaciones nuevas y todos teníamos nuestras propias habitaciones. Pero cuando ya llevas algunas semanas, te trasladan al campamento Casey, y es un ala abierta, donde todo el mundo está enfocado en entrenar y estar listo para salir a la zona que se debe proteger. Es un ambiente diferente, un poco raro porque se pierde la privacidad, pero uno se acostumbra y la comida coreana, no decepciona.

¿Repetiría la experiencia?

Claro que sí, es tiempo muy provechoso, en nueve meses alcance a cursar más de 60 créditos universitarios y solo avanzaba cada día, mental y físicamente. Hay mucha gente que va por la fiesta y lo económico que es el licor, pero la verdad es depende tu enfoque, yo no sería quien soy si no fuese por Corea.

¿Cómo ve su futuro? 

Soy afortunado en estos momentos, tengo al menos 14 años más en la armada, espero ser oficial en junio y cuidar de mi bebé y mi esposa. Hay muchos vacíos que se deben aceptar, como a donde vamos y que va a pasar. Pero espero estar retirado, conseguir un trabajo con los estudios que estoy realizando y dar lo mejor a mi familia.

¿Ser padre cambió algo?

El año pasado la verdad era muy distint0, ahora pienso en grande, no puedo hacer lo que quiera, tengo que pensar porque todo tiene consecuencias. Las cosas por las que trabaje serán para mi bebe y ella siquiera estará en secundaria cuando me retire, entonces tengo mucho más por lo que vivir ahora.

¿Se arrepiente de la vida que eligió?

Nunca había pensado en eso. No me arrepiento, pero hubiese querido hacerlo en un orden diferente, no haber abandonado la universidad. Es muy duro estudiar y hacer carrera militar, algo que mi mamá siempre decía “es botas o libros”. Entonces solo una línea de tiempo distinto.

 

*La entrevista fue realizada en inglés, utilizando la plataforma Zoom. El entrevistado se encuentra en Austin, Texas, al sur de los Estados Unidos.