Camila durante varios años ha tenido un gran proceso de entrenamiento con varias victorias. En 2016 entró a la Interligas de Bogotá: “Fue una experiencia muy bonita, porque yo nunca había sido Selección Bogotá”. Este es un momento que recuerda con alegría, compartir con sus compañeros, la concentración y los entrenamientos le traen buenos recuerdos.
A pesar de esto, no todo fue tan agradable: “En Interligas 2016 no hubo apoyo para absolutamente nada”. No tenían los implementos adecuados para las competencias, como las ruedas (que necesitan ser cambiadas frecuentemente). Cuando fueron a competir a Cartagena llegaron a buscar alojamiento: “Ni siquiera nos habían dado hotel, el apoyo en Bogotá en ese entonces no fue nada bueno”.
En 2017 Camila cumplió su más grande sueño, pertenecer a la Selección Colombia de Patinaje, para lo cual tuvo que retirarse del colegio y terminar virtualmente, pues los entrenamientos eran muy exigentes: “En la mañana hacía bicicleta por 3 horas, después salía a hacer gimnasio, en la tarde hacía dos horas de patines y así eran todos mis días”. En este campeonato mundial ganó un oro en relevos y un bronce en prueba contrarreloj. “Se siente una paz, mucha satisfacción, como ‘juepucha’ lo logré, sí fui capaz de lograr mi tan anhelado sueño”, dice.
La concentración para llegar a estas victorias en la Selección Colombia no fue nada fácil, pues Camila no se la llevaba muy bien con los entrenadores y en parte esta experiencia hizo que se retirara de las competencias. Ella veía que los instructores tenían intereses propios y eso la afectó: “Mi compañera es de Cartagena, el entrenador principal es de Cartagena y quería ponerla a competir a ella todo el tiempo. Se ve mucha rosca y eso le quita la motivación a cualquiera”.
La expatinadora no tuvo con quien denunciar esta situación ni en Coldeportes ni en el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), dijo que todo lo tienen cubierto y hacen parecer que todo es perfecto. “Todo el que ve Selección Colombia lo ve como un sueño y yo llegué así a la Selección: el mejor sueño de mi vida y ya estando adentro es todo lo contrario”, comenta. En cuanto al apoyo presupuestal que recibe el patinaje en el país, Camila considera que en Selección Colombia sí se recibe ampliamente, pero en cuanto a Bogotá aún hacen falta mejoras, ya que ella con el logro de ser campeona del mundo solo ganó un salario de $1.200.000 durante un año, que luego le fue retirado. “Entonces por eso es que también uno se va y tiene que buscar otras cosas para poder sobrevivir”, explica.
Aparte de las dificultades con los apoyos estatales, el patinaje también se enfrenta a la falta de atención por parte de los colombianos. “Cuando nosotros llegamos del mundial el único noticiero que se acercó fue Citytv [...] mis papás fueron los que contactaron al canal y gracias a ellos se dieron cuenta que llegaba la Selección Colombia de patinaje campeona del mundo, sino ni se dan cuenta”. La falta de reconocimiento de las victorias en este deporte es una de sus problemáticas más graves, pues aunque Colombia sea potencia en patinaje, no se reconocen sus triunfos en comparación con los de otros deportes.
Actualmente Camila está a la incertidumbre por un dinero que le debe ser entregado por haber sido campeona mundial. Por lograr ciertas medallas en el campeonato del mundo (oro, plata y bronce), a los deportistas se les da un incentivo por valor de cada medalla ganada y la expatinadora ganó un oro: “hoy es la fecha en que no nos han pagado ese incentivo y pues nada, toca seguir esperando”. El monto aproximado de lo que le tienen que dar a Camila es $15.000.000 de pesos, pues su oro es compartido con otras dos personas con las que hizo la prueba de relevos. Coldeportes se justificó en la falta de presupuesto, por el cambio de gobierno. Les dijeron que ya no pasaba del primer semestre de este año, pero todavía están a la espera. Camila no planea retomar el patinaje en su vida, es un ciclo cerrado y dice haber quedado muy decepcionada.
Según Carlos García, asesor de comunicaciones del IDRD, el presupuesto para el patinaje ha ido aumentando progresivamente con las importantes victorias que ha tenido este deporte en los últimos años. En 2017 hubo un presupuesto de $292.458.299, en 2018 fue de $533.921.782 y en 2019 hay $683.725.679 destinados al incentivo y mantenimiento de ligas, espacios y deportistas. En cuanto a los incentivos dice que el “deportista que tenga muy buenos resultados, recibe sus incentivos”. Estos se dan por logros y dependiendo del torneo, si es nacional “no es mucho”, dice García, pero si es internacional, el apoyo económico es mucho más grande. Esto discierne de la situación actual de Camila Rivera, a quien no le han dado aún el dinero por la medalla de oro ganada en el mundial.
Foto: Daniela Castillo / patinadora Valentina Apolinar
Esta situación presenta contrastes: Valentina Apolinar practica patinaje artístico desde los 6 años, es decir, durante 13 años de su vida ha participado desde campeonatos sudamericanos, panamericanos (en los que obtuvo bronce y oro), centroamericanos (en donde le concedieron el oro) hasta competencias mundiales, en las cuales se ha ubicado en el sexto lugar de su categoría. Antes de estas victorias, Valentina cuenta que el IDRD no presentaba ningún tipo de apoyo, por lo que en sus primeras competencias debió asumir costos de transporte y mantenimiento personal. “Cuando empecé a dar resultados a nivel nacional e internacional, el Instituto empezó a cubrir mis gastos de transporte y alimentación. Ahora ya me dan un pago adicional como incentivo”, comenta.
El único inconveniente que ha tenido con los pagos ha sido en cuanto a la logística del Instituto: “En enero renuevan contratos y siempre se les pasa ese pago. Pero más allá de que uno se descuadra ese mes, nunca he tenido inconvenientes”. A pesar de esto, “la verdadera rosca”, como la llama Valentina, existe en la Liga de Patinaje de Bogotá. “Se ha visto que los entrenadores no tiene en cuenta a los demás clubes para que participen en campeonatos, solo mandan a sus muchachos”. Esto evita que muchos jóvenes con potencial tengan obstáculos para demostrar sus talentos en campeonatos más importantes y, por tanto, los incentivos queden dirigidos a un grupo muy selecto y estático.
“Sobre los espacios deportivos en general el Distrito ha hecho mucho”, afirma Carlos García. Se han intervenido 1.050 parques de la ciudad para que haya recreación y deporte. Sin embargo, en cuanto al patinaje, solo se han hecho 7 pistas en Bogotá, mientras que en el caso del fútbol se han hecho más de 100 canchas sintéticas en la ciudad. Aun así, Valentina afirma que la construcción de pistas se le suele otorgar casi exclusivamente al patinaje de carreras, lo que deja a deportes como el patinaje artístico “con espacios cerrados y compartidos con otros cuatro deportes. La mayoría son canchas de basquetbol y voleibol, y esos no son pisos que sirvan bien con nuestras ruedas. Y no hablemos de las peleas para coordinar horarios con el resto de gente que ‘embuten’ allá”.
La falta de conocimiento de este deporte se suele atribuir a la poca atención que reciben. “Se le da más importancia a los demás deportes. No tenemos tanta exposición, primero porque no son conocidos, segundo porque los medios no se esfuerzan en promocionarlo. Si poca gente conoce, poca gente apoya los eventos y a los deportistas”, concluye Valentina.