Van dos años desde que comenzó el Museo Abierto de Bogotá (MAB), una iniciativa del Instituto Distrital de las Artes (Idartes) en alianza con el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) en la que se ha invertido más de 5.000 millones de pesos colombianos.
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En 2023, se optó por la modalidad de maratones. Durante 90 horas se intervinieron más de 130 calles y 15.000 metros cuadrados, alrededor de la capital colombiana.
El MAB es una propuesta de arte urbano, principalmente muralismo y grafiti, que busca “traer color a las calles. Es el proyecto de arte urbano más ambicio hecho”, afirma Catalina Valencia, secretaria de cultura, recreación y deporte de Bogotá.
“Esta iniciativa busca fomentar la creación de proyectos de intervenciones artísticas con pintura a través de un proceso colaborativo y de cocreación con las comunidades”, señala en un reciente comunicado, Idartes.
A principios del año se tenían pensados seis corredores viales, cada uno en una zona diferente de la ciudad, con un presupuesto de 1.000 millones de pesos en total. El proyecto se realizó en una serie de tres maratones de 30 horas cada una. La primera maratón se dio del 9 al 12 de junio. Un corredor por la carrera 13 desde la calle 14 hasta la 67 y el otro por la calle 26 desde la carrera 3 hasta la 34.
La segunda maratón se dio del 30 junio al 3 de julio, por el corredor vial de la avenida Caracas, desde la calle 32 sur hasta la calle 7. Un segundo corredor pasó por la calle 80 en los tramos de la carrera 86 hasta la carrera 85a y, además, de las zonas laterales e inferiores de su puente vehicular con la avenida Cali.
La última maratón estaba presupuestada para dos corredores por la carrera 7 y la carrera 10, pero se decidió reubicarlos por la Avenida El dorado. Esto debido al proyecto futuro de la séptima, pues podría perjudicar la permanencia de las obras. Por otro lado, la distancia tan prolongada entre los muros de la carrera 10 no encajaba con el resto del proyecto. Esta maratón se realizó del 4 al 7 de agosto.
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Para las intervenciones participaron cerca de 900 artistas. Cada uno seleccionado por una convocatoria abierta por medio de la página de invitaciones públicas del sector cultural de Bogotá. Los primeros llamados se anunciaron a través de las redes sociales de Idartes y estuvieron abiertos en los meses de marzo y mayo.
Cada candidato debía entregar una propuesta de qué proyecto quería realizar y en qué zona, si era seleccionado se le entregaba la suma de 12 millones de pesos. Con este dinero cada artista debía cubrir sus honorarios, materiales, herramientas, elementos de seguridad, transporte y alimentación.
La artista Carolina Numpaque ‘Ultra’ afirma que: “Me hicieron enviar cerca de 23 documentos, eso fue una contratación, no era una beca o algo así. Yo tengo incluso certificado laboral de ese muro”.
Para la selección de la obra, cada participante era libre de escoger su diseño y temática. Solo debía enviar un boceto y un fotomontaje de cómo esperaba que se viera la obra terminada en la zona escogida.
Si bien había libertad creativa para diseñar cada diseño, parte del trabajo de la organización distrital fue articular a los artistas con la comunidad: “residentes de las zonas que fueron intervenidas: niños, niñas, jóvenes y adultos, aportaron sus ideas sobre lo que quisieron ver plasmado en los murales, grafitis y obras que formaron parte de las calles de Bogotá”, señala la institución en un comunicado.
“Inicialmente yo había escogido otro edificio y las personas de ese lugar dijeron que no. Ya cuando empecé a pintar donde al final quedó, habitantes del anterior sitio se acercaron a preguntarme que cuándo iba a hacer el trabajo donde ellos. Entonces es muy lindo que, en medio del proceso, las personas más incrédulas al grafiti y arte urbano se van acercando, van respetando la labor y valorando el proceso”, expresa Numpaque.
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Esta iniciativa es una continuación de un proyecto que se inicio en el 2021. Desde entonces, se realizó la intervención de catorce zonas bajo puentes y cerca de doce macro murales.