Bajo el slogan 'Vuelve para que vuelvas ' una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá tomó lugar en Corferias entre el 19 de abril y el al 2 de mayo de 2022. Los retos del retorno y las expectativas de mismo eran grandes, tanto para visitantes como para expositores, en especial, para todos aquellos detrás de la producción del libro independiente. Es decir, para aquellos que, como afirma la Asociación de Libreros Independientes, se encuentran relacionados con la creación, distribución y circulación de libros no fundamentados en la dinámica del best seller o la venta rápida de ejemplares.
Volver no solo significaba sentir que era como la primera vez en la Feria, también era tener una incógnita respecto a cómo sería el resultado de esta versión. Además, regresar también significaba un esfuerzo por mostrar novedades editoriales en un momento de crisis de papel y de devaluación de la moneda colombiana. Sin saber con qué se iban a enfrentar este sector volvió a llenar el pabellón 17 del recinto ferial, sacó adelante en sus stands y gratamente se sorprendió por la acogida que el público interesado en la cultura les brindó en esta edición
Los efectos de la pandemia para este sector
Detrás del éxito del retorno a la feria quedan las experiencias y vivencias que el COVID-19 trajo para esta industria enfocada en el apoyo a la producción independiente. Aunque cada situación fue distinta luego de la pandemia, los distribuidores y las editoriales comparten una sensación generalizada, en relación con el aumento de los niveles de compra y, por consecuente, de la lectura en medio de la coyuntura sanitaria.
En el caso de la distribuidora La Diligencia Libros, el deseo de distraerse, como comenta Samuel Colmenares, fue lo que llevó a la gente a realizar pedidos. La cantidad creciente de compras hizo que se mantuviera, un poco, la estabilidad económica y de producción en el momento. Similar fue la experiencia que compartió Camilo Ríos, librero del stand de la Asociación Colombiana de Libreros Independientes. “Al volcarse las librerías a las redes, el lector siguió leyendo y comprando, la distribuidora seguía repartiendo libros y como tal no se vio afectada en ventas”.
En otros casos la pandemia no trajo los mejores efectos para la producción y el trabajo. Este es el caso de Ícono Editorial. Como comenta Antonio José López Duque, encargado de la distribución en este sello, “durante la pandemia bajaron las ventas y la producción editorial se redujo a la mitad […] este momento desnudó las deficiencias que teníamos, no solo como empresa, sino también en el país en temas tales como el manejo y la conectividad a internet”.
Sin embargo, en otras experiencias la pandemia fue un impulso para llevar a cabo proyectos. Este es el caso de Angélica Quintero, quien en medio de la emergencia sanitaria decidió sacar adelante su sello editorial como parte de su trabajo de grado de su carrera tecnológica en escritura para productos audiovisuales: Cero Esquema Editores.
Vista interna del pabellón de editoriales independientes en la Feria del Libro. Foto: Paola Montañez
Balance de la FILBO 2022
Los distribuidores y las editoriales independientes consultadas expresan que el regreso ha sido muy gratificante y está superando las expectativas. Cada día llegaba gran cantidad de asistentes sin contar el amplio número de personas que visitaron el recinto durante el primer fin de semana. En el ambiente se veía la emoción de los visitantes por volver y la necesidad de ese contacto con el mundo de la lectura que fue imposibilitado por la pandemia. Así lo afirma Samuel Colmenares, “la gente estaba deseosa de encontrarse y compartir la experiencia de la escritura y la lectura”.
Una grata situación compartida por este sector se relaciona con la fidelidad que lectores y compradores han tenido con sus editoriales predilectas. Este fue el caso de Tragaluz Editores, quienes a pesar de la emergencia sanitaria pudieron mantener su equipo completo y, por ende, la producción y creatividad en marcha. Además, se encontraron con que en esta edición su público fielmente vino a buscarlos para comprar sus novedades.
Similar fue la situación de la distribuidora La Diligencia Libros y Cero Esquema Editores. No obstante, para este último sello editorial la presente edición fue su primera experiencia en la FILBO. Estar en aquel recinto ferial le permitió comprobar a Angélica Quintero, su creadora, la importancia de la presencialidad, ya que gracias a esta se han podido encontrar con la comunidad que crearon en pandemia, han podido subir sus ventas por estar en este evento cultural y ello, a su vez, les ha permitido llegar a otro tipo de público con el cual antes no tenían contacto.
Stand de La Diligencia Libros en el pabellón de editoriales independientes en la Feria del Libro. Foto: Paola Montañez
Retos por afrontar
El retorno a la feria luego de la pandemia trajo consigo retos para la edición 2022, así como algunos a futuro. Los editores, las librerías y los autores independientes se enfrentaron a la necesidad de publicar en un momento de escasez de papel. Como afirma Camilo Ríos, “la pandemia dejó coletazos en la economía en su extenso, como la crisis de los contenedores y la crisis del papel en la producción del libro”.
A lo anterior también se le suma la devaluación del peso colombiano en relación con las demás divisas. Esto hace que los libros importados queden con precios altos lo que a su vez dificulta su compra. “Si bien la gente ha regresado con entusiasmo a la feria, se están encontrando con precios altos cuando ellos ya tienen el bolsillo afectado. […] El libro había ganado un lugar simbólico y potente en la canasta familiar. Pero con esta subida de precios lo volvió a dejar en una situación, no de canasta familiar, sino de lujo. Por ejemplo, si antes en esta distribuidora el lector llevaba cinco libros importados, como era costumbre, entonces ahora solo está llevando uno o dos”.
El manejo de las tecnologías, el internet y las ventajas que estas herramientas ofrecen también fueron un reto, y lo siguen siendo, para algunas editoriales, librerías y autores independientes. Como afirma Camilo Ríos, “las librerías se dieron cuenta de la necesidad de tener una página web, manejar ventas en línea y tener un inventario organizado y tecnificado […] la tecnología ha sido todo un reto porque algunos se acomodan bien mientras que otros no tanto”.
A eso también se le suma los objetivos propios de cada sello editorial. Pasando por la meta de seguir creando contenido de calidad, mantener la esencia que sus comunidades aprecian, buscar alternativas para no estar limitados en caso de no poder tener una feria y competir con las grandes editoriales comerciales, también se constituyen como retos que tienen los independientes.
Volver después de pandemia ha sido toda una aventura que ha dejado grandes enseñanzas para este sector pensando a futuro. El retorno logró cumplir, y para algunos, superar las expectativas. Ahora todas aquellas editoriales, emprendimientos y personas que se encuentran detrás de la producción de libros independientes deben seguir adelante con la creación de su contenido no tradicional en búsqueda de darse a conocer en más eventos culturales.
Entrada al pabellón de editoriales independientes en la Feria del Libro- Foto: Paola Montañez