Armero, la película de una tragedia anunciada

Martes, 19 Septiembre 2017 22:41
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El próximo 21 de septiembre llega a las salas de cine el largometraje que narra la catástrofe natural más grande de la historia de Colombia.

Poster Oficial de la película|||| Poster Oficial de la película|||| Cortesía de producción||||
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Hace 32 años ocurrió la catástrofe natural más grande en la historia de Colombia, dejando más de 20.000 personas muertas y borrando al municipio de Armero (Tolima) completamente del mapa. Casi tres décadas después de la tragedia, el director de cine colombiano Christian Mantilla, y su equipo, decidieron recrear este dramático hecho y llevarlo a la pantalla grande.

El desastre natural fue producido por la erupción del volcán Nevado del Ruíz, el cual, tras 69 años de inactividad, hizo erupción en la noche del 13 de noviembre de 1985, dejando a un pueblo de casi 30.000 habitantes sepultado bajo el lodo y los escombros.

Mantilla, director de la película Armero, asegura que con esta producción se quiso hacer un homenaje para dignificar a las víctimas de la tragedia y llevarle un mensaje a las nuevas generaciones para que tengan conocimiento de la historia del país, y conozcan que esta catástrofe se pudo evitar.

Vea aquí el Trailer Oficial

Armero llegará a las salas de cine del país el próximo 21 de septiembre. Es una película cargada de expectativas y basada en hechos reales. Una producción que muestra el antes de una tragedia y el triunfo de la vida y el amor sobre la muerte, como reza su eslogan. Plaza Capital entrevístó al productor de la película y esto fue lo que nos contó:

¿Cómo surgió la idea de producir esta película?

En el año 2005, cuando se conmemoraban los 20 años de la tragedia de Armero, yo estaba en Estados Unidos escuchando radio por internet y me di cuenta que había una cobertura especial por parte de los medios sobre la tragedia. Ahí me llamó la atención el hecho de que no se había realizado ninguna película sobre este suceso que fue histórico y devastador.

Ya hay varias producciones cinematográficas sobre tragedias y sucesos naturales que han marcado a la humanidad, y teniendo en cuenta que Armero es la tragedia natural más grande de la historia de Colombia, pues merecía ser contada en una pantalla de cine, no simplemente como un documental o noticia.

¿Cuál es el objetivo del largometraje?

Yo quería hacer una película que dejara marcadas las memorias de los espectadores, y que a su vez, dignificara a las víctimas. Así estaría aportando un granito de arena para que no haya olvido, para ayudar crear conciencia sobre lo que es la prevención y para que las nuevas generaciones entiendan lo que ocurrió. Así nació la idea, irónicamente fue un 13 de noviembre, 20 años después.

¿Cómo fue el proceso de investigación para recrear la tragedia?

Una vez nació la idea, duré más o menos dos años investigando, hablando con sobrevivientes, con ingenieros de la época, los que estuvieron ahí monitoreando el Volcán. También investigando con entes gubernamentales sobre quiénes eran los que tomaban decisiones en esa época, a qué representante en la Cámara lo llamaron sensacionalista por querer prevenir o dar un aviso de que Armero podría destruirse. Me reuní con gente que estuvo involucrada directa e indirectamente con la tragedia y otros dos años escribiendo el guión.

¿En qué escenarios se grabó de la película?

Como yo soy de Bucaramanga, escogí este lugar como mi centro de operaciones. Empecé buscando municipios que se adaptaran o asemejaran a la arquitectura de Armero, porque claramente un solo municipio no iba a servir del todo. La película se grabó en cinco departamentos: Santander, Cesar, Antioquia, Tolima y Caldas. De hecho en el Tolima grabamos en el Parque Real, un lugar que fue epicentro de la tragedia y actualmente está en ruinas. Con tecnología y avances audiovisuales logramos reconstruir el parque y la iglesia para la gran pantalla. Esto fue en homenaje a las víctimas, para que pudieran sentir ese Armero vivo, así sea por una hora y media.

La historia central es una de amor entre Omaira, que no es la misma niña de 13 años que fue divulgada por los medios y catalogada como símbolo de la tragedia, y Ramiro. ¿Por qué la escogió? 

Esa historia de amor es real. Omaira es una de las sobrevivientes de la tragedia. No quise tomar como historia central la de la niña Omayra Sánchez porque yo creo que el público ya está cansado de ver cada año sufrir a esa pequeña.  Esta historia que encontré en medio de todas las investigaciones me pareció que era perfecta, porque es una historia de amor que triunfa sobre la muerte. En perspectiva, es la vida que triunfa sobre la muerte en esta tragedia.

Paralelamente cuento todo lo que fue sucediendo antes de la tragedia, porque la película no trata solo de esto en sí, sino de lo que no se conoce, lo que no se sabe de antes de la tragedia, aproximadamente tres años antes. Se narra la vida de la gente, sus costumbres, la prosperidad del pueblo y se reconoce que era el productor número uno de algodón en Colombia, etc.

¿Qué encontró en su investigación?

La película, de hecho, narra cómo el volcán dio avisos, cómo fueron los estudios, cómo se manejó todo eso antes de la tragedia y muestra también la negligencia de los entes gubernamentales ante este hecho. La reconstrucción de la tragedia a pesar de haber sido lo más difícil, por los efectos visuales, no es el enfoque central.

¿Cómo atraer al público a una historia de la que ya conocen su final?

Pues resulta que hay miles de historias que no se han contado y los sobrevivientes reclaman para que sean conocidas. Esta historia de amor, que es la columna vertebral de la película, es la que da esa sorpresa al final, es la que le da al público ese éxtasis que es lo que todo el mundo busca en una película.

¿Cómo fue el proceso de reconstruir la tragedia como tal?

Todo fue basado en la recopilación de información y testimonios donde nos contaban el paso a paso de cómo ocurrió la tragedia en la noche, porque las nuevas generaciones solo conocen el después, donde la gente está agonizando llena de barro.

Obviamente recopilamos toda la información de cómo fue avanzando la avalancha y nos acercamos lo máximo posible a como realmente fue. Las opiniones de los sobrevivientes que ya vieron la película (el pasado 18 de septiembre hubo un pre-estreno exclusivo en Ibagué) es que lo logramos. Se pudo transmitir ese sentimiento a los espectadores de cómo fue que llegó esa avalancha y consumió todo a su paso.

¿Se sintió identificado con alguno de los personajes de la historia?

Todas las historias me afectaron emocionalmente. Esas historias que no se han contado fueron mi principal motivante para sacar este proyecto adelante. De las cosas que más me impactaron es que los armeritas dicen que ellos ya quedaron en el olvido, que ya no existen, porque aparte de que su pueblo ahora es solo ruinas, también les exigieron cambiar sus cédulas en donde aparece que ellos son de "Armero Guayabal" y no solo "Armero" como su lugar de nacimiento. Ya ni siquiera existe este lugar en la cédula.

Mi idea con esta película es devolverles a ellos un poco de lo que perdieron, ya que nunca más podrán regresar a lo que fue el pueblo que los vio crecer.

¿Cómo fue la financiación para esta producción?

Yo personalmente esperaba que los entes gubernamentales y empresas del Tolima me brindaron apoyo y de pronto ellos me querían ayudar en el proceso de dignificar a las víctimas por medio de la producción. Pero lastimosamente su apoyo fue nulo. Sin embargo, sí debo agradecer que mi departamento, Santander, al ver los alcances y la importancia de la película, me decidieron apoyar económicamente y con equipos: la Gobernación de Santander, la Alcaldía de Floridablanca y la Universidad Autónoma de Bucaramanga fueron los que más apoyo me brindaron. 

¿Qué tanta influencia cree que puede tener esta película para las próximas elecciones presidenciales? 

La idea es que aquí se vea la negligencia del Gobierno. Ojalá la gente vea en esta producción qué tanto afecta que el Gobierno decida prevenir una tragedia, o ignorarla completamente. Sin embargo, en nuestro país salvar vidas no da votos, crear muros de contención, campañas de prevención y todo esto para mitigar riesgos, no es lo que verdaderamente da votos. Los votos desgraciadamente se ganan con fiestas y ferias, lechonas y tamales que le llegan al gusto a la gente.

Esto es muy triste, entonces espero que esta película sea un llamado de atención al Gobierno que tiene el deber de protegernos y evitar este tipo de catástrofes que solo ocasionan daño y muerte. Esa negligencia ya ha costado muchas vidas, ahorita estamos hablando de Armero que fue hace 32 años, pero hace poco también fue Mocoa (Putumayo), otra tragedia anunciada pero no evitada.

¿Hay proyectos para llevar esta película a Netflix?

Estamos intentando llevarla tanto a Netflix y otras plataformas digitales, como internacionalmente a las salas de cine del extranjero, para que los colombianos que viven afuera tengan la oportunidad de verla. Todo esto depende de la acogida del público hacia la película y qué tanto éxito tengamos.

Para sus próximas producciones, ¿piensa seguir con esta línea cinematográfica, de contar historias de tragedias y apostarle a que sean colombianas?

A mí me gusta contar historias que dejen algo, que la gente al salir del cine se lleve un mensaje de la producción, no simplemente que salgan y piensen que perdieron una hora y media de su vida, entonces quisiera continuar con películas ya sea de hechos históricos o que sean para generar conciencia, mas no precisamente basadas en tragedias.

El hecho que el estreno de la película sea el 21 de septiembre es un sueño hecho realidad para mí, y pues todo mi equipo y yo esperamos que la gente valore eso y le apueste al cine colombiano, y que cuando vean la película realmente salgan de las salas de cine con algo.