Pareciera que para Isabel Riascos todo comenzó cuando se paseaba bajo las mesas de la modistería de su abuela materna Pepa. Jugar en el taller de su abuela fue un primer acercamiento que dejaría en ella una huella indeleble; de los figurines franceses, del Chanel No.19 en el tocador de su abuela, de la moda que, como ella misma dice “Mi afinación por la moda no fue algo espontáneo, fue genético, eso vive en mí, desde que tengo memoria hay una máquina, telas, botones, moldes, reglas, hilos en mi casa, de modo que yo tengo esa apreciación por el universo del vestuario desde niña”, ¿Cómo no tenerla? Riascos firma como Pepa María honrando la influencia de su abuela materna, modista y de quien heredó su pasión por la palabra moda. Años más tarde, Isabel llegaría a París y con el corazón cargado de nostalgia vería aquel Chanel, agradeciendo a la mujer que le brindó el primer acercamiento al mundo de la moda; su abuela Pepa, del Chocó, la mujer culta, sabia, la gran modista.
La moda tiene muchas aristas distintas dentro de las cuales Pepa María se segmenta en algunas de tantas: Estudió Economía en la Universidad Javeriana de Cali, se graduó con mención de excelencia mientras se mantenía dispersa del mundo de la moda —solo momentáneamente. Tras finalizar sus estudios universitarios, sus padres la envían a estudiar a Londres, Inglaterra, donde perfecciona su inglés y llega a una de las más importantes capitales de moda en el mundo.
Aprovechó las ventajas de ello para seguir su pasión; se especializa en el campo del Mercadeo de Moda, fusionando sus dos gustos: números y telas. Es ahí cuando todo comienza a transformarse: “Londres fue y es un capítulo crucial en mi vida pues me cambió por completo el chip, me amplió la perspectiva global y me reforzó esa pasión que acá en Colombia no sabía por donde empezar. No había academia de moda respetable en mi ciudad y la gente se reía cuando uno decía “quiero trabajar en moda”. Pero yo sabía que al graduarme no quería hacer ropa sino entender ¿Por qué nos vestimos? ¿Cómo nos vestimos? ¿Cómo llega la prenda a las tiendas? ¿Por qué las tendencias influyen, por qué los iconos de moda son lo que son? y ¿Por qué es un negocio que mueve tanto dinero? Esas respuestas las tengo hoy, en ese entonces ni en chiste, la literatura de moda no era vista con respeto académico aquí, pues la única oferta académica era “diseño de modas” como si hacer ropa fuera lo mismo que escribir sobre moda o hacer fotografía de moda o estilismo, entre las muchas otras cosas que se hacen. Aquí hay que hacer un llamado a las universidades de Cali a que amplíen esa parrilla académica en moda”.
Entre risas va recordando cómo se fue tejiendo su vida en un camino que la misma reconoce que no fue sencillo “en Cali yo no tenía una oferta laboral en moda así que lo mío fue un proceso bastante lento, de tocar muchas puertas, escuchar muchos “no”, para llegar a lo que ustedes perciben de mí a través de mi plataforma digital”. Actualmente hace consultoría de moda para personas y marcas, da clases o conferencias de mercadeo en este campo y por supuesto, reformula la idea cotidiana de lo que es la moda, dejando su huella. Es considerada una de las mejores blogueras de moda de Colombia por su aproximación sin el filtro del Magazine a la industria de la moda.
En Londres de 2008 conoció por primera vez el término de “Fashion Blogger” y con el acento valluno que se impregna en su discurso, Isabel se ríe al recordar que eso en Colombia ni siquiera existía en el momento. Hacer contenidos digitales era entonces como navegar un barco a la deriva, sin referentes que hubiesen hecho lo mismo, en una Colombia que daba pasos a ojo cerrado intentando moverse en toda la tendencia internacional.
Entonces ¿Cómo empezó para ella esa trayectoria profesional dentro del mundo digital? A paso lento y sin siquiera saber que lo que en principio estaba comenzando llegaría en unos años a ser reconocido, respetado y valuado como blog, un oficio en el que se metería de lleno:
“Yo comencé vendiendo ropa. Tengo tal vez la vena comercial de mi abuelo paisa y la vena de moda por mi abuela Pepa, por eso fusioné economía con moda”, recuerda entre risas “En cuanto a lo de la ropa, en cada viaje yo traía a vender ropa a mis amigas y se me ocurrió subir esto a Facebook, cuando nacen las Fan Pages, para ofrecerlo a más niñas. Subí fotografías de atuendos que iba armando y empecé a ponerles píe de foto explicando cómo vestirse o porqué esa falda se llama así, eso me empezó a conectar con las mujeres que hoy me da un gusto leer que vienen conmigo desde el día cero cuándo ni yo sabía qué era ser blogger”.
Las primeras clientas de Isabel fueron de Bogotá y Medellín, estando ella en Cali. La llamaban “La niña de moda”, “la negra de Cali que trae una ropa genial” pero nunca Pepa María. “La estética que yo vendía no era la de sensualizar el cuerpo sino vestir el cuerpo, por eso me iba mejor en Bogotá que en Cali. De esta forma fui entendiendo el poder de las redes sociales, pero yo no me levanté y dije quiero ser Blogger, no. No había en Cali ni Zara ni Forever21; en Colombia nada nada de eso había llegado. Así que yo les traía mi visión global de la ropa que uno veía era en televisión, revistas o cuando viajaba. La democratización de la moda no había golpeado al consumidor en Colombia”.
“Un día así de la nada un magazine digital me invita a escribir: “Oye Pepa yo leo tus píe de fotos y me parece que la gente se conecta súper bien ¿Te gustaría escribir una columna?”, y yo dije “¿Una columna? ¿Para dónde?” asombrada. Era para una website local, yo estaba acá en Colombia trabajando -no en moda, ya me había regresado de Europa. Ese día en mi oficina llegué y la escribí. Y ahí fue cuando yo conocí el término viralidad; me dijeron: "Pepa, pasó algo increíble, lo que escribiste se volvió súper viral, nunca habíamos tenido una entrada que se leyera tanto y me dije “Vaya ¡La negra tiene tumbao!” recuerda, con goce, emoción y risas.
Aquella columna fue solamente el principio de lo que sería para Pepa María estar cada vez más metida en su sueño. Ya cuando entró al medio fue un proceso de ingresar a las semanas de la moda cuando su mamá le pagaba los tiquetes, después como reportera para un medio, y finalmente llegando a primera fila marcada con su nombre:
“Gracias a Dios la gente me apoyaba, creían en mí, y me gané un peldaño, un puesto, dentro de la industria de la moda nacional, pero si vos me preguntas hace cinco años donde me veía hoy, jamás iba a pensar que me ganaría por esto un premio, no, nunca en la vida. Yo lo que seguí fue una pasión y sigo en ella, pero es muy gratificante porque no ha sido fácil, no somos brutos y superficiales como la gente piensa. Craso error porque brutos y superficiales los encontrarás en toda industria o carrera. Tal vez esas personas le tienen miedo a adornarse y no entienden que el vestuario es una necesidad".
El término “blog” se ha popularizado vertiginosamente, la era digital se toma el mundo profesional y este oficio se diversifica cada vez más. ¿Qué ha cambiado desde que Pepa María empezó a trabajar como blogger?
“Yo me he ido moldeando sobre la marcha. Lo que ha cambiado es la relación que una tiene con las marcas, que se ha vuelto más marketing digital. Con eso me cuido mucho y solo trabajo con marcas que respeto porque no quiero parecer una comercial ambulante ofreciendo hasta galletas en mi Instagram o Facebook. Yo soy influencer porque incido en mi audiencia con valores positivos frente a la moda. Y así como me respetan, los respeto con los contenidos que les ofrezco."
El blogger ahora es un personaje considerado por las marcas, afirma Pepa María “Algunos ridiculizan el término pero tampoco se toman el tiempo de entender si la cantidad de seguidores corresponde a la calidad de su trabajo. Las marcas también son superficiales y solo usan al Blogger por sus seguidores pero no se toman el trabajo a veces de analizar la efectividad que respeto a la campaña tenga. El consumidor digital de hoy no es tonto ni traga entero. Deben saber que como blogger, dentro de la palabra, hay muchos estilos: Egoblogger, que publica solo cosas sobre sí mismo. Está el styleblogger que sube solo sus atuendos. Y yo soy columnista crítica de moda con un blog, es muy distinto. yo tengo una página de blog que funciona como la bitácora que es, mi categoría es la fashion philosopher blogger, mis contenidos son académicos, socioculturales y con argumentos alrededor de la moda, yo no escribo cosas sin sentido".
Sin necesidad de poses falsas, esta pionera del oficio se hizo una bloguera reconocida a falta de un manual para principiantes. No subió los atuendos de su día a día, y aun así se hizo respetar por medio de la moda. No subió fotos personales que acolchonaran sus redes sociales, y, sin embargo, se dio a conocer por sus conocimientos y su personalidad. Su espacio en ELTIEMPO.COM es algo más reciente: Isabel Riascos abrió su página web hace tres años y en ella empezó a coser su discurso. Lo de ella fue ver a Pilar Castaño como un referente más allá que en términos de moda había aconsejado a mujeres como su madre, y que para ella servía más como un acercamiento al modo en el que se debía trabajar en el periodismo de moda.
“La noción en el imaginario colombiano de Fashion Blogger más aceptada es tal vez la de Chiara Ferragni. Ella como caso de éxito de egoblogger, vende imágenes aspiracionales de estilo y eso es muy viral, y aceptable, pero no es el único tipo de blogger de moda que hay señores, aprendan a leer un blog. Cada blogger tiene su teclado. Yo vendo academia de moda, consultoría de moda, yo vendo mi personalidad. Lo mío es que respeten mi columna cuando la lean. La gente está aprendiendo, sea estudiante, experto o curioso de moda, y eso es lo que más me gusta, trasmitir valores dentro de lo que se entiende en el imaginario nacional por moda”.
Este negocio nació con muchos retos, narra la columnista: “Cuando uno empieza a escribir se dice: “Así como de amor no se vive, de blogger tampoco”, me decía ¡Pero a mí quién me va pagar por escribir! La revista Diners fue el primer medio que me dio el orgullo de escribir y me pagó por mis artículos. Eso sí ha cambiado, es ahora cuando las marcas son más conscientes del poder que tenemos como influencers y ya respetan más el trabajo que uno hace, porque al principio era complicado. Los regalos son muy lindos, sobre todo cuando te dan cosas útiles y son generosos, a quién no le gusta eso. Pero piensan que por vivir de una pasión no mereces paga. Cómo si yo hubiera estudiado y viajado de gratis. Ahí empecé a ponerme sería y profesionalizar mi trabajo Es ahora cuando eso cambia un poco en sur occidente. Las marcas están creyendo en el blogger como estrategia efectiva digital, porque nosotros como blogueros somos un puente que no tiene filtros, y mis seguidores creen en mí ya que no me pongo a mentir o a disfrazar las cosas solo porque me paguen”.
La blogger afro
“A mí no solo me dicen blogger, me dicen la blogger afro, así que empecé a usar mi plataforma para mostrar mucho más de lo que soy, mi raza, mi identidad” Y lo que es Pepa María, según su discurso, es la historia afrocolombiana, la reivindicación de sus raíces, el continuo reformular de prejuicios y la raza que, a flor de piel, se apropia de su oficio, de su vida, de su estilo, de la moda.
En 2012 Pepa Maria es nominada a mujer afrocolombiana del año en medios y periodismo por ser la primer mujer negra en crear diversidad en ese aspecto y romper récords en medios escritos (premios otorgados por El Espectador y Color de Colombia). Momento en el cual una nueva vertiente comienza a agrandar aquella profesión que con pasión estaba desempeñando. La moda y la raza se hicieron, entonces, en un matrimonio perfecto para Pepa María. De esas raíces culturales ¿Qué entra en los blogs o qué hace parte de esos medios de producción de modas en lo personal?
“Es una parte de mí porque eso es lo que yo soy. Yo vengo de varios mundos, y cuando uno es creativo se conecta con su identidad. Llega un punto en el que, sí, es una pasión para mí escribir, pero empecé a preguntarme ¿Qué clase de blogger soy yo? ¿Qué es lo que represento? ¿A Colombia? ¿A mi raza? Sin necesidad de andar vestida todos los días de africana, yo plasmo eso en mi trabajo porque yo no solo me represento a mí, sino que entendí que en mi trabajo están viendo es a toda mi comunidad.
“Eso muestro en mis columnas, yo estudié de dónde vengo, y la importancia que tiene África en la moda y sobre todo en nosotros, en Colombia que es la esquina de América como continente, donde llegó todo este proceso migratorio forzoso y que eso se quedó en el ADN de todos. Esos son rasgos que siempre me ha gustado distinguir de mí, en lo que hago, sin llegar a aburrir, imagino yo, a mis lectores, siempre quiero ofrecer mis columnas con fundamento, no escribo algo que yo no leería, porque soy muy selectiva con lo que leo”.
¿Cuál es el personaje del mundo de la moda con quien más se ha identificado?
“Diría que Michelle Obama, porque como mujer negra que soy es satisfactorio para mí ser testigo de la aceptación que le dieron los medios de comunicación y que nos representó en imágenes de belleza, clase y estilo, cuando los medios siempre tratan de ponernos como los más infelices, malos, ladrones, ignorantes, sirvientes, y todos esos estereotipos. Me siento orgullosa de haber vivido en su era, de lo que ella hizo en el mundo por la mujer negra como yo, porque lo que pasó fue algo que quedó en la historia de la humanidad”.
La admiración no se quedó solo en anhelos, y fue traducida a una columna muy sonada de Pepa María: “Una de mis columnas más leídas fue la transición de Jackie O a Michelle O, en un artículo que primero escribí en inglés. Lo subo en twitter y Michelle me da retweet ¡Sentí que viajaba a la luna! Porque lo escribí con mucha admiración he hice caer en cuenta a mucha gente en Colombia, lo traduje al español luego, que es increíble que la gente la admire por ese elemento del fashion pero nadie sabe que es una mujer negra que se tituló en Princeton, Harvard, que luchó sola por su distinción, que vivió el racismo crudo en Estados Unidos de 1960s, que es una mujer que ganaba primero muchísimo más que su esposo Barack Obama y que es muy brillante académicamente. Éso es lo que a mí me hizo enamorarme de ella”.
Esta identidad que expresa con respeto tiene su cauce dos generaciones antes que ella. Su abuela Pepa fue una mujer del Chocó de aquel lejano 1915. Una mujer negra, una mujer culta, una gran modista a los ojos de la moda. Se fue haciendo a sí misma, modista, sin ayudas, sin viajar a Europa, hecha para triunfar: “De mi abuela Pepa hay mucho en mí, hasta la manía de acumular revistas de moda. Plasmó mucho su espíritu en mis primeros cinco años: yo como buena observadora tal vez sentí mucha curiosidad a lo que ella era y la huella que dejó en mí es imborrable porque no murió así ella falleciera cuando yo tenía casi seis años. Yo también me he hecho a mí misma sola, y me reinvento sola, y eso es lo que nos une, las historias. Yo recuerdo, tenía cuatro años, no sabía ni leer, y cogía los figurines que ella tenía de sus cuadernos franceses y veía las muñecas vestidas que hoy sé que son ilustraciones o bocetos de diseño, yo agarraba retazos para hacerle ropita a mis Barbies, eso para mí era Disneylandia”.
Cuando a Isabel Riascos le preguntaron, para su primera columna, cómo quería firmar, se conjugó en ella un pasado de orgullo innegable. Así, Pepa María reúne en su seudónimo el recuerdo de su abuela materna, el legado cultural del Pacífico, su ADN afro, para traer al presente toda esa historia bajo el formato de blog. En 2016 ganó el premio a Mejor Fashion Blogger en los Premios al Talento y la Moda Vallecaucana, mostrando que en cuanto al escenario de ser blogger en Colombia, las condiciones están cada vez más favorables con un trabajo bien desarrollado.
Isabel “Pepa María” Riascos ríe entre anécdota y anécdota, de cómo el canal E! Entertainment Televisión Latinoamérica, la contacta para ser jurado en un concurso del canal. De cómo fue su nominación y la consciencia adquirida acerca de su raza en su trabajo. De cómo fue empezar con los ojos vendados en la era digital que en principio era un escenario muy temido y poco desarrollado.
Se ríe, y ninguna de las risas o su sentido del humor le merma seriedad a su trabajo, al contrario, dan prueba de la espontaneidad y el compromiso con que ha asumido su rol. Pepa María es la blogger negra que bloguea para todos los colores de piel, y con su teclado hace historia, borra prejuicios, educa y reformula el término de lo que es hacer un blog:
“El primer compromiso que tenía conmigo misma era destruir el mito de que todas las mujeres que trabajamos en moda somos huecas, luego de que ser economista solo es para trabajar en un banco o en política y de que los negros no consumimos moda ni somos educados, cultos o viajamos. Estereotipar es terrible, y eso me obliga a crear contenidos con los que las personas entiendan que el vestuario es inherente a la raza humana, es algo que explicará la evolución del hombre hasta el fin de sus días. ¡Caramba! Dejen de pensar que moda es superficialidad, después de dormir y comer ¿Qué hacemos todas las mañanas? ¡Nos vestimos!”