Es de noche en el parque de Lourdes. Un joven blanco de cabello esponjado y grandes labios, enciende un cigarrillo mientras espera el inició de la fiesta. Viste una camiseta de Iron Maiden con jean azul y unos tenis negros. Al frente de él, se encuentra un vehículo grande, pintado con los colores de la bandera de Colombia. Dos hombres pegan un afiche negro con letras en cursiva y mayúscula que dice: “La chiva Rockera”, junto a una imagen del fallecido cantante de la banda paisa Kraken.
El tiempo pasa y la gente comienza a llegar. Algunos con su pareja y otros en plan de amigos. Un hombre corpulento que viste una chaqueta de cuero, una camisa de los Misfits y una cresta, se acerca al joven y le dice:
- Marica, ¿ya van a empezar?- Él joven sorprendido por su peinado mohicano y espinado, se demora en contestar
- Ya casi, están esperando a que lleguen los demás
En frente de la chiva se parquea un taxi. Un hombre con el pelo rubio hasta la cintura y con una maleta en la espalda le pide al conductor que abra el baúl. Adentro, el espacio es ocupado por muchos six packs de cerveza Poker y cajas de aguardiente, que baja del vehículo y las ubicó dentro de la colorida chiva. Paga el taxi y saca de la maleta un computador para conectar a los grandes parlantes de la chiva.
De repente se escucha Rock And Roll de Led Zeppelin, y aquellos que ya habían llegado empiezan a mover el cuello a ritmo de la música. El roncar de las guitarras fue llamando aquellos que no encontraban la chiva. El grupo es cada vez más grande a tal punto de cubrir toda la acera y tapar el restaurante de sándwiches del lado. Mr. Crowley de Ozzy Osbourne es el preámbulo para empezar la fiesta.
Gina Ardila, coordinadora del evento, abre la puerta y da la bienvenida a todos los asistentes. De uno en uno van recibiendo su boleta numerada y una cerveza gratis. Aquel joven ya se ha acabado su cigarro y se dispone a subir. Al entrar, las mayorías de puestos estaban ocupados, así que se sentó en los primeros asientos. Quienes entran, abren su cerveza y se sostienen de las barandillas para no caerse. Ya todos adentro, Gina da las respectivas medidas de seguridad para evitar incidentes. Al igual que anunció que durante el recorrido se va a rifar un litro de aguardiente de acuerdo al número que cada uno tiene en sus respectivas boletas.
Wind Of Change de Scorpions inició el recorrido musical. El joven se quita la chaqueta de cuero, mientras nuevamente encnde otro cigarro. Ve como algunos del fondo cierran los ojos mientras siguen la música con la cabeza. Otros piden cervezas para socializar con quienes comparten su vida rockera. El joven de cabello esponjado sube el volumen de la voz al igual que el resto de los asistentes al recordar uno de los clásicos de Soda estéreo, del fallecido cantante Gustavo Cerati, (Trátame Suavemente).
La chiva toma la calle 85, reconocida por la cantidad de bares y tomaderos que tiene. Bon Jovi exalta la noche con Living On A Player. Disimuladamente, un hombre con manillas de puas y una camiseta de Kiss saca de su maleta una botella de Whisky de Johny Walker para repartirla. Así, el tiempo pasa y los ánimos van aumentando entre los más tímidos que empezaban a dar sus primeros pasos y gritos de euforia. Los más extrovertidos por el contrario aprovechan la oportunidad para gritarle a las personas que se encuentran en la calle o haciendo fila para entrar a los bares. Algunos de ellos miran con detenimiento la colorida chiva y sus alegres rockeros y metaleros, mientras con alegría sacan la lengua y sacuden la cabeza. Un hombre proveniente de México y con unos tragos de más saluda a todos los de la chiva, a tal punto de querer colgarse en ella para poder entrar, pero su esposa frustra su hazaña. Otros por el contrario al sentir la música y los gritos de la gente, prefieren ignorar su alegría. No faltan quienes los ven como “bichos raros” y mirada despectiva de superioridad.
La chiva emprende el viaje hacia la Calera. La locura es total al escuchar el incio de Chop Suey: “¡Wake up! grab a brush and put on a Little make up…¡You wanted to”. La parte superior de la chiva funciona como batería, mientras que la imitación del toque de guitarra era la mejor expresión de amor musical.
El homenaje no se hizo esperar. No me hables de amor abrió los recuerdos y emociones entre el público amante del rock. Con brindis y euforia gritaban todos a una voz: "Por Elkin, gracias titán, gracias por tu legado ¡nunca te olvidaremos!". Escudo y espada, corazón felino, muere libre y hijos del sur traen a la mente aquellos recuerdos de los conciertos de antes, donde todos saltaban al esplendor de la guitarra eléctrica y a ritmo de Hard rock.
Al llegar a la Calera muchos bajan a comprar las típicas picadas de salchicha y rellena que se encuentran a los alrededores. El reggaeton, la salsa, el merengue y hasta la ranchera rondan a los hombres vestidos de cuero y manillas puntiagudas. Cada una va pasando con la alegría de sus asistentes. También se puede escuchar el rugir de las motos acrobáticas que cruzan de un lado a otro. Otros aprovechan para tomar fotos y selfies con la hermosa vista de la ciudad.
Mientras suena Cum´ on file The Noize de Quit Riot, empieza a subir nuevamente al bus. Todos estan felices y con ganas de seguir la fiesta. El número 19 es el afortunado ganador de la botella de guaro. Un hombre de cabello liso con rasgos muy similares a Elkin patrocina el trato con una lata de cerveza balcánica. Mientras que Nirvana estreme a todos con Smile Like Teen Spirit. El recorrido de regreso fue muy rápido pero la buena música continua. Algunos bailan otros con una cerveza en la mano y los ojos cerrados sienten el toque. La noche finaliza y cada uno se despide con Ace of spides, Detroit rock city y Two minutes midnight, no si antes gritar ¡larga vida al rock!.