Si te va a doler, al menos que esté bien escrito

Jueves, 12 Mayo 2016 03:44
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Un error ortográfico puede verse reflejado en cualquier escrito, hasta en los tatuajes se puede encontrar el mal uso del idioma.

Tatuaje Gabriela|||| Tatuaje Gabriela|||| Por: María Paula Parada||||
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Hoy en día la mayoría de personas ven el tatuaje no solo como un arte sino como una herramienta con la que pueden expresarse libremente, buscando grabar en su cuerpo algo que quieren recordar para toda su vida o algo que los identifica. Sin embargo, hay casos en donde estos no se preocupan por que su tatuaje esté escrito correctamente, dejando así un error ortográfico marcado en su cuerpo, hasta el día en que puedan corregirlo.

Marcela Ríos es un ejemplo de esto, pues esta mujer de 32 años en honor a su hija mayor decidió grabarse el nombre de Gabriela en la parte superior izquierda de la espalda, sin saber que el tatuaje no quedaría como esperaba. Ella cuenta que “una prima me contactó con el tatuador hace 7 años, cuando él hizo el diseño yo le pedí el favor que marcara más la G de Gabriela, ya que parecía una C”. Después de que el tatuaje ya había quedado terminado Marcela no verificó sus recomendaciones y cuando intentó buscar al hombre que la había tatuado, no lo encontró. “Perdí todo contacto con el chico que lo hizo, incluso mi prima que me lo presentó también perdió su rastro”.

Según Nicolás Bejarano, tatuador de Enigma Tattoo, para hacer un tatuaje se debe pasar por varios niveles, “primero el cliente tiene una idea clara de lo que quiere hacerse, después se realiza el diseño y por último se hace la plantilla para comenzar a tatuar”, afirmando que por este motivo no deberían existir errores ortográficos en los tatuajes a menos de que sean intencionales. Así mismo, afirma que los tatuajes son personales, por lo que no importa si se está usando correctamente la gramática y ortografía, “es un diseño que solo llevarás tú, y si tú lo quieres así, pues entra es a jugar lo que significa para ti”.

Joximar Jiménez tiene un tatuaje con un significado muy especial. “Hace 2 años sufrí un accidente automovilístico en compañía de 3 amigos, ellos fallecieron y por eso me quise hacer el tatuaje, en memoria a ellos”. El diseño que está en la parte interna del brazo izquierdo, bajo el codo, en escala de grises, está compuesto por una brújula que para este joven de 27 años significa la guía para no perder el norte. Igualmente una rosa, que se asoma por la parte inferior de la brújula que significa la vida, y una frase dentro de una cinta que originalmente era “lo que no te mata te fortalece”.

Según Joximar, debido a un descuido del tatuador, quien era aprendiz, se equivocó, “seguro se distrajo por estar hablando conmigo y cuando me di cuenta la L se había convertido en una T, ya no decía fortalece, ahora mi tatuaje era “lo que no te mata te fortatece”.

Personas como Marcela y Joximar Jiménez lograron corregir sus tatuajes durante la segunda jornada gratuita para modificar tatuajes que tenían errores ortográficos, el cual se realizó el 31 de abril y primero de mayo, durante la feria del libro. Sin embargo, en casos como el de Manuela Loaiza, quien lleva más de una década con una inscripción en su cuerpo, no han podido corregirlo, pues el diseño de su tatuaje no permite una modificación sencilla.

Aunque esta joven afirma que este error no la desvela, espera tener el dinero para arreglar lo más rápido posible su tatuaje, pues afirma que la frase “Kuidate y Kierete” esté marcado en el cuerpo de una profesional con especialización en creación narrativa, no es algo que la haga sentir orgullosa, pues resulta irónico que una persona tan estricta con el uso de la ortografía, como ella se categoriza, tenga esto marcado en su piel. Además, como dice Manuela Loaiza “la ortografía habla de ti”.

El tatuador Carlos Eduardo Herrera, reconocido por su trabajo y con más de 25 años de experiencia, opina que este es un ejemplo a la falta de educación y disminución de las relaciones interpersonales, ya que para él los jóvenes y población en general están constantemente interactuando con tecnología, instrumentos electrónicos que facilitan la escritura, de tal modo que los correctores ortográficos no permiten que las personas aprendan a usar correctamente el idioma.