Con cinco estudios de grabación cuenta Centauro Comunicaciones en sus instalaciones. Cinco diferentes equipos de trabajo se turnan de lunes a viernes, de 9 de la mañana a 5 de la tarde el quehacer diario. Por lo menos 15 películas, 10 documentales, varias series animadas, videojuegos y hasta canciones enteras se pueden trabajar paralelamente en cada cabina. Son largas horas de trabajo que se necesitan para sincronizar las voces, editar el video, mezclar los sonidos, y ambientarlo para volver a editar el producto final. Y sin embargo, según la opinión de muchos que viven del oficio, este resulta ser muy “anónimo”.
Fue idea del director de cine colombiano Gustavo Nieto Rojas, pionero en el oficio del doblaje al español en Colombia, formar su propia empresa de traducción y doblaje. Han pasado 35 años desde que Centauro Comunicaciones fue fundado, y hasta hoy sigue siendo una de las principales cadenas más emblemáticas en la profesión. Con alrededor de 160 actores de doblaje en su gremio, junto con ingenieros y directores de diversas profesiones, la cantidad de productos editados y doblados desde sus primeros alboreos es solo equiparado con la calidad de su trabajo.
Henry Pérez, director y gerente de doblaje, le abrió las puertas a Plaza Capital a las cabinas, estudios y personal de Centauro, compartiéndonos un poco lo que significa este tipo de arte, que según él, es tanto hermoso como subvalorado.
“Nos damos cuenta especialmente de lo complejo que es nuestro idioma; mientras traducimos y doblamos vemos cómo podemos aprender tanto del español, de las diferentes y varias formas en las que puede ser usado”, comenta Pérez al respecto. Sin duda alguna este oficio se vale principalmente del idioma y del lenguaje; no es gratuita la imagen que el equipo Centauro se ha hecho en el exterior con clientes como HBO, Fox, Disney, National Geographic, TNT; una que sobrevive con el emblema de calidad.
“Nuestros clientes entregan sus productos a nuestra sede en Miami, de ahí la exportamos hasta aquí. De ahí en adelante el proceso es dividido en cuatro grandes etapas. El casting: seleccionamos a nuestros actores de doblaje; evaluamos el repertorio de voces y a los personajes y armamos el guion. El equipo de estudio: a cada actor se le asigna un director de cabina y un ingeniero o técnico para el sonido y lo audiovisual. Primer control de calidad: una vez terminado el primer borrador es mandado a editar, una grabación puede durar hasta ocho horas dependiendo del material, luego pasamos a la mezcla o como se dice profesionalmente como follie, que es agregar efectos de sonido, superponer las voces y ambientar toda la grabación. Finalmente llegamos al segundo y último control de calidad, se evalúa el último borrador y de ahí se decide si se aprueba o no el producto antes de volver a mandarlo a Miami a nuestros clientes”, explica Pérez mientras pasea por las cabinas de grabación.
Actualmente Centauro cuenta con tres sedes en el continente: Miami, Florida; Sao Pablo, Brasil; y en Bogotá. Para Pérez y todo el equipo es importante tener una amplia oferta en el mercado del doblaje, pues otras empresas latinoamericanas regionales (México, Venezuela, Argentina) compiten furtivamente por abastecer a sus clientes. “Contamos con buenas tecnologías y excelentes actores, pero siempre es duro competir a nivel continental. Procuramos por nuestra parte siempre mantener la oferta alta”.
¿Cómo se llega a ser actor de doblaje?
Centauro Comunicaciones ofrece talleres especializados en educarse en la profesión. Son tres al año, cada uno de 60 horas extensivas por un valor de 650.000 pesos. “Se pueden presentar entre diez y 20 personas a cada taller; tenemos nuestros criterios de selección, y vemos que hay personas muy interesadas en el oficio. Algunos los terminan y otros no, y otros se quedan con nosotros; buscamos siempre nuevo talento que trabaje con nosotros”.