Este año la convocatoria para realizar la imagen del Festival Eurocine se declaró desierta, por lo cual las directivas del festival decidieron darle a Santiago la responsabilidad de hacerla. “Vieron mi trabajo por internet y les gustó; me pidieron que les pasara una propuesta”. Para elaborar el afiche le exigieron dos cosas: una alusión a los 20 años del festival y el eslogan: ´Europa a la vuelta de la esquina`.
Con los requisitos claros, Santiago se sentó a ilustrar los diferentes elementos que debía agregar al cuadro y escogió la técnica que iba a utilizar. El proceso de creación duró casi un mes y medio. “En la ilustración hay unas bicicletas dibujadas por mi hermano en Europa, y las agregué porque me gustaron mucho”, contó Santiago.
Nacido y criado en Bogotá, Santiago viene de una familia influenciada por el arte. Con su padre, que es arquitecto y un apasionado por la pintura con acuarelas, se sentaban a pintar acuarelas todo el día. Su madre es diseñadora industrial y su hermano estudia arte en la Javeriana. Él también estudió artes en esta universidad, además de publicidad en la Tadeo, y énfasis de cine y televisión en la Universidad de Palermo, en Buenos Aires.
Es muy amiguero, y lo ha demostrado siempre. En el colegio armaba “parches” de compañeros que dibujaban cualquier cosa. Con cinco amigos de la universidad fundaron Yavería, un festival de música y arte donde ayudan a los artistas a encontrar un espacio para presentar su trabajo. “En nuestro primer festival de 2011 fueron seis artistas y seis bandas, que en ese momento estaban surgiendo como La Ramona, Telebit y Monsieur Periné”, dijo mientras buscaba vuelos en la Internet. En la entrada de su apartamento de chapinero, hay unas maletas con rodachinas esperando acompañarlo a su próximo viaje.
¿De dónde surge el término yavería? De un juego de palabras, entre el argot colombiano “llave” (amigo) y la frase ya vería, que significa “lo que hay para ver ahora” en el arte. Sebastián Ritoré, uno de sus “llaves”, cuenta entre risas algunas de las anécdotas que tiene con Santiago. Como cuando una vez los invitaron a una fiesta a la casa que alguna vez fue de un narco donde pudieron “levantar niñas”, y según Sebastián, “Santi siempre corona. Y también realiza trabajo audiovisual, especialmente porno”, bromea Sebastián entre risas.
Pero dibujar no es lo único que hace, también le gusta trabajar la parte audiovisual haciendo animaciones, concentrándose en la parte musical: “es muy importante para mí, tengo que trabajar oyendo música, me ayuda a saber qué es lo que quiero expresar en mi trabajo”.
En el apartamento, donde realiza parte de sus trabajos, se encuentran dibujos por todas partes, colgados en las paredes, recostados en los sofás y uno que otro dispuesto en el caballete. En su habitación tiene dos computadores Apple, desde uno suena música lounge y desde el otro está buscando pasajes de avión por internet. Al frente del escritorio cuelga un retrato, pintado por él mismo, del pintor Fernando Botero con la mirada fija en Santiago.
Prefiere pintar retratos, explorar en los mundos internos que tiene cada persona. “Realmente no sé por qué pinto de la manera en que lo hago, me gusta retratar a la gente por el factor humano y la intimidad que se puede representar”, piensa Santiago sobre el arte.
“Si quieres ser taxista, sé el mejor taxista”, fue otra de las lecciones que recibió en la casa. Su familia aún lo orienta con todo tipo de lecciones, para que al enfrentarse a la vida o a un cuadro, lo haga con todas las ganas y la entrega.