De flores se vive, pero no se come: la transformación de los cultivos agrícolas en Anolaima, Cundinamarca

Domingo, 20 Octubre 2024 21:49
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En la capital frutera de Colombia, algunos campesinos han dejado de cultivar alimentos para sembrar flores y así obtener mejores ingresos y producciones más rentables.

Yeison Villamil regando un cultivo de Eucalipta|Cultivos de follaje||| Yeison Villamil regando un cultivo de Eucalipta|Cultivos de follaje||| Rafael Franco Franco|Rafael Franco|||
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  • Coautor 1: Laura Catalina Franco Vargas

Anolaima es un pueblo ubicado en la provincia de Tequendama, la cual se caracteriza por sus suelos fértiles y variedad de climas. Este municipio, atravesado por los ríos Bahamón y Curí y por más de 30 quebradas, es un territorio natural perfecto para los cultivos de frutas y verduras.

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Este pueblo siempre ha destacado por la producción de alimentos. Sin embargo, factores como los bajos precios a los que los intermediarios compran las cosechas de los campesinos, el fuerte verano causado por el calentamiento global y los altos precios de los insumos y de la mano de obra han llevado a los anolaimunos a dejar de cultivar comida para empezar a producir follaje. Las plantas de follaje son aquellas con las que se adornan los ramos y los arreglos florales. Los campesinos han optado por sembrarlas, pues al ser un producto de alta demanda para exportación, los cultivos son más rentables y los insumos son más económicos respecto a los insumos que necesitan los alimentos. Esta es la historia Yeison Villamil, un campesino de 37 años quien, como muchos otros, ha decidido dejar de cultivar comida. Él nos cuenta, las ventajas y las desventajas de los cultivos de follaje y la importancia de volver a sembrar alimentos en la región y de implementar cultivos mixtos.