Pitos, congestión y trancones, es el panorama que se presenta día a día alrededor de los centros comerciales ubicados en las vías principales de la ciudad. De los 28 centros comerciales que existen actualmente en Bogotá, según la Personería, 14 vulneran la normatividad. Sin embargo, actualmente tanto la Secretaría de Movilidad como las alcaldías locales no hacen el seguimiento debido. A esto, se le suma que los ciudadanos no tienen conocimiento de qué hacer al verse afectados por estas situaciones.
Pese a que estos lugares pueden servir como espacios para recreación, comercio y valorización de los sectores donde son construidos, también hay ciertas repercusiones que pueden traer y que no han sido tenidas en cuenta por el Distrito. Por esta razón, el año pasado, la Personería advirtió que las principales problemáticas que generan los centros son: caos vehicular, inseguridad y riesgo para la ciudadanía que transita por sus zonas aledañas.
Centros comerciales como el Plaza Claro, Parque La Colina, Milenio Plaza, Titán Plaza, Gran Estación, El Retiro, Plaza Imperial, Portal 80, Salitre Plaza, Unicentro y Santa Fe son algunos de los que se encuentran ubicados sobre vías principales, como la avenida Boyacá, la calle 80 o la calle 26, y en las cuales se generan mayor caos y congestión vehicular.
Estudios y medidas de control son insuficientes
Pese a que la gran mayoría de los centros comerciales cuentan con sus respectivos planes de implantación, emitidos por la Secretaría de Planeación y con el aval en los estudios de la Secretaría de Movilidad, las problemáticas se siguen presentando. Esto, porque, al parecer, los estudios al igual que las medidas de control son insuficientes y porque, según la Personería, existe una posible omisión por parte de Movilidad frente al seguimiento en la operación de los centros comerciales, así como incumplimientos de los planes de desarrollo y movilidad.
Frente a estas faltas de cumplimiento, los bogotanos no tienen mucho conocimiento de qué hacer para evitarlas, a pesar de que la mayoría se sienten afectados por la construcción de centros comerciales cerca a los sectores en los que viven, según lo evidenció una encuesta realizada por Plaza Capital a habitantes de algunos de estos sectores.
De las 45 personas encuestadas, 45 % afirmaron creer que su sector se ve afectado por la construcción de los centros comerciales en los sectores aledaños a los que viven y más de la mitad de los encuestados afirmaron no saber qué requisitos se debían cumplir por parte de estos centros.
Los resultados a estas preguntas llaman la atención sobre el poco conocimiento que se tiene sobre los requisitos para los centros comerciales.
Al respecto, Julián Aguiar, quien reside en la localidad de Suba, cerca al centro comercial Parque la Colina, explica que además de no tener mucha claridad sobre los requisitos que se deben cumplir por parte de estos establecimientos, “no sabe cuáles son las entidades que deben regularlo”.
Sin embargo, señala que desde la construcción del centro comercial su sector se ha visto afectado de muchas formas: “A través de la contaminación con basuras en zonas aledañas al centro comercial, el aumento de gente que transita la zona y el aumento en gran medida de la congestión vehicular”, expresa.
Por otra parte, Valeria García, residente de la localidad de Engativá, en la cual se encuentra ubicado el centro comercial Titán Plaza, señala que, al momento de la apertura de este, la problemática era mucho mayor: “Cuando se inauguró hubo mucho trancón y era difícil conducir por la zona, pero con el tiempo el centro comercial dejó de tener tantos visitantes y el tráfico disminuyó”. Valeria agrega que en esos momentos le hubiera gustado poner una queja, pero no tenía claro cómo.
Se debe ejercer mayor control a la normativa
Frente a esta situación de desconocimiento Arturo Salinas, abogado de la Universidad Libre y especialista en estudios, trámites y expedición de licencias de construcción explica que: “Al hablar de una construcción cerca de una avenida se deben considerar los diferentes elementos que se pondrán en marcha, no desde la parte de la construcción, sino también en el marco legal de las mismas, al ser grandes construcciones y de uso general”.
Según Salinas “el Decreto 079 del 2015, fijó que, en adelante, cualquier superficie comercial que se construya en Bogotá y que tenga más de 2.000 metros cuadrados o sus ampliaciones sumen esa área, algo más de media manzana, deberán contar no solo con la aprobación del plan de regularización y manejo (para el tráfico y los espacios públicos), sino también con el plan de implantación”.
En ese sentido, “las grandes superficies comerciales con alta afluencia de público deben analizar si requieren obras como, por ejemplo, carriles de desaceleración del tránsito, puentes peatonales para conducir el alto flujo de peatones e incluso, de ser necesario, si deben construir vías para el acceso o que lleven a la gente a la avenida cercana”, puntualiza Salinas.
El arquitecto y presidente de la Fundación Bazar Urbano, Jaime Rodríguez Azuero, explica que lo relacionado con los estudios de tránsito está reglamentado por el Decreto Distrital 596 de 2007: “Por el cual se señalan las reglas para la exigencia, realización y presentación de estudios de movilidad de desarrollos urbanísticos y arquitectónicos en el Distrito Capital”.
De tal manera, Rodríguez añade que las acciones por parte del Estado hacia estos establecimientos se deben concentrar en el control antes y después de la construcción del centro comercial. “Las alcaldías locales deben controlar el cumplimiento de la licencia en el momento de la construcción; el control de la Secretaría de Movilidad, posterior a la construcción, vigilancia de la movilidad en el entorno y el control de las secretarías de Gobierno, Salud y bomberos, entre otros”.
Con respecto a la intervención de la policía, Aguiar explica que por parte de esta entidad no ha visto controles en su sector. “Lo único que hace la policía es llevarse los carros de las bahías y poner multas donde, en efecto, no se encuentra el problema”. De otro lado, la residente del sector Valeria García agrega que, por su parte, tampoco ha visto presencia de la policía de tránsito cerca a Titán Plaza.
A esta queja, el Subintendente David Alonso Moyano Caro, experto en tránsito, responde que la empresa o constructora debe acatar lo contemplado en el Código nacional de policía y convivencia. Moyano resalta que en caso de que las construcciones no cumplan con lo requerido, “la policía y el Distrito deben aplicar la sanción estipulada en el Código, la cual consiste en la elaboración de una orden de comparendo al representante legal de la constructora, un informe dirigido al alcalde local informando la novedad encontrada y la suspensión inmediata de la actividad que se desarrolla”. Además, la policía debe hacer presencia siempre que la comunidad lo solicite.
Las secuelas de la problemática
Uno de los casos recientes fue la construcción del Centro Comercial y Empresarial Plaza Claro, ubicado en la Carrera 68. Este, generó una gran congestion vehicular desde sus inicios. Asosalitre, una organización sin ánimo de lucro creada por la comunidad de Ciudad Salitre Occidental hace 26 años, se puso en la tarea de exigir soluciones.
El vicepresidente de la asociación, David Cajicá, comenta que desde que se conoció la planeación del proyecto, hasta la actualidad “la comunidad mostró preocupación por la planeación del proyecto”. Especialmente por “los impactos en movilidad, espacio público, seguridad y posibles efectos que podría generar”. Por tal motivo, desde hace más o menos tres años se estableció contacto con Claro para conocer el proyecto y poder identificar situaciones presentadas y posibles impactos.
A partir de este contacto con el centro comercial, se conoció una omisión de información por su parte. Sin embargo, cuenta Cajicá, el plan de Movilidad fue aprobado por el Distrito sin tener en cuenta observaciones presentadas. “La asociación inició gestión ante la Secretaría de Movilidad sobre el tema de estudio de tránsito, también gestión en el Concejo de Bogotá y plantones realizados en la Avenida la Esperanza para rechazar la semaforización como medida de mitigación en movilidad”, afirmó Cajicá.
Sobre estas acciones, asevera Cajicá, el Secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, requirió al Proyecto Claro modificar y presentar una nueva propuesta de solución. Después de la apertura de la primera fase del centro comercial, en 2018, Asosalitre inició una mesa de trabajo con la gerente de esta línea, con el fin de “trabajar el seguimiento a acciones de solución y desarrollo en el plan de implantación, espacio público y movilidad como elementos prioritarios”, expresó el vicepresidente.
En la actualidad, Plaza Claro sigue terminando algunas partes de la construcción y trabajando en la planeación en movilidad. Foto: Isabella Amador.
En cuanto al centro comercial Parque La Colina, que se inauguró en diciembre de 2016, este tuvo ciertos problemas para su apertura debido a que no contaba con los planes de emergencia, contingencia y mitigación del impacto frente a la movilidad.
Sin embargo, durante los tres años que lleva en funcionamiento, este lugar ha tomado ciertas medidas para controlar dichos impactos. Según Julián Aguiar “algunas de estas medidas son los paleteros que actúan como semáforos. Pero, a veces no es muy efectivo y, de la misma forma, su trabajo es desgastante y estresante”.
Juan Pablo Acosta, subgerente de mercadeo y vocero del centro comercial, explica que, para los días con mayor congestión, como: los fines de semana, fechas especiales, vacaciones y temporadas de descuentos; se toman acciones específicas.
“Con el fin de facilitar la llegada de nuestros visitantes en esos días y garantizar la calma a nuestros vecinos contamos con un equipo de 15 personas que ayudan a guiar los vehículos. Asimismo, durante los fines de semana habilitan una mayor cantidad de salidas del centro comercial, y a su vez, un equipo de personas que ayude dando agilidad a la salida de vehículos del centro comercial”, afirmó.
¿Qué hacer si se presenta una situación similar en su barrio?
Frente a estas situaciones y la información presentada se debe tener en cuenta, por parte de los ciudadanos que, en caso de no cumplimiento de requerimientos, lo primero que se debe tener en cuenta es que la ley depende de la localidad donde se ubica y la construcción detrás del centro.
Según Salinas “no se aplica la ley para todos de la misma forma, es algo que necesita un estudio previo, considerando ciertos elementos del lugar donde se quiere investigar el cumplimiento o no cumplimientos de los requerimientos pedidos a la hora de ejecutar el contrato vial sobre el centro comercial”.
Así, el primer paso es quejarse ante la alcaldía local, como lo expresa Jaime Rodríguez Azuera. Luego, “instaurar una querella y, dependiendo de la situación, iniciar una acción popular o una acción de grupo y denunciar ante los medios de comunicación o ante la Defensoría del Espacio Público”.
Desde la policía se recomienda que se remitan a sus cuadrantes y Centros de Atención Inmediata (CAI) para que se aplique la sanción estipulada en el Código de Policía y Convivencia.
Es importante que para esta clase de procesos se conozcan las normas y los procesos de control institucional. Pues así, se evitan inconvenientes que posteriormente puedan requerir acciones y medidas más complejas. Por eso, es clave que se mantenga informado al respecto y sepa que hay entes de control que le pueden ayudar en su lugar de residencia.
*A pesar de que el medio intentó comunicarse con la Secretaría de Movilidad y el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, hasta el día de la publicación no se obtuvo respuesta.