Los humedales de Bogotá, considerados pulmones verdes y refugios de biodiversidad en medio de la creciente urbanización, están bajo amenaza por proyectos de desarrollo que comprometen su integridad ecológica. Un caso es el humedal Salitre, donde la empresa Ocesa planea construir un centro de eventos.
Activistas y líderes ambientales, como Cristina Mora y Lorena Tovar, han denunciado el impacto negativo que este proyecto tendrá sobre el ecosistema, subrayando que la compactación del suelo y la contaminación acústica y lumínica pondrán en peligro a las especies que habitan allí. A pesar de las promesas de compensaciones por parte de Ocesa, los defensores del medio ambiente sostienen que ninguna medida compensatoria puede revertir el daño causado a este frágil ecosistema.
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Otro humedal en riesgo es Tibabuyes, afectado por las obras del Consorcio Obras Juan Amarillo y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. A pesar de los compromisos de protección ambiental asumidos por la administración de Claudia López, la comunidad denuncia el incumplimiento de estos acuerdos y la continua degradación del humedal.
Líderes como Sofía Castillo y Jorge Beltrán están luchando legalmente para asegurar la protección de estos espacios. La situación de los humedales de Bogotá requiere una respuesta urgente y coordinada de la ciudadanía y las autoridades para detener el deterioro y asegurar su conservación a largo plazo.