Debido a la labor de la Alcaldía Local de Engativá, la Junta Administradora Local (JAL), el Instituto de Recreación y Deporte (IDRD), el Consejo de Jóvenes y la Mesa de Deportes Extremos, la capital cuenta ahora con una estructura segura y construida en su totalidad en cemento para la práctica de deportes extremos.
La iniciativa consta de dos etapas: la primera correspondiente a la estructura ya entregada a la comunidad, y la segunda que contempla la construcción de un impulsor (rampa en forma de J) y de una rampa pequeña para principiantes, que ya supera la inversión de 213 millones de pesos.
“Las obras se iniciaron a mediados de diciembre de 2011 y culminaron este mes de febrero, pero parece que van a cerrar en un mes porque iniciarán la construcción de la segunda fase”, asegura Daniel Hernández, residente y comerciante del barrio.
El proyecto ha tenido acogida entre deportistas no solamente del vecindario sino de la ciudad, pues jóvenes de diferentes zonas de Bogotá llegan a diario para montar tabla (skateboarding) o hacer acrobacias en bicicleta (BMX) y patines (roller).
“Me parece muy bien que el Distrito y la comunidad se interesen por nosotros, por los deportistas extremos”, dice Andrés Gómez practicante de BMX desde hace más de un año. Gómez también señala que antes de su existencia, los deportistas tenían que relegarse a una pequeña rampa ubicada en la Ciudadela Colsubsidio, pero que ahora cada deporte tiene su propio espacio y sus días de práctica.
El parque está abierto al público de domingo a domingo y cuenta con vigilancia privada de 6 am a 6 pm. Quienes quieran practicar deben traer casco y el carné de la EPS, pero además “deben saber que cada deporte tiene su día, cada día de por medio se rotan skate y BMX, en cambio los de roller como son minoría sí pueden practicar todos los días”, afirma Flor García, vigilante del área recreativa.
La afluencia de practicantes es alta tanto los días hábiles como los sábados y domingos. Según García, “el Skatepark recibe entre semana diariamente entre 80 y 100 deportistas y los fines de semana esa cantidad se duplica. Incluso, los muchachos deben hacer fila para poder impulsarse en las rampas”.
A pesar de tener un horario establecido de funcionamiento, los jóvenes no respetan la norma y después de las 6 de la tarde se trepan las rejas que protegen el parque. Los aficionados deportistas amanecen realizando acrobacias y algunos acompañan su práctica con drogas y alcohol.
Pero “aunque se meten subiendo por las rejas y de que algunos toman y meten marihuana, no se han presentado enfrentamientos ni accidentes”, declara Javier Hernández, compañero de turno de Flor.