Ecoeficiencia improductiva

Lunes, 04 Junio 2012 04:57
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El Parque Industrial Ecoeficiente de Artes Gráficas se planteó como una solución al bajo desempeño ambiental y a la maximización económica de la producción de los empresarios del sector de Santa Inés de Bogotá. Sin embargo, el proyecto sufrió las consecuencias del abandono de  la Administración Distrital, del anonimato y de la baja competitividad de los costos, razones por las que los empresarios vienen enfrentando una crisis que ha modificado la idea de ecoeficiencia original.

Parque Industrial Ecoeficiente de Artes Gráficas||| Parque Industrial Ecoeficiente de Artes Gráficas||| Cortesía: bogota.gov.co|||
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Los Parques Industriales Ecoeficientes (PIE’s) surgieron en Colombia en 1997 como una alternativa de agremiación de sectores productivos, que buscan la potencialización de su desempeño económico y ambiental y que por condiciones puntuales deben reubicarse. Tras la implementación del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (POT), a través del Decreto 619 del 2000, se dio paso a la reubicación de los empresarios de artes gráficas del sector de Santa Inés y se inició el proceso de conformación del Parque Industrial Ecoeficiente de Ascopro.

Debido a la construcción del parque metropolitano Tercer Milenio y a la búsqueda de una iniciativa para la reubicación, estos empresarios se agremiaron, y el 19 de septiembre de 1998 firmaron el documento en el que 350 comerciantes se unificaron en la Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes Papeleros y de Artes Gráficas (Ascopro).

El Parque Industrial Ecoeficiente de Artes Gráficas de Ascopro (Pieag), se inauguró el 29 de octubre de 2003 como el primer Parque Industrial Ecoeficiente de Latinoamérica. El Pieag ubicado en el sector de Paloquemao en Bogotá, en la carrera 22 No. 17-60, consta de 84 locales en la primera planta y de 12 en la segunda.

Su dinámica de funcionamiento interno se rige por mecánicas de producción limpia. “Aquí utilizamos solventes ecológicos a base de agua que sustituyen la gasolina en la producción gráfica, también manejamos tintas amigables con el medio ambiente con componentes ecológicos que eliminan el plomo en los pigmentos”, manifiesta Jenny Díaz empresaria del parque. Su infraestructura responde a un diseño de arquitectura verde, que permite la disminución del consumo de energía en un 20%, gracias al aprovechamiento de la luz solar.

En el primer piso es posible encontrar litografías, diseñadores gráficos, tipografías, flexografías, impresiones digitales y, en general, toda clase de servicios gráficos y publicitarios. En el segundo piso, hay una zona de comidas, el centro de desarrollo tecnológico y la administración del parque.

En el centro de desarrollo tecnológico, los empresarios disponen de un pulpo mecánico de 6 colores y 4 mesas, diferentes marcos de 50x60 cm para serigrafías e impresiones digitales, una impresora de inyección para la elaboración de formatos publicitarios conocidos como ‘Plotters’ y un software especializado para impresión digital, entre otras herramientas industriales. La estructura consta de un centro de reciclaje, una planta de tratamiento de aguas residuales conectada a la red hidráulica industrial, el centro tecnológico, una zona de descargue y parqueaderos privados.

El Pieag se construyó bajo la administración del entonces alcalde Antanas Mockus y tras el cambio de alcaldía, en la administración de Luis Eduardo Garzón, la Secretaría Distrital de Ambiente abandonó el proyecto, dejando la consolidación del Parque Industrial de Artes Gráficas a mitad de camino. “En la administración del doctor Mockus la Secretaría de Ambiente estuvo siempre al tanto de nuestro proyecto. Nos dieron cursos de agremiación, de producción y de gerencia. Tuvimos en la construcción todo el acompañamiento del caso, pero desgraciadamente con el cambio de alcalde quedamos en el olvido”, comenta María Teresa Rodríguez, empresaria del Pieag.

El abandono del proyecto, sumado al anonimato en el que permanece y los altos costos de los productos publicitarios comparados con los precios de las demás empresas de artes gráficas de la Zona Franca y de otros puntos de la capital, hacen del Pieag un proyecto improductivo. “Cuando llegamos teníamos todas las esperanzas puestas en una mejora en la producción gráfica y en las entradas económicas. Cada uno estaba feliz porque aquí se tiene todo para desarrollar un buen trabajo, ni siquiera se concentran olores ni residuos, pero no es muy visitado y la productividad es muy baja”, dice Rodríguez.

El desconocimiento existente por parte de la ciudadanía de la iniciativa ecoeficiente y los altos precios no permiten que el Pieag produzca a los niveles estimados: “Sí manejamos costos más altos que las demás empresas, pero es por el proceso ecológico, pero la gente debería pensar en la magnitud de este parque. Además la falta de asesoría que sufrimos con la administración de Garzón nos afectó”, explica Díaz. Con la alcaldía de Samuel Moreno, en 2007 se inició un proceso de recuperación y transformación del Parque, y la Secretaría Distrital de Ambiente hizo presencia en el lugar y empezó una investigación sobre las condiciones del proyecto para su renovación.

Sin embargo, la crisis enfrentada por los empresarios dio lugar a un cambio de mentalidad. Los comerciantes retomaron varias de las técnicas de producción anteriores, lo cual afectó la idea de ecoeficiencia con la que se fundó: “Nosotros no podíamos dejar esto así, no sólo se afectó la producción, se afectó también nuestra vida. La idea que se tiene ahora con la administración de Petro es iniciar un proceso en el que podamos reactivar la ecoeficiencia del parque pero en el que podamos competir en el sector empresarial”, manifiesta Oscar Vargas, empresario del lugar.

Ahora, los comerciantes y empresarios agremiados de Ascopro, propietarios del Parque Industrial Ecoeficiente de Artes Gráficas de Bogotá esperan que la nueva administración local les proporcione acompañamiento y les provea de todas las herramientas necesarias para garantizar el nivel de productividad y competitividad que tenían en Santa Inés pero manteniendo la premisa de un trabajo eficaz que reduzca el impacto ambiental que implica la producción del sector empresarial publicitario.