Panorama de la inequidad en el fútbol femenino en Colombia

Lunes, 02 Marzo 2020 08:50
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Jugadoras de distintos clubes en Bogotá presentan un balance ante las condiciones laborales y del trato que reciben. 

 

La Selección Colombiana de fútbol femenino.||| La Selección Colombiana de fútbol femenino.||| Daniela Montoya @danielamontoya06|||
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El fútbol femenino en Colombia no ha sido ajeno a la gran brecha que existe entre hombres y mujeres en materia laboral. Ya que, las jugadoras han tenido que luchar para que las diferentes  ligas sigan funcionando y se les reconozcan sus derechos fundamentales.

Sara Pulecio, jugadora de independiente Santa Fe, aseguró que existe una “falta de patrocinio” para la liga femenina. Además, “la sociedad patriarcal y los estereotipos alimentan la falta de difusión dentro del mismo gremio”.

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El 13 de febrero se llevó a cabo la primera asamblea de futbolistas profesionales colombianas con la Dimayor, en la cual las jugadoras resaltaron la importancia de seguir hablando de la equidad e igualdad de género dentro de las diferentes ligas. 

Con lo anterior Xiomara Hernández ex jugadora del deportivo Gol Star resalta que ellas están pidiendo un protocolo contra el acoso, la regulación del derecho a la negociación colectiva, la jornada laboral, horarios,  vacaciones, incapacidades y licencias de maternidad. 

"Pedir equidad e igualdad de trato en un gremio totalmente masculino es muy difícil", afirma Tatiana*, quien juega en un club deportivo de Bogotá. En este caso las jugadoras abordan el tema de las condiciones y la estabilidad laboral, llegando a la conclusión que “lo que se quiere es que exista una liga digna donde se nos  muestre un verdadero apoyo".

Existen grandes diferencias en el ámbito deportivo entre las mujeres y los hombres, pero aquí se está vulnerando uno de los derechos básicos y es la igualdad salarial, como lo menciona Xiomara Hernández. 

A pesar de que "existe la ley 1496 de 201 que garantiza la igualdad salarial y la retribución laboral entre mujeres y hombres y que en el artículo primero se habla sobre los mecanismos que se fijarán para ratificar dicha igualdad, se sigue evidenciando su efectividad dentro del sector público y privado", revela Tatiana*.

“En muchos clubes no nos realizan contrato, lo cual conlleva a que muchas veces nos ofrezcan hasta menos del mínimo y en muchas oportunidades solo nos dan el subsidio de transporte, no pedimos lo mismo, pero sí un trato digno donde nos reconozcan lo que hacemos”, explica la jugadora.

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Las jugadoras expresaron su inconformismo en cuanto a la duración de los contratos y del poco profesionalismo que se  le da al fútbol femenino. En este caso hacen una comparación con el tiempo de entrenamiento antes de una Liga. 

Juan Rocha, fisiólogo del ejercicio afirmó que la pretemporada de los hombres es de seis meses, los cuales son  pagos bajo términos de contratación de servicios. Pero, sin embargo en el caso de las mujeres los equipos no reciben un preparamiento previo antes de comenzar la Liga, como lo expresa Xiomara Hernández: “Las diferentes ligas asumen que nosotras hacemos un entrenamiento individual antes de un torneo, el cual no entra en  nuestros contratos, pero si nos toca aplazar los estudios y cancelar otros trabajos para dedicarle tiempo al torneo que se aproxime”. 

Sara Pulecio resume el mensaje de todas las futbolistas: “Queremos contar una nueva historia del fútbol femenino, no queremos luchar contra los hombres y que se convierta en  una pelea continua. Queremos construir una liga sostenible de la mano de ellos”. 

Las exigencias de las jugadoras son muy claras: frente a los términos de contratación quieren que sea rentable. “Que se pueda aspirar a un futuro viviendo del fútbol, que pague mi casa, mi carrera, todo lo pueda pagar con el salario de el fútbol”. Que a las niñas no “les toque lo que me tocó a mí, entrenar únicamente con hombres cuando estaba empezando”. Igualmente, buscan erradicar de una vez por todas las etiquetas que se les han impuesto a las jugadoras: “no porque juguemos fútbol significa que seamos machorras o lesbianas”. 

*Nombre cambiado por solicitud de la fuente.