Llego al último nivel del edificio y automáticamente se abre la puerta del único apartamento que se encuentra en ese piso. En ese momento, me recibe con una sonrisa y un cálido abrazo, la directora de cine y televisión, Olga Lucía Rodríguez.

- Acabo de llegar de un viaje a Ibagué-, me expresa con cansancio- Estaba visitando a mi mamá por el Día de la Madre.

Rodríguez ama los viajes, y hace poco decidió aprovechar sus vacaciones del fin de rodaje de la novela Ana de Nadie para visitar a su familia.

- ¿Cuáles han sido tus destinos favoritos?, le pregunto mientras observo con curiosidad todos los objetos de su apartamento.

- Londres y París, definitivamente.

En ese momento, pausa la serie que estaba viendo en Netflix: Emily en París. – Me encanta la moda y los outfits que se ven en esta novela.

Sus dos armarios están llenos de ropa, ama la moda y todo lo que tenga que ver con ella.

- Amo las faldas, los zapatos y las gafas, me expresa mientras me muestra todas las gafas que hay en su escritorio- Tengo gafas redondas, cuadradas, azules, moradas, de todo los colores y estilos. Son mi colección favorita.

Tiene todo tipo de zapatos, desde tenis hasta tacones de Chanel. - Muchos de estos los he comprado en viajes o me los han regalado. – Me lo dice con una sonrisa en su rostro.

También tiene una gran colección de sombreros y gorras, además un cajón lleno de pañoletas.

- Mi madre influyó mucho en mi gusto por el arte y la moda - expresa Olga Lucía acerca de sus inicios en el mundo artístico.

Sus expresiones se veían cansadas, pero se encontraba feliz y tranquila después de su viaje al Tolima. Además, se encontraba con un pijama de tonos grises, unas pantuflas hogareñas y su cabello ondulado estaba recogido.

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Estamos en su habitación, que tiene un característico olor a vainilla, pues desde que llegué tenía tres velas aromáticas encendidas. Es bastante acogedor, pues a pesar de la fuerte lluvia del exterior, el calor se sigue conservando en su hogar.

Vive en un pent-house en el norte de Bogotá y su apartamento está totalmente decorado por ella.

- Todo lo que ves lo he hecho yo- me comenta mientras me muestras las fotografías y cuadros de su habitación- yo no contrato a nadie, yo soy la que arregla mis muebles y las goteras de mi casa, yo soy la que pinto mi hogar. Yo hago todo lo del apartamento.

Le encanta comprar cosas antiguas para su casa, en especial en almacenes para el hogar como Homecenter o en mercados de pulgas los fines de semana.

Adora decorar, siempre está pensando en posibles cambios para su hogar y en nuevos diseños para este.

- Mi casa es como un museo porque cada cosa y cada pieza, yo la escojo y la combino.

Vive totalmente sola, pero su apartamento está lleno de fotos de sus hijas y su familia. Incluso, tiene habitaciones para ellas en caso de que la visiten.

Su hija mayor, Valeria, es restauradora de arte y vive actualmente en la ciudad de Oporto, Portugal. Ha trabajado en distintos museos alrededor del mundo, desde París hasta Londres, y actualmente se encuentra trabajando en la casa de modas Chanel.

Isabella, su hija menor, se radica en Nueva York y realizó sus estudios profesionales como chef en el instituto de ciencias gastronómicas Gato Dumas.

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 Olga Lucía Rodríguez nació en Bogotá, pero en su infancia, sus padres decidieron enviarla a vivir con sus abuelos en Ibagué durante dos años, lo que marcó un antes y un después en su vida.

Allí estudió en el Conservatorio del Tolima, una escuela e institución universitaria de música donde tomó clases de piano.

Al regresar a Bogotá, su gusto por lo artístico continuó, y durante sus años escolares siempre estuvo inclinada por el diseño y la pintura. Al finalizar su bachillerato, ganó una beca para estudiar restauración de arte en Italia.

- No la tomé porque justo en ese momento de mi vida me enamoré de una persona y eso hizo que me quedara- me comenta con un tono frustrado. - Entonces ingresé a la Universidad Nacional.

Ahí estudió arquitectura y después estuvo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano para realizar la carrera de diseño de interiores, donde se desarrolló y creció su amor por la decoración de su hogar.

En su segunda carrera se enfocó en el diseño de escenografía del teatro, lo que hizo que su amor por el cine y la televisión empezara a surgir. Al diseñar diferentes escenarios, ganó el segundo premio nacional de escenografía de teatro.

Su carrera como tal empezó cuando un amigo la invitó a dirigir un comercial de televisión. Este sería el reconocido director, productor, guionista, fotógrafo y cineasta Julio Luzardo.

-Ahí mi vida cambió totalmente porque me empecé a inclinar hacia la dirección de cine y televisión. – Comenta Rodríguez con orgullo- pero los conocimientos que tuve gracias a la arquitectura y el diseño me han ayudado mucho en los rodajes.

Olga Lucía sabe leer de una forma adecuada los planos presentados para las novelas, esto gracias a lo aprendido en sus carreras universitarias. - Tengo una visión muy amplia de los espacios y para mí es muy fácil moverme dentro de un set gracias a la arquitectura. Sé ubicarme perfectamente en un plano, sé exactamente dónde estoy, para dónde voy, cómo funciona todo, lo sé leer perfecto.

Empezó en el mundo argumental del cine cuando estuvo de becaria en algunas producciones internacionales, como La Misión, una súper producción inglesa ambientada en el año de 1776.

- Ahí aprendí cómo se plasma realmente la época en las novelas- recuerda con una evidente felicidad en su rostro.

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Rodríguez vivió la transición de la televisión de blanco y negro a color, ya que, en 1980 trabajó en Producciones Eduardo Lemaitre, donde hizo programas históricos de personajes importantes de Colombia, como Bolívar o Nariño.

Después siguió con producciones juveniles y con un enfoque más familiar. Ella ha atravesado una gran parte de géneros de cine y televisión.

- He pasado por todo tipo de géneros juveniles, de época, de todo tipo. Todos los proyectos que me han dado, yo los exploro y siempre me sumerjo en ellos. Navego en aguas que no conozco donde debo descubrir muchas cosas. Me gusta porque todo es nuevo para mí.

Olga Lucía es una persona bastante decidida y no se rinde con facilidad, pues le gusta asumir el reto de dirigir cada proyecto que le ponen, pero sin duda alguna su género favorito es el de época- Yo hice La Pola y me encantó realizarla.

También ama las historias intimistas donde se toquen temas personales y de la cotidianidad, en especial de familia. - Así como la novela que acabamos de terminar. - Expresa refiriéndose a la novela Ana de Nadie.

En ese momento, ella se levanta de su asiento para ir a buscar un pañuelo que estaba encima de su cama. Ella me lo entrega con delicadeza. – Esto me lo regalaron las actrices de la novela.

La tela era bastante suave y delgada y tenía escrita la frase “No se te olvide nunca: el corazón nunca miente” - Ana de Nadie.

Le encantan las historias de mujeres, pues siempre ha tenido un contacto cercano con ellas, e incluso ha trabajado con grupos feministas. Realizó un documental para el Ministerio de Salud y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre la violencia hacia la mujer.

- Hicimos una reunión de mujeres de todos los sectores del país. Vinieron mujeres desde el Amazonas hasta La Guajira, desde Arauca hasta Chocó. Vinieron mujeres lideresas que han sufrido la violencia en primera persona.

Gracias a este tipo de producciones, ella ha podido tomar conciencia de la violencia que hay en el país, en especial para las mujeres.

Me hizo entender la violencia de este país, que no solamente es la violencia física, sino también la violencia psicológica, esa violencia que ni se nota que existe.

Al tener una gran afinidad frente a estos temas, le suelen asignar producciones con enfoque de género que hablen de historias de mujeres, donde haya una buena representación de ellas.

- ¿Te consideras feminista? - le pregunto con curiosidad.

- Sí. Pienso que hay hombres maravillosos, pero aún hay machismo en nuestro país.

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Durante toda la charla Olga Lucía estuvo bastante tranquila y con un tono de evidente felicidad. Se encontraba en un asiento frente a mí, tenía las piernas cruzadas y sus manos se movían expresivamente cada vez que hablaba.

- ¿Qué tiene pensado para el futuro ahora que acaba de terminar el rodaje de Ana de Nadie?

- Quiero dedicarme a mí misma y a mi familia.

Ella siente que no ha tenido el tiempo suficiente para vivir algunas experiencias de su cotidianidad, puesto que suele estar muy sumergida en su trabajo.

Hace poco le propusieron otro proyecto en RCN para que sea dirigido por ella, pero es muy posible que esta oportunidad sea rechazada.

Olga Lucía Rodríguez piensa que toda su vida se ha basado en el mundo del cine y la televisión, pues su tiempo consigo misma lo ha dejado de lado.

- Si sigo en la televisión, me gustaría ser productora o seguir en la dirección desde otros ámbitos. Pero primero necesito dedicarme a mí misma. – Me expresó con confianza y orgullo, mientras que la fuerte lluvia del exterior se calmaba por completo.