Cabezas rapadas, tatuadas o pintadas de colores extravagantes inundaron la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, en la tradicional marcha del 1 de Mayo. Líderes de localidades de Usme y Suba se tomaron la palabra para expresar las razones de su movimiento urbano: la pobreza marcada en algunos sectores de la capital de la República, las extensas horas laborales retribuidas con un salario mínimo o las "descaradas" propuestas políticas de los candidatos presidenciales de derecha.
Los 'calvos', como son conocidos, también aprovecharon para hacer un llamado a la paz, pues este grupo se ha caracterizado por sus manifestaciones violentas. Esta vez la consigna era la serenidad y el diálogo. Los 'skinheads' de Bogotá a votar por el candidato Gustavo Petro, argumentando que debían hacerlo "no por quién es Gustavo Petro, sino para ver temblar a la oligarquía".
Entre gritos de euforia por los discursos pronunciados, la multitud se disolvió y la participación de los cabezas rapada de extrema izquierda finalizó en calma en la marcha del Día del Trabajo en este 2018.
¿Qué son los skinheads?
El movimiento 'skinhead' en Colombia data de la década de 1980. Bogotá y Medellín fueron las principales ciudades en las que se fueron expandiendo. Las cabezas rapadas, los tatuajes, la estética del punk y del ska son características que estos jóvenes adoptaron replicando tendencias similares de Londres y Nueva York.
En Colombia se les atribuye diversos incidentes violentos, no en vano la Revisa Semana en el año 1993 se preguntó “¿Quiénes son estos calvos? Nacionalistas y dispuestos a imponer el orden con violencia, los cabeza-rapadas colombianos cada día reclutan más adeptos”.
No obstante, la consigna, esta vez, fue el discurso y la protesta pacífica. Así lo establecieron los líderes del evento en la Plaza de Bolívar el 1 de Mayo, invitando a sus miembros a votar, a la revolución por medio las ideas y a evitar los incidentes violentos de los que fueron protagonistas en el pasado.