El sábado 25 de agosto será la segunda etapa de este proyecto, en el que se espera que la gente quede satisfecha con la información que se le brinda, fortalezca sus conocimientos sobre el hecho de que el VIH es una realidad a la cual hay que darle una respuesta de prevención y de cuidado.
La Alianza VIH Bogotá es la entidad que se encarga junto con la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida, la Fundación Procrear, la Corporación Red Somos, la Fundación Huellas de Arte y la Fundación Radio Diversia de reducir la mortalidad, la proporción de personas infectadas y la vulnerabilidad asociadas con la infección del VIH/Sida en Colombia y Bogotá, mediante la ejecución del proyecto del Fondo Mundial de Lucha Contra el SIDA. El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA realiza una serie de estudios en los países en vía de desarrollo para determinar donde hay mayor prioridad y prevalencia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Este año, Colombia fue escogida para ejecutar proyectos de prevención y atención a la problemática del VIH y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) por medio de recursos económicos y humanos del fondo y de la Alianza VIH Bogotá.
De acuerdo a Andrés Useche, representante legal de la Fundación Colectivo Hombres Gay, y coordinador de esta campaña: “La falta de responsabilidad de las personas de estos sectores frente a su sexualidad, los hace más propensos a la infección, además del prejuicio que tienen acerca del preservativo”. Las estadísticas presentadas a finales del año 2011 por Alianza VIH Bogotá y Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA establecen que de cada 10 hombres que tienen sexo con hombres, seis están conviviendo con VIH, los cuales son la población más representativa dentro de la comunidad LGBT. Debido a esta situación, la alianza, en colaboración con el Centro Comunitario y con los líderes pares (personas que se identifican con determinada población y deciden prestar un servicio con la entidad) espera disminuir la morbilidad (proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado) y mortalidad en personas que padecen este virus al igual que reducir las barreras de acceso en los servicios de salud de aquellos que necesitan tratamiento y orientación en este tema.
Con el fin de responder de manera integral a esta realidad, el proyecto dividió a la capital en siete poblaciones: mujeres trabajadoras sexuales, mujeres transgeneristas, juventud en contexto de desplazamiento, hombres que tienen sexo con hombres (HSH- pero no necesariamente gay), habitantes de la calle y población carcelaria. Además, se detectaron cinco localidades como las más vulnerables y con poca atención medica: Suba, Fontibón, Kennedy, Tunjuelito, y Bosa. Según Roosevelt Díaz, enfermero y técnico en salud y sexualidad reproductiva de la Alianza VIH Bogotá, el trabajo que se realiza tiene como actividades: “dar información puntual sobre el uso del condón, la buena postura de este, el manejo de un lubricante, entregar piezas comunicativas donde aparezca que es una infección de transmisión sexual (ITS), que es el VIH, porque se debe diferenciar VIH del SIDA, y como nos podemos infectar”. Inicialmente, este programa tiene un tiempo establecido de un año, aunque a corto plazo se estima que sea de tres años.
En cuanto a la prueba para determinar si una persona es o no reactiva al VIH, Díaz explica el procedimiento que se lleva a cabo en estas jornadas. En la primera etapa, los técnicos de la alianza dictan unos talleres sobre preservativos; después, al usuario se le entrega un documento que se llama Consentimiento Informado, en el que se le pide la autorización para hacerle la prueba. Luego, de manera confidencial se le toma una muestra de sangre, y la persona debe esperar entre 20 y 30 minutos para el resultado. En caso de que resulte reactiva la prueba, se toma otra más amplia, que se llama en papel de filtro, la cual se envía al Centro de Análisis Molecular, donde entregan una confirmatoria de si es o no positivo. Uno de los usuarios que se realizó la prueba, debido a que convive con una mujer que es trabajadora sexual, y quien pidió no ser identificado, afirma que: “Estas jornadas son muy importantes porque lo invitan a uno a cuidarse y protegerse en su vida sexual. Ojala se hicieran estas campañas en todas partes, para que se le explique a la gente que es de carácter confidencial y gratis”. Otro de los usuarios, de orientación homosexual, considera que: “Estas pruebas son necesarias en la medida de que uno es consciente de que ha tenido conductas sexuales de riesgo, y de que todos somos propensos a padecerla”.
El trabajo de la alianza y el Centro Comunitario LGBT no se limita solo a realizar las pruebas. Cuando el paciente es diagnosticado con VIH y tiene afiliación a una EPS o al Sisbén, entre las dos instituciones hacen el direccionamiento de todos los documentos al centro de salud. Si no tiene ningún sistema de salud la Alianza VIH Bogotá le proporciona los medicamentos y el tratamiento, por el espacio de un año.
La última jornada de pruebas de VIH que efectuó el Centro Comunitario LGBT fue en mayo de este año. La acogida de la población fue satisfactoria, en la medida que solicitaron más días, por lo que el centro decidió realizar dos veces al mes las pruebas. De igual forma, se pretende romper con los estigmas que hay frente a los preservativos, especialmente en las mujeres lesbianas, bisexuales y heterosexuales. Por último, se tiene pronosticado la apertura de un Centro Comunitario Metropolitano, anunciado por la Alcaldía Mayor de Bogotá.